viernes, 31 de diciembre de 2010

Terminamos el año en plena tempestad, ajenos al imperativo filosófico de mantener a raya a las pasiones

-¡Ay de vosotros, las gentes razonables! -exclamé, sonriendo-. ¡Pasión! ¡Embriaguez! ¡Locura! Ahí estáis tan tranquilos, sin comprenderlo, los hombres morales. Censuráis al bebedor, os alejáis del insensato, y pasáis adelante, como aquel sacerdote, dando gracias a Dios, como el fariseo, de que no os haya echo iguales a uno de aquellos. Yo he estado borracho más de una vez; mis pasiones nunca han estado lejos de la locura: y no me arrepiento de ninguna de las dos cosas: pues he podido comprender, dentro de mi medida, cómo todos los hombres extraordinarios que han hecho algo grande, algo que parecía imposible, tenían siempre que ser tachados de borrachos y locos. Pero también en la vida corriente es insoportable oír a todos, en cuanto empieza a hacerse algo libre, noble, inesperado: ese hombre está borracho, es un loco. ¡Avergonzaos, los cuerdos; avergonzaos, los sabios!

Goethe, Werther

PD: Los placeres catastémicos los dejamos para febrero.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Explorar el ser no es leer a Tomás de Aquino, es mucho más divertido

La caricia es exactamente el gesto que demuestra que la mano humana se ha vuelto extática. Ya no se contenta con el simple gesto de "asir". Es un toque desenvuelto, interesado, ¡pero libre!. La mano se convierte en una antena del ser.

Peter Sloterdijk


El acontecimiento más primordial en la superficie y que desvela al otro es el de acariciarse. En la caricia se fusiona por completo el deseo y el pensamiento. La caricia no sabe lo que busca; quizá se haya repetido la caricia miles de veces, pero cada caricia es nueva, es un nuevo acceso, un nuevo punto de singularidad.

Javier González Panizo, Esquizoanálisis y amor: Una reconstrucción del Deseo según la Lógica del Sentido de G. Deleuze

Tú lo llamarás cursilería, pero yo lo llamo mentalismo

Ciclotimia

Del romanticismo al absurdo
del pánico al éxtasis
misticismo y nihilismo
enrrollados en la cinta de Moebius
vaivenes pendulares
movimiento perpetuo
desprovisto de objeto
girando en el vacío
de la angustia a la comedia
de la risa al llanto
cárcel circular
y el destino un caos
de cascotes esparcidos por el suelo

domingo, 26 de diciembre de 2010

But i'm still no-one

Día muy Radiohead.
Your eyes are on my wall.
Espacios psicoacústicos empapados de lluvia.

Y nadie, ni siquiera la lluvia, tiene unas manos tan pequeñas

e.e. cummings

Alas

One day i'm going to grow wings
a chemichal reaction

hysterical and useless


Radiohead, Let Down


Creo que mi soledad debería tener alas

Alejandra Pizarnik

viernes, 24 de diciembre de 2010

Comunismo

El comunismo es una disposición ética; una disposición a dejarse afectar, en contacto con otros seres, por lo que nos es común. Una disposición a compartir lo común. El "otro estado" de Musil se le parece mucho más que la URSS de Jruchov.

Tiqqun

Mi nombre es legión, porque somos muchos

El totalitarismo neoliberal (que otros llaman democracia) no es represivo, pero sus apologistas se ponen de los nervios si atisban en el horizonte cambios en las relaciones de producción. Un fantasma recorre los sueños de Juan José Millas, Vila-Matas y Almudena Grandes, entre otros.

(¿Tengo que pagar algo a los herederos de Shakespeare y Marx o me permiten los insignes popes de las letras hispánicas saquear la cultura?)

We are anonymous. We are legion.

Porque nadie esperaba a la inquisición española.

jueves, 23 de diciembre de 2010

No estaba muerta no no no

Dice Stephen Hawking que la filosofía ha muerto. Yo diría que está tomando cañas, de parranda. Porque tomar cañas favorece los afectos positivos. O sea, aumenta la potencia, lo cual implica el paso a una mayor perfección.



Se definen las cosas por lo que pueden. Eso abre experimentaciones, es toda una exploración de las cosas, no tiene nada que ver con la esencia (...) La potencia, a saber: las acciones y pasiones de las cuales algo es capaz. No lo que la cosa es, sino lo que es capaz de soportar y capaz de hacer (...) La potencia no es lo que quiero; por definición, es lo que tengo. Tengo tal o cual potencia y eso es lo que me sitúa en la escala cuantitativa de los seres. Hacer de la potencia el objeto de la voluntad es un contrasentido. Es justamente lo contrario: según la potencia que tengo es que quiero esto o aquello.

Gilles Deleuze, En medio de Spinoza

sábado, 18 de diciembre de 2010

Respuestas súper crípticas a preguntas paranoicas

Lamentablemente, me olvidé de la pregunta y la respuesta no logró ser lo suficientemente críptica, así que pondremos una canción de mi líder espiritual de toda la vida:

viernes, 17 de diciembre de 2010

La espera

La espera temblorosa incluye sobredosis de histeria. También: viento frío, fumar compulsivamente, música de Los Planetas. Lo peor es que no se espera nada determinado. O lo mejor, quién sabe. Si alguien sabe de qué hablo que me lo diga. Ahora todo se vuelve nítido, frío, sereno. Contornos punzantes, afilados por el sol, que empieza a marcharse ya, y dientes afilados para morder lo imposible, para que su jugo se derrame, ahora, sobre la noche que aún no es noche.

Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje.



Alejandra Pizarnik

Amor Fati

Mi fórmula para expresar la grandeza del hombre es el Amor Fati: no querer nada que sea distinto, ni en el pasado, ni en el futuro (...) No sólo soportar lo necesario sino amarlo.

Friedrich Nietzsche, Ecce homo

jueves, 16 de diciembre de 2010

Manifiesto

Estamos en contra de lo profundo y de lo elevado, del eje vertical de la metafísica. Estamos en contra de Platón. Y de la hermeneútica. Sobre esta última pensamos que es un cáncer. No hay que interpretar. Hay que experimentar. Para nosotros Deleuze no ha pasado de moda. No existe nada parecido a un alma que exprese su ser, que comunique sus sentimientos. Hay singularidades preindividuales que el lenguaje puede expresar. Se trata de acontecimientos. Es el acontecimiento el que se realiza en nosotros en un proceso del que no somos los agentes principales, pero que sí podemos desear. Y este desear coincide con su efectuación como acontecimiento: tercera transformación del espíritu; permaneced fieles a la tierra. Nada que ver con el eros platónico, nada de elevarse; deslizarse, danzar llevando a cabo la potencia que es la esencia de lo que somos: dime aquello de que eres capaz, no me digas nada de tu ser alojado en las profundidades del alma, no me cuentes patrañas.

Somos perfectamente conscientes de que el objeto completo, que colmaría nuestro deseo de una buena vez, no existe; es una ilusión con base en la metafísica de la presencia. El deseo es proyectivo, un viento huracanado, creador.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Fracaso

El fracaso es la más resplandeciente victoria.

L.M. Panero


Fracasé una vez, fracasé diez mil, y aun así alzo mi copa hacia el cielo.

Nacho Vegas


Fracasa otra vez. Fracasa mejor.

Samuel Beckett

Algo

A ver, algo que contar... colocar las palabras, en un orden determinado, eso es, vamos avanzando, lograr que se dirijan hacia algún sitio, con ritmo, a poder ser, y con gracia, colocarlas como si fuesen piezas de un puzzle. La metáfora del puzzle está muy gastada, lo sé. Que una metáfora esté gastada es, a su vez, una metáfora gastada. Callejones sin salida de las paradojas recursivas. Callejones sin salida también es un metáfora gastada, etc. Lo siento por el lector, pero espera un poco, estoy a punto de contar algo, si bien algo es una categoría muy poco específica. Piénsenlo, algo. Algo sería, por ejemplo, que han subido el precio del tabaco, o que tendría que afeitarme, o que la próxima semana me pongo a estudiar: esta semana no pude, los puentes rompen la rutina, me desestabilizan y no me gustan. Eso es algo. Cualquier cosa es algo, en realidad. Se trata de algo muy poco espectacular, lo sé... Quizá no me afeite. Últimamente tengo muchas dudas al respecto. No sé valorar mi aspecto por mí mismo. Esto es algo profundo, se trata de dilemas estéticos y existenciales. Ahora algo de recuerdos infantiles, algo relacionado con dichos dilemas: en el colegio había una chica que opinaba que me quedaba mejor el pelo largo, y otra que corto. La pregunta de Lenin me paralizaba: ¿Qué hacer? Me lo cortaba cuando era demasiado largo y luego lo dejaba crecer otra vez. Esto es algo que tiene que ver con el existenciario heideggeriano ser con los otros, filosofía de alto voltaje, vaya. Con esto creo que basta por hoy. Ya casi es de noche. Hay tres colillas en mi cenicero.

Solus ipse no es la solución, es el problema

El Llanero Solitario lo único que hace últimamente es aburrirse y fumar, y entonar un vago lamento contra el mundo, sin atisbo alguno de convicción, por entretenerse en algo, hacia el cielo que hoy luce despejado, precioso, en el que se abisma mansamente dicho lamento, que tiene algo de instrumental, carente de contenido, una queja escuálida, indeterminada y egoísta.

Solus ipse
.

Pero su Ego Fantasma, precisamente, lo que hace es no existir a fuerza de estar a solas consigo mismo. Se diluye en autoimágenes engañosas, en fantasías que brotan como una bruma borrosa del tedio, ese monstruo denso y discreto.

Porque si somos siempre ahí fuera lo único que hay dentro, más que un lugar de verdad, es una caverna húmeda, donde resuena el eco de los pasos propios, huellas pálidas, desdibujadas.

Pasos que no van a ninguna parte. Pasos Fantasma.

Y luego te mueres. Hale.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Libros leídos en 2010

Que yo me acuerde, estos son algunos de los que leí:

-La hija del sepulturero; Marya; Puro fuego: confesiones de una banda de chicas; Solsticio; Joyce Carol Oates.

-La perla; A un dios desconocido; John Steinbeck.

-Otra vuelta de tuerca; Henry James.

-El honor perdido de Katharina Blum; Heinrich Böll.

-Los Santos inocentes; La sombra del ciprés es alargada; Miguel Delibes.

-Las reglas del juego; Esto no es música; Jose Luis Pardo.

-Eros: la superproducción de los afectos; Eloy Fernández Porta.

-Nocilla Dream; Agustín Fernández Mallo.

-Los miserables; Víctor Hugo.

-Mao II; Don Delillo.

-Estupor y temblores; Metafísica de los tubos; Diario de Golondrina; El sabotaje amoroso; Cosmética del enemigo; Diccionario de nombres propios; Antichrista; Ni Eva ni Adán; Ácido sulfúrico; Amélie Nothomb.

-El rumor del oleaje; Yukio Mishima.

-Zona fría; Jonathan Franzen.

-Nada es crucial; Pablo Gutiérrez.

-Las teorías salvajes; Pola Oloixarac.

-Ejercicios espirituales y filosofía antigua; Pierre Hadot.

-La hermeneútica del sujeto; Michel Foucault.

-El tercer Reich; Roberto Bolaño.

-Las vidas de Zuckerman; Philip Roth.

-Aire nuestro; Manuel Vilas.

-Spinoza, el marrano de la razón, Yirmiahu Yovel.

-En medio de Spinoza; Spinoza: filosofía práctica; Gilles Deleuze.

-Bajo el signo de Marte; Fritz Zorn.

-Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: una introducción; J. D. Salinger.

-Memorias de Adriano; Marguerite Yourcenar.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Astenia

Mecido en la blanda astenia, en estado contemplativo, la mirada perdida empeñada en añorar cosas que no están ya más aquí, el cerebro ligeramente resacoso, los labios anhelantes como colgados del vacío, inservibles, el deseo desinflado y teledirigido, tal como funciona en el mundo de la mercancía autoritaria, los días iguales que andan persiguiéndose, el sabor a ceniza en la boca...

astenia.

(Del gr. ἀσθένεια, debilidad).

1. f. Med. Falta o decaimiento de fuerzas caracterizado por apatía, fatiga física o ausencia de iniciativa.

martes, 7 de diciembre de 2010

Variaciones de Pound

Id a la noche como una plaga de luciérnagas punk
sin futuro pero resplandecientes de cánticos y amor

Porque sí

Cada mes de diciembre pienso en todas las piscinas que estarán ahora vacías y me entra una rara nostalgia. Quizá ahora una chica envuelta en su bufanda las contemple, sus ojos se tiznarán de tristeza, pero lo más probable, desde luego, es que no haya ninguna chica asomada a una piscina vacía. Da igual. Estará viendo la tele. O tomando un café. O qué sé yo. Sus dedos serán blancos y finos. Es mejor que sonría. Eso siempre es mejor, lo sabe todo el mundo. Y mejor aún es que lo haga sin motivo. Sin más. Porque sí. Como un desafío a la furia y a la estupidez del mundo.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Good Fortune

El cadáver de la poesía

Vi el cadáver de la poesía
unos niños saltaban sobre él
y lo hacían añicos y polvo
y reían alegres y yo también
quería saltar y jugar
a destrozar
el cadáver de la poesía
y jugué un rato largo
el polvo se nos adhería a los dientes
se nos metía en los ojos
pero reíamos igualmente
hasta que caímos rendidos
sobre la hierba y vimos
un cielo de estrellas desgarradas

Ezra Pound

Id como una plaga contra el aburrimiento del mundo

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Los pies en la tierra

Qué más hermoso que el frío, dijiste
qué más puro, luminoso, redentor,
y además es bueno para la piel
porque la limpia y el alma es la piel
y todo es limpio y puro y blanco
y palpita deseoso de trascendencia

pero la nieve
se volverá marrón
como la tierra

Logos

-¿De dónde vienes?
-De las sima donde habita el oro -contestó la serpiente.
-¿Qué es más precioso que el oro? -preguntó el rey.
-La luz -respondió la serpiente.
-¿Qué recrea más que la luz? -preguntó aquel.
-La palabra -respondió esta.

La nueva melusina y otras historias, Goethe.


Pues en realidad quien habla es el lenguaje

Artículos y conferencias, Martin Heidegger.

martes, 30 de noviembre de 2010

La Gran Obra Maestra (5-0)

Insuperable, sublime, pletórico, grandioso, magistral. Me refiero al Barça, claro.

El silencio de la nieve

Ahora nieva -copos blandos, grandes, iguales y distintos- y yo ya escribí todo lo que pude sobre la nieve. Manos, bocas y ojos en la nieve, y coches varados, y chimeneas y chocolate con churros, y tejados y árboles nevados. El silencio de la nieve hace innecesarias a las palabras:

lunes, 29 de noviembre de 2010

Lo que no tiene nombre

La ventana de la habitación que esconde lo que no tiene nombre
da al mar
los nudillos de las olas golpean el cristal
sus yemas de sal preguntan
nadie responde
el rumor del oleaje
nadie lo escucha ya

Canto helado

El miedo y el humo de las chimeneas
y el frío y la tristeza dulce y pegajosa
y el temblor cálido y las miradas que se beben
y se derraman y su urgencia desbocada
y los labios de escarcha que claman por la lumbre
y la violencia desesperada de la piel
y la cascada inútil de palabras
y el mundo que delira
y el cenicero rebosante
y la rabia y la serenidad intentando abrazarse
y bailar sobre las ruinas
y mis pasos sobre la lluvia que me encharca
y tu risa que salta ligera y se desliza
todo eso y más se me enreda en los huesos
se me clava en la piel y me muerde
se me arremolina en los ojos con gritos desvaídos
susurros afilados
canto helado del llanero solitario

Rasgar

Ahora voy a arañarme
como si fuera una nube gris
para rasgarme
y así abrir
algún maldito horizonte
por el que se asome una luz
que ilumine la herida

Los gestos inútiles

Mira que de gestos inútiles ardiendo en el vacío
las manos frías asiendo espectros
quebradas ramas de invierno
la mirada callada incapaz de desplegarse
retornando a lo que ya fue
herida por el alcohol con un fulgor
de lágrimas cálidas

Mejor la rabia

Cuando las burbujas explotan
sobreviene el descalabro
y la angustia
la belleza cruel de la intemperie
y la rabia:
mejor la rabia que la nada
mejor la rabia afilada y punzante
que la blanda y paralizante astenia

Dos poemas muy breves

Piel blanca deshecha en el viento
tan fugaz que casi ni me acuerdo


Las palabras sin sentido caen sin cesar
cascada murmurante sola en su delirio

sábado, 27 de noviembre de 2010

Soledad y Guerra

Soy joven, rico y culto; y soy infeliz, neurótico y estoy solo.

Yo todavía no he vencido aquello que estoy combatiendo; pero tampoco estoy vencido y, lo que es más importante, todavía no he capitulado. Me declaro en estado de guerra total.

Fritz Zorn

Cursi y triste

En el lugar del corazón, cenizas.

jueves, 25 de noviembre de 2010

I lost myself

¿Y el rostro reflejado en la ventana, por qué no se encuentra?
Mirarse a uno mismo no ha dejado de ser extraño.

Y hoy ya no escribo más, que noto que la pinza se me va.

A los abandonados

Que las palabras salgan rotas de la garganta, feroces, violentas,
que griten y griten por los pasillos polvorientos y deshabitados
que se afirmen en su hermosura desgarrada
por las calles mojadas en las que tu rostro no aparece
y me quedo solo con un nombre escrito en el agua
que repito sin sentido a cada paso sin sentido que doy
con esta agitación febril que se mueve en círculos
sin siquiera desembocar en una catarsis explosiva
por eso al menos que exploten las palabras e iluminen el cielo
que se rompan y me rompan y todo se aligere
y dancen los pedazos de luces pálidas alrededor
como un séquito que velase a los abandonados

Like a videogame

Empuñar palabras como quien rema rumbo al encuentro con aquello que atemoriza y atrae y proseguir la absurda huida hacia adelante pasando pantallas y acumulando valor para enfrentarse al monstruo final como un guerrero sabio y feliz.

Lo bello y lo sublime

Escarbar con los dientes la noche
y a continuación dejarse caer,
tan ligero, como bañado en el océano
narcótico en el que por fin
se lleva a cabo la destrucción del yo
y sonreír tumbado boca arriba
mientras la tormenta
te azota las mejillas y la boca y los ojos
y poco a poco la amable serenidad
cede el paso a la furia desatada
y no hay nada más sublime que el poder


Y el mono desquiciado es dinamita
y su explosión una música terrible

Continuidad de los cuerpos

Y cómo decir todo lo que se desborda y desgarra y no tiene nombre.
Mejor te ofrezco mi cuerpo y haz con él lo que quieras.
Muérdelo, acarícialo, bésalo, aráñalo, tatúalo, lo que quieras.
Rompe como sea la discontinuidad de los cuerpos


Pero esta continuidad
se hace sentir sobre todo en la angustia; esto es así en la medida en que esa continuidad es inaccesible, es una búsqueda impotente y temblorosa.

Georges Bataille.

Antropología filosófica y filosofía del lenguaje

El ser humano es un mono desquiciado. Considero que esta definición, lejos de ser una broma, es muy precisa y clara. Heidegger hablaría del morar ex-stático en el ser. Pues eso, que estamos fuera de quicio. Y probablemente sea el lenguaje lo que nos saca de quicio.

PD: ¿De aquí se deduce que un escritor es un mono desquiciado a la enésima potencia?

La fe del escritor aficionado

No creer en los congresos, ni en los premios, ni en las discusiones literarias (sobre todo no creer en las discusiones), tan sólo confiar irracionalmente en el poder de las palabras de agarrarte del pelo cuando te estés ahogando y de sacarte a flote; el cielo será hermoso y el resgusto salado en la boca señal del peligro vencido.

Dejar de contener el aliento

Casi nunca leo poesía
pero miro todo
con afán pulverizador
y fumo mucho
mientras espero
a que vengan las palabras
y sonrío
y me muero de miedo
y quiero saltar
y arañar la luz
y posar ante este instante
entregar mi carne
a la claridad del día
que hoy ruge sin ocultar
la serenidad imperturbable
donde me pienso instalar
y lo único que hago
es mirar
por las ventanas
de mi habitación
del coche
del autobús
y entregarme
al deleite melancólico
del ensimismamiento
y al regodeo silencioso
de las sensaciones
moldeadas por la imaginación
y poco más
la verdad
asaltar quizás
el mundo de los hechos
con los retazos de la maravilla
eso sería bonito
y merecería la pena
porque que en el mundo hay
tanto cínico hijo de puta
que un poema debiera ser
un combate por conquistar
cierta libertad:
la capacidad para vivir
sin contener el aliento

Noviembre

Noviembre membrillo de escarcha azul transparente
mientras la muchacha sonríe desnuda y tirita de frío
igual que los árboles estremecidos y delgadísimos
alegre y perversa envuelta en su quietud extática
fervor de una luz insuficiente posada sobre su piel
más profunda que el canto silencioso de la nada
más misteriosa que el misterio de la muerte
piel blanca de escarcha derretida bajo el sol frío
del mes noviembre que es también tu nombre
y alas quebradas y sonrisas congeladas
y ojos de aguanieve trazados con un temblor nocturno

martes, 16 de noviembre de 2010

Final feliz

Si mi vida fuera una novela rusa. Saldría a la calle por la noche y haría un frío del carajo. Me enamoraría de una rusa que vería de pasada. Me enamoraría al instante, trastornado por su belleza pasajera. Y después me sentiría solo y triste y entraría en una taberna de mala muerte y le contaría al camarero mi terrible desgracia, la de enamorarme violentamente de rusas hermosas a las que no conozco. Hablaría, borracho, de sus ojos, de su pelo, sobre el que, si fuera un poeta francés, diría que tiene un perfume de desvelo, o algo así. Si fuera un poeta francés viviendo en una novela rusa acabaría peleándome con el camarero porque no sabría nada de madurar y lo sabría todo sobre fracasar. Sobre fracasar con un fulgor de belleza convulsa. Regresaría a casa taciturno y la casera me echaría por no haber pagado el alquiler durante meses. Antes de morir de frío en las calles mataría a la casera. Iría hacia algún puente y estaría a punto de tirarme. Pero si además de ser un poeta francés viviendo en una novela rusa el final fuese como una película de Hollywood la chica desconocida de la que me enamoraré violentamente al principio vendría y me cogería de la mano para que no me matara tan joven.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Bibliotecas II

From Hell

Cuando llega el frío, mi casa, curiosamente, se convierte en un horno sólo habitable por criaturas criadas en el maldito centro de la tierra. Uno lo pasa mal, pero no puede mandar sus naves a luchar contra el elemento matriarcal, porque no sirve de nada. La dictadura sobre la temperatura es férrea. El golpe de calor infernal que sufres al llegar de la calle te deja medio atontado, mareado y con ganas de mudarte al frigorífico. Así que aquí estoy, en manga corta y con la ventana abierta, y hace bastante frío afuera.

sábado, 13 de noviembre de 2010

El satélite herrumbroso

He aquí mi romanticismo incurable: un yo construido directamente como ruinas, satélite herrumbroso y ciberpunk, olvidado y solitario, orbitando alrededor de ausencias, imágenes fantasmáticas que no dejan que uno consista solamente en algo que se despliega por el universo helado en corrientes no circulares y sin retorno

PD: Lo del satélite herrumbroso no es mío.
PPD: Quizá este blog deba llamarse ahora Grafomanía patológica

S. preguntó su suerte al hada mágica

Dijo podrás ver el fin del mundo retransmitido por streaming, o como se diga, sonará post-rock de fondo: será una pasada.

No pensar

Frente al espejo, rollo Travolta en Pulp Fiction: te vas a tranquilizar, por la noche vas a ver al Barça, fumarás poco y no pensarás en nada. Sobre todo no pensarás. Como te has vuelto completamente idiota -i think i'm dumb, muy nirvanesca la cosa- ésa será tu estrategia vital a partir de ahora. Es fácil. Ánimo. Esto debería ser mucho más críptico aún.

No pensar, disolverse en una canción de Godspedd You! Black Emperor. Para siempre. Levantar los puños como antenas hacia el cielo, pero hacerlo sin pensar. Eso es todo. El éxtasis resplandeciente del derrotado. Creo que poco a poco voy logrando lo de ser más críptico. Quisiera escribir estilo noise, con tormentas de ruido alrededor de las palabras, su sentido asomando al fondo de un pasillo oscuro que asusta.

viernes, 12 de noviembre de 2010

El mar sigue lejos

Cuento los cigarros que quedan: uno, dos, tres, cuatro y cinco. Escucho Static, de Godspeed You! Black Emperor. Hacia el minuto dieciséis alcanza una intensidad descomunal. Miro las nubes. Miro el número de post que he escrito este mes: me estoy volviendo grafómano. La batería se acelera, como un corazón desbocado. Quizá no sea un buen símil, pero es verdad. Las guitarras gritan, más allá de las palabras. Cuando las palabras no guarecen, etecétera. El mar sigue lejos, todo sigue lejos. Escribir sin motivo, como un ritual compulsivo. Para conjurar qué. Para conquistar qué. Para abrirse en canal. Para ocultarse. Para esperar. Que algo acontezca. Pero sucede que a veces acontece algo y ese algo está sitiado por un vacío incolmable y entonces uno se pasa semanas rumiándolo de vuelta a la vieja soledad y la brecha de lo real sigue escociendo sin más. Pero todo es espectáculo. ¿O acaso creiáis que las viejas, polvorientas y venerables palabras no espectacularizaban? Máquinas diminutas de subjetivación, hormigas obreras construyendo la metáfora del yo. No existe acceso inmediato a uno mismo. Existe este río sin rumbo: el mar sigue lejos, etcétera.

La chica bonita

Cuando tenía catorce años, todavía rezaba y le pedía a Dios una chica bonita. Jugábamos al fútbol todos los fines de semana y no siempre ganábamos. En realidad, nunca ganábamos. Bebíamos cerveza y le pedíamos a Dios una chica bonita. Teníamos corbatas pero no las usábamos, sabíamos muchas oraciones pero no las rezábamos. Sólo nos acordábamos de Dios para pedirle una chica bonita. A los dieciocho entré a trabajar en una tienda; nada más verle la cara al encargado, perdía la fe. Era el chico de los recados, y aunque era un mal trabajo, mal pagado, Dios sabe que nunca me quejé y que todo lo que quería era una chica bonita. Un día pedí permiso para ir al funeral de mi abuelo y me lo negaron. Un día pedí permiso para ir a vomitar y me lo negaron. Trabajaba cuando estaba enfermo, porque decían que había muchos esperando mi puesto. No era divertido, pero yo no pedía nada. No pedía nada más que una chica bonita. Ahora que te has ido, paso el día viendo la televisión. No me gustan los concursos, pero he llamado a uno que se titula Llame y pida. Sé que parece un jodido juego de palabras, pero no importa. He llamado y sólo he pedido un poco más de lo que tenía antes. Lo único que he conseguido es una batería de cocina mandada a la dirección equivocada. No acabo de entender por qué es todo tan difícil. Nunca he pedido nada. Nada que no sea una chica bonita.

Ray Loriga, Héroes

100% libre de autobiografía

Todo debe estar ordenado, en su sitio, el vaso de agua en la mesita entre dos pequeñas columnas de libros, el paquete blando de tabaco Ducados rubio en la columna más próxima a la cama, el cenicero en la más lejana, las gafas al lado del paquete de tabaco, el móvil en el escritorio. Cualquier pequeña variación en esta disposición supondría la imposibilidad de conciliar el sueño. Los actos también deben ser ejecutados en un orden preciso y preestablecido inquebrantable. Al ir a la cama usar el baño de la planta baja. Al despertarse el de arriba. Lavarse la cara con agua fría antes de desayunar. La adhesión compulsiva a rituales disfuncionales es más fuerte que la razón. De nada sirve decir da igual dónde estén el paquete de tabaco, las gafas o el móvil, te dormirás igual. No, no lo harás.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Diá-logos heideggerianos: arte y verdad

-Se trata de disponer sobre un mismo plano dos logos, y ver qué pasa. Logos quiere decir simplemente el habla que patentiza aquello de que se habla, lo saca a la luz, permite verlo...
-Eso es un rollo muy Heidegger
-Yo soy muy de Heidegger. Me gusta cómo suena Heidegger
-¿Suena?
-La Filosofía es la más alta música.
-Eso es un rollo muy Sócrates.
-Me gusta cómo suena Sócrates. Las esdrújulas en general suenan bien, podría pasarme la tarde entera pronunciando esdrújulas: brújula, cúpula, cópula, Drácula, báculo, tentáculo...
-Sí, es cierto
-Dramático, espectáculo...
-Ya, ya, lo pillo.
-¿Qué patentizamos, pues?
-Patentizar suena a patinar y a deslizar
-Y deslizar a descalzar: los pies descalzos se patentizan como pies, descalzar es la puesta en obra de la verdad del pie, previamente ocultada, su ser olvidado sin que se vea siquiera la necesidad de reiterar expresamente la pregunta que interroga por el ser. La verdad, la aletheia, es originariamente desocultar
-Ya veo
-Claro, ves, ver es la función del logos, ver algo como algo, en su verdad: en este caso un pie que es traído a la presencia por obra de mi hablar.
-¿Qué más?
-Un pie es un algo óntico intramundano, pero el ser del ente-pie... ah, amigo, eso es otra cosa... bueno, no una cosa, porque una cosa es un ente, es otra cosa que una cosa, no sé si me explico.
-De ninguna manera. No te explicas.
-Entonces lo que sucede es que mi hablar encubre aquello de lo que hablo, en vez de mostrarlo, una pena...
-La verdad óntica del pie es simplemente su función, a saber, caminar. Pero pensemos, por ejemplo, en una obra de arte, una pintura por ejemplo, de un pie, lo que revela no es su verdad óntica, sino que expresa algo distinto, muestra al pie como pie, permite verlo en cuanto tal...
-Ah, sí, otra vez la función del logos
-O sea que el arte está en relación con la verdad, no es una realidad de tercera división, como en Platón.
-Al menos a mí me parece que así es.
-No obstante, Internet está lleno de poetas que fotografían sus pies.
-Sí, es un espectáculo lamentable
-Entonces, ¿seguiremos diciendo que ponen en obra la verdad del ser-pie, o diremos que están atontados?
-Ah, querido amigo, parece que nos encontramos al final de un diálogo aporético.
-Diálogo aporético, dos esdrújulas juntas, cuánta belleza...
-Socrático diálogo aporético, eso son tres
-Y Sócrates siempre iba descalzo, tal vez por esa relación que hemos puesto de manifiesto entre patentizar y descalzar como puesta en obra de la verdad-aletheia
-Tal vez, pero es un poco rebuscado

Thom Yorke's Poetry

Kill me Sarah
Kill me again... with love

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Hace un frío de muerte

Ahora ya se nota el frío de verdad: golpea las mejillas, estremece las manos, evoca abandono. Pero no es cómodo fumar con guantes. Camino por ahí como el hombre invisible. Nadie me ve. El frío en los labios, el humo en los pulmones, el horizonte hecho trizas. Meto las manos en los bolsillos. Vuelvo a hablar con Alejandra, enamorada del viento, después de tanto tiempo: qué hacemos con el miedo. Sonríe. No sabemos. Qué hacemos con las imágenes clavadas en el cerebro con alfileres de labios que sonríen y se acercan y luego se alejan y ya no vuelven. Qué. No sabemos. Un anhelo indefinible me atravesó un día, y me partió, y por eso no tengo patria, dice. Sus ojos pequeños y brillantes como la muerte, negros como la muerte. Sus dedos delgados nadando, tan blancos, frágiles como la vida, pero fríos como el viento: los entrelaza con los míos y yo me asusto y le digo Alejandra, estás muerta, por eso estás tan fría. Lo sabe.

Inmerse your soul in love

El catarro y una ligera sensación febril extrañamente agradable me sumen en una ensoñación nostálgica animada por un Eros más cercano a Radiohead que a Platón. Inmerse your soul in love. Una inmersión. Decía Thom Yorke que Street Spirit era un túnel oscuro sin luz al final. A mí, al contrario, me parece que es una luz desmayada que lo empapa todo con una intensidad emocional desquiciada y desgarrada, una belleza excesiva y triste, sí, pero no opresiva, no es un túnel, en los túneles no hay lugar para las melodías, las melodías necesitan espacios abiertos, expandirse, aunque se desvanezcan. Todo se desvanecerá.

Ek-sistenz

Si el lenguaje es la casa del ser, la música quizá sea su jardín y ahí, al aire libre, se escuche mejor que el ser del hombre es apertura.

PD: El ser no es ni dios ni un fundamento del mundo. No es algo que esté detrás de los fenómenos (Heidegger dixit).

martes, 9 de noviembre de 2010

Understanding Post-Rock

La música instrumental tiene una cualidad metafísica y primitiva

Warren Ellis.

Da igual

La clase es aburrida, S. mira las gotas de lluvia que se acumulan lentamente sobre el cristal de la ventana, las escucha, tocarlas no, no se puede, desde este lado del cristal no, límite transparente que divide el mundo, afuera el frío, adentro el calor de calefacción, los bostezos, la galvana, el runrún de la profesora, lejano, ininteligible. Dice algo sobre el mundo. Pero cuál, éste de aquí, o aquél, quién sabe, no sabemos nada, los puntitos transparentes descienden ahora, de vez en cuando, dejando estelas, huellas, rastros que se pierden, organizan carreras, nadie gana, ni pierde.
S., un poco de atención, hijo.
S. no puede prestar atención, S. necesita emplear todos sus recursos psíquicos en la contemplación de las gotas de lluvia para espantar las ideas lúgubres y densas que se le acumulan en la cabeza esta mañana.
S., hijo, ¿qué es lo que acabo de decir?
¿Qué acaba de decir? Ni idea. La profesora suspira, mueve la cabeza en signo de desaprobación.
Como sigas así, vas a repetir curso.
S. piensa: que te jodan. S. piensa: me da igual.
S. está en plan nihilista punki desolado y no quiere saber nada de nada, ni de nadie, y tiene miedo y la siguiente clase se la pira fijo, se va a la biblioteca y listo.
A tomar por culo.
Ponte aquí delante, a ver si así conseguimos que dejes de estar pensando en las musarañas.
Pensando en las musarañas, en Babia, en las nubes o en la luna, en cualquier sitio mejor que en éste, no te.
Venga, un poco de garbo.
Un poco de hostias en vinagre.
S. piensa: cuando se acabe la clase, me fumo un cigarro en el patio, me voy hasta la biblioteca, estoy allí dos horas y luego vuelvo para coger el bus a casa, como, duermo la siesta, escucho música y me olvido del Instituto.
Desvalido, raquítico y con la mirada gacha camina bajo la lluvia. La soledad, los libros, el silencio, un refugio.
Voy a suspender todas. Bueno, da igual.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Cambios ortográficos

Los de la RAE se han vuelto locos. De remate. Sólo (con tilde) quería decir eso.

El límite del mundo

El límite del mundo es borroso, poroso...
No, no, es una cuchilla de afeitar.
Allí baila la chica bonita, nunca verás unos ojos así, puro temblor de oceános ingrávidos...
Es un páramos helado, te mordería la yugular.
Saltas y despegas y eres melodía, burbuja...
Primero se te hielan las manos, luego se te agrietan los labios y por último te desangras.
Allí te transformas en materia, en misterio...
Y dejas de ser.
Dejas de ser, pero no hay espanto, sino...
Hay espanto. No insistas.
Expansión y fusión, despliegue y danza, bajo tus pies vacío colmado de plenitud...
No hay nada.
Eso, nada esplendorosa, maravillosa...
Bobadas.
Ya, sin embargo...
Sin embargo qué.
Nada, nada...

miércoles, 3 de noviembre de 2010

La gran pantalla fantasmática

Mi mirada es ahora fría y feroz como un puñal de plata. Entre los matorrales, solitaria, raja el universo con un destello fugaz y se incursiona en la luz cegadora, insoportable, inhumana. Incapaz de proseguir, se repliega frente al encuentro inminente con el desgarramiento absoluto. Se encoge, se eriza, se apaga. Se acurruca en tus brazos ausentes. Ausentes y fríos. Ahora afuera luce el sol dibujando nítidamente el contorno de los tejados, de los árboles inmovilizados, no hay nadie en la calle, nadie en los tejados. Miro a nadie. Frío en los ojos, sol de invierno frío. Sumergirse en la angustia o retroceder con una mueca de espanto y encender el televisor, qué clase de estúpida cuestión es esa. La mires por donde la mires, no tiene sentido. La culpa es de Hegel: el espíritu encuentra su verdad en el desgarramiento absoluto. Te pareció tan hermoso. Una cosa muy de poeta maldito sin pizca de panlogismo omniabarcante. Una cosa muy de éxtasis místico antiburgués sin pizca de confort consolador. Por eso lo de mi mirada que ahora acecha en la noche poseída por el ansia de encontrar alguna clase de placer desgarrado y brutal, de encontrar su verdad. Pero, al parecer, su verdad es la del agujero sin fondo. La gran pantalla fantasmática. La nada inaprehensible sin la cual el ser no se daría, por decirlo de algún modo.

Amélie Nothomb+Radiohead

"Lo que activó el mecanismo fue un disco de Radiohead. Se llamaba Amnesiac. El título le iba bien a mi destino, que resultaba ser una forma de amnesia sensorial. Lo compré. Lo escuché y no experimenté nada. Aquél era el efecto que, en adelante, me producía cualquier música. Ya empezaba a encogerme de hombros ante la idea de haberme procurado sesenta minutos suplementarios de nada cuando llegó la tercera canción, cuyo título hacía referencia a una puerta giratoria. Consistía en una sucesión de sonidos desconocidos, distribuidos con una sospechosa parsimonia. El título de la melodía le venía como anillo al dedo, ya que reconstruía la absurda atracción que siente el niño por las puertas giratorias, incapaz, si se había aventurado, de salirse de su ciclo. A priori, no había nada conmovedor en ello, pero descubrí, situada en la comisura del ojo, una lágrima.

¿Acaso era porque hacía semanas que no había sentido nada? La reacción me pareció excesiva. El resto del disco no me provocó más que un vago asombro causado por cualquier primera audición. Cuando terminó, volví a programar el track tres: todos mis miembros empezaron a temblar. Loco de reconocimiento, mi cuerpo se inclinaba hacia aquella escuálida música como si de una ópera italiana se tratara, tan profunda era su gratitud por, finalmente, haber salido de la nevera. Presioné la tecla repeat con el fin de verificar aquella magia ad libitum.

Cual prisionero recién liberado, me entregué al placer. Era el niño cautivo de su fascinación por aquella puerta giratoria, daba vueltas y más vueltas por aquel cíclico recorrido. Parece ser que los discípulos de la escuela decadentista buscan el desenfreno de todos los sentidos: por mi parte, sólo tenía uno que funcionara pero, por aquella rendija, me embriagaba hasta lo más profundo de mi alma. Uno nunca es tan feliz como cuando encuentra el medio de perderse."

Amélie Nothomb, Diario de Golondrina


lunes, 1 de noviembre de 2010

Post-Punk Poetry

She says it helps with the lights out
her rabid glow is like braille to the night

Interpol, Leif Erikson

Sin ton ni son

Las carreteras, las nubes grises, el movimiento perpetuo, sin fin, paquetes de tabaco vacíos por el escritorio, discos viejos, recuerdos viejos, el tedio que planea denso y vacío, el anhelo incolmable, la inquietud, la perpetua inseguridad, películas que ya no apetece ver, los ahora qué, los después qué, la mala hostia y la tristeza, disolverse así, cayendo y cayendo, feliz de desaparecer, el género bobo, las enumeraciones sin ton ni son, la autoconciencia irónica que nos separa de las cosas, fundirse con qué, el mar o la luz o tu mirada que se escurre en la noche, correr y correr lejos del monstruo, ojos verdes pelo verde, fuera de aquí, rápido, la noche no tiene fondo, no hay nada detrás, caerás y caerás sin fin, movimiento perpetuo, sin puerto de llegada, ni principio ni fin, la canción más triste, buscar qué en unos labios, la incertidumbre, la lumbre apagada, la nada de las piscinas vacías en invierno, el sempiterno estruendo de la piel que arde, inconquistable, con llamaradas que se extinguirán pronto, llamadas a nadie, canto inarticulable punteado de dudas, temores, temblores, saltar y danzar, si tan sólo supiera mantenerme a la pata coja sobre la cuerda floja, avanzar sin miedo, planear entre la niebla, desdibujado y solo, esperar el rescate, el encuentro, la senda, gritar con los ojos cuando la garganta se empapa de tristeza...

Breve biografía de no sé quién

Fue un chico tímido, prepotente, asustado, sensible y con muy mala hostia.
De pequeño era guapo.
Y ya entonces tenía muy mala hostia.
Mucho genio.
Con menos de tres años hacía cosas como tirarse en la carretera al bajar del autobús pataleando y gritando; tirar huevos, vasos de cristal y casitas de muñecas para ver cómo se rompían. Después continuó dándole patadas a las cosas.
Con doce años, tras caerse de la bici, rompió el sillín, a patadas.
También fue un maniático de mucho cuidado y un bebedor de cerveza extraordinario.
A veces la rabia se le quedaba atorada en la garganta en forma de tristeza.
Una vez, fumando marihuana, se le reveló la verdad, de forma fugaz.
Nunca se enteraba de nada.
Le perturbó mucho una frase de Kafka: no tenemos nada en común con nosotros mismos, y mucho menos con los demás.

sábado, 30 de octubre de 2010

Negative Creep



Hacía mil años que no la escuchaba. Sigue siendo genial.

Desaparecer



Y aquí, con este disco, Los Planetas se convirtieron en leyenda, en mito. La prueba sonora de que la perfección pop existe. Es el mejor disco en español que yo haya escuchado jamás. Y eso que cuando escuché hablar por primera vez de Los Planetas escuhé algunas canciones y no me gustaron nada. En realidad, lo que no fuera Nirvana me parecía carente por completo de importancia e interés. Había dos clases de personas en el mundo: Kurt Cobain y el resto. Tendría unos dieciséis o dicisiete años. Camiseta de Nirvana, pelo largo ocultándome la cara. I miss the comfort in being saaaaaaaad. ¿Se ha publicado algo mejor que el In Utero? Es altamente improbable... Vuelvo a mi antiguo fanatismo sólo con recordarlo, ya no sé qué iba a decir... ah, sí, que luego Los Planetas sí que me molaron. Y ahora a escuchar Frances Farmer will have her revenge on Seattle, canción que da pistas sobre lo que pudo haber sido el grunge, pero no fue porque, evidentemente, el grunge muere con Kurt Cobain. El grunge era Kurt Cobain.

jueves, 28 de octubre de 2010

El devenir caballo de una bicicleta

Amélie Nothomb -exploradora, antorcha humana- escribe palabras como si esparciese una llovizna de lumbre rulfiana. No quiero decir que esté emparejada estilísticamente con Rulfo, es sólo que me apetecía escribir llovizna de lumbre. Una prosa nítida abierta a múltiples devenires, punteada por fogonazos poéticos y atravesada por una alegría que aligera, que es la misión de la alegría: aligerar. Fue en la biblioteca pública de León donde descubrí a Nothomb.

Desde el momento en que existe liberación por la velocidad y el viento, existe caballo. No llamo caballo a lo que tiene cuatro patas y produce cagajón, sino a lo que maldice el suelo y me aleja de él, a lo que me levanta y me obliga a no caer, a lo que me pisotearía hasta la muerte si cediera a la tentación del fango, a lo que me hace bailar el corazón y relinchar el estómago, a lo que m transporta a una velocidad tan frenética que tengo que cerrar los párpados con fuerza, ya que la luz más pura nunca deslumbrará tanto como la bofetada del aire.

Llamo caballo a ese irrepetible lugar en el que es posible perder todo anclaje, todo pensamiento, toda consciencia, toda idea de mañana, para convertirse sólo en un impulso, para ser únicamente algo que se despliega.


Llamo caballo a esta entrada en el infinito y llamo cabalgada desbocada al momento en el que me encuentro con las multitudes de mongoles, de tártaros, de sarracenos, de pieles rojas u otros hermanos de galope nacidos para ser jinetes, es decir: para ser.


Llamo cabalgada al espíritu que se precipita con la fuerza de sus cuatro herraduras, y sé que mi bicicleta tiene cuatro herraduras y que se precipita y que es un caballo.


Llamo jinete a aquel cuyo caballo le ha salvado del hundimiento, a aquel cuyo caballo le ha dado la libertad que le zumba en los oídos.


Ésa es la razón por la cual nunca un caballo ha merecido tanto el nombre de caballo como el mío.



Amélie Nothomb, El sabotaje amoroso

lunes, 25 de octubre de 2010

El cielo acuchillado

El cielo se cubrió de nubes, y las nubes de sangre, rojo palpitante y sereno, chillón e ilusoriamente estático, y eso era la belleza desgarrada, acorazada y desnuda, del atardecer, flotando impertérrita e insinuándose a la vez que manteniéndose secreta, territorio fronterizo, huidizo, clamor mudo de los colores y las formas instantáneas. El cielo acuchillado: la brecha misma de la realidad.

Bibliotecas

Era una biblioteca acogedora en invierno, fresca en verano, forrada de silencio siempre, punteada de toses y susurrada de páginas que hacían un corto vuelo, y en la que yo, quizá sin saberlo, desordenadamente, (...) había puesto los cimientos de mi desvencijada cultura, o de mi vocación literaria, o de mi resignación en los libros, que nunca se sabe cómo llamarlo.

Francisco Umbral, Las ninfas

Lenguaje, aire, lluvia, identidad

El examen del edificante lenguaje ajeno me llevó a la siguiente conclusión: hablar era un acto tan creativo como destructivo. Era mejor andarse con mucho cuidado con aquel invento.

La suavidad del aire nocturno fluía por la ventana y se asomaba directamente sobre mi cama. Me la bebía hasta sentirme ebria. Sólo por aquella prodigalidad de oxígeno habría podido adorar el universo.

Desde lo alto de mi experiencia antediluviana, sabía que llover constituía la cumbre del placer. Algunas personas habían observado que era recomendable aceptarme, dejarse inundar por mí sin oponer resistencia. Pero lo mejor era ser directamente yo misma, ser la lluvia: no había voluptuosidad mayor que derramarse, llovizna o chaparrón, fustigar los rostros y los paisajes, alimentar los manantiales o desbordar los ríos, estropear las bodas o celebrar los entierros, abatirse con profusión, don o maldición del cielo.

A veces pienso que nuestra única especificidad individual radica precisamente en esto: dime lo que te da asco y te diré quién eres. Nuestras personalidades son nulas, nuestras inclinaciones resultan a a cual más banal. Sólo nuestras repulsiones nos definen realmente.

Amélie Nothomb, Metafísica de los tubos

domingo, 24 de octubre de 2010

Ni el frío ni la lluvia ni el viento tienen manos

Me gusta, a veces, que haga frío, pero no demasiado, frío estilo Octubre, inciático, larvado, frío preambular, aunque la palabra "preambular" no exista, un frío agazapado y a punto de cruzar un puente, que se estira y te toca la piel, sin manos.

Me gusta el verso la lluvia no tiene manos, el frío tampoco tiene manos, y el verso escuchad el viento, ese es el paraíso, y el viento tampoco tiene manos, y el paraíso también es que te cojan de la mano, por muy cursi que suene, y las manos y el viento y el frío y los horizontes melancólicos danzan despacio alrededor de mí, singularidades impersonales estilo Deleuze.

El frío anuncia algo. Espero quieto y callado a que suceda. Nueva definición de la melancolía: esperar que el viento, el frío o la lluvia te cojan de la mano. Caminar con las manos dentro de los bolsillos. Tampoco tienen labios, ahora que lo pienso. Tampoco tienen cuerpo. No son cuerpos, nosotros sí. La carencia de manos y de labios les impiden a la lluvia, al viento y al frío volcarse en otros cuerpos, expandir sus cuerpos, pero quizá no lo necesitan porque son pura expansión. Las manos y los labios son las antenas del Ser, pienso, pero creo que algo parecido ya lo dijo Sloterdijk.

Escuchar obsesivamente la misma canción, una y otra vez, durante horas, hasta que se me impregna en la piel, en los huesos, en los ojos. Se me ocurre un disparate: las canciones que escuchamos conforman la singularidad de la mirada, y la mirada es lo más fascinante que existe. Las manos y los labios son las antenas del Ser, reciben la señal, pero la mirada lo expresa. Spinoza sólo creía en la mirada y en la alegría, según Deleuze. Y en el instante en que dos labios se despegan el viento esculpe las miradas y las envuelve en una esfera.

Besad al viento, eso es la manía melancólica.

Las estaciones, de tren o de autobús. Lejos de ser no-lugares, son los lugares por antonomasia. Pero, a veces, son tristes, están llenas de viento y de lluvia y de frío y carecen de manos, no digamos de labios. Trakl sólo estaba feliz cuando estaba triste, por eso me lo imagino en estaciones de autobuses y de trenes y viajando solo. Me gusta escuchar música en los autobuses mirando el paisaje de Castilla, música triste que lo impregna de una intensidad sobrecogedora, de esa felicidad triste cuya esencia es un misterio.

Me gusta, a veces, que haga frío, porque sin el frío la idea de un refugio cálido y acogedor pierde su sentido. También me gusta que las chicas se pongan bufandas. También me gusta la palabra "bufanda".

Fumar con la ventana abierta.
Escribir frente a la ventana abierta bebiendo cerveza sin parar, escuchando la misma canción, sin parar. Iba a alguna parte, pero no llegué. Siempre era de noche y las farolas me parecían lo más hermoso que existía. Su luz me acompañaba. Sí, iba a alguna parte, pero ni idea de dónde quedaba. Buscaba en la cerveza y escribía poemas en los que las palabras espuma y noche azul se repetían todo el rato. Espumosas noches azules, por ejemplo. Y la lejanía, siempre algo lejano que se sustraía a la mirada. Iba hacia allí, pero no llegué. No se puede llegar. Si suena demasiado místico lo siento pero resulta que yo soy místico a más no poder, aunque no creo en nada, como Flaubert.

Nueva definición de misticismo: devenir viento, devenir lluvia, devenir frío, buscar la mano que coja la tuya.

Morder la lluvia, morder el viento, morder el frío, que me mordieses el labio inferior. El fulgor desvaído de unos labios disueltos en la noche, la piel que grita, sonríe, salta, estas son las cosas en las que puedo pensar, no es mucho, pero confío en que sea suficiente para hacerle frente a la nada que amenaza con cogerme de la mano.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Lo de siempre

Aún es de día, pero ya se ve la luna: gorda, fría, indiferente. No se ven lobos retándole. La gente camina por la calle. Algunos me conocen, solo por haber vivido al lado durante años, sin hablar de nada, nunca, y nos saludamos apenas, levantando ligeramente la cabeza, en señal de reconocimiento. Se trata de un sistema semiótico que combina reconocimiento e indiferencia. Está bien que sea así. Hay nubes, grúas, lo de siempre. Por fin me corté el pelo. Ahora mi cara se ve demasiado afilada, quizás. Bueno, no importa, no me gano la vida con mi cara. No me la gano de ninguna forma, de hecho. Jóvenes licenciados de más de veinticinco en paro. Ni eso. Tengo que apuntarme al paro. Hay una música que no se oye, pero de alguna forma palpita en el aire, se extiende copando el espacio, habitándolo. Una textura envolvente y frágil, lo de siempre. Un cenicero lleno, libros tirados en cualquier parte, lo de siempre. La peluquera me peinó con gomina sin preguntarme. Yo nunca uso gomina. Yo nunca me peino. Pero pasé de decir nada. Si engordara no se vería tan afilada. Ayer comí donuts y bollería industrial, a ver. ¿Te marco las patillas? Sí, ¿por qué no? Pensé que si fuera una especie de vidente y supiera que el fin del mundo está muy cerca el ¿por qué no? adquiriria ipso facto una densidad semántica monumental y trágica: qué más da, todo se va a acabar ya, con patillas marcadas o sin marcar, no importa. Y el gesto inútil de cortarse el pelo cuando el mundo está a punto de irse a la mierda adquiriría alguna clase significado difuso, poético, como vestirse de gala para suicidarse -que es algo que se ve mucho en series y películas- o algo así. Todo el mundo sigue con sus cosas ignorantes de que el mundo se va a cabar, pero tú lo sabes, lo sabes y ese conocimiento impregna todos tus actos, de ese conocimiento extraen su sentido, te guste o no. Te sentirías solo, probablemente, te tomarían por loco si se lo contaras a alguien. Así que esperarías tranquilamente, con el pelo recién cortado, recién afeitado, en silencio. ¿Sonreirías porque, total, es idiota preocuparse de lo que no depende de nosotros?, ¿le pedirías a Dios una chica bonita? Quién sabe...

Lecturas

Una profusión de lecturas estorba al espíritu pero no lo enriquece, y más vale, con mucho, consagrarse a una pequeña cantidad de autores que vagabundear por doquier.

Séneca

lunes, 18 de octubre de 2010

Murmullos

Yo puedo, si me da la gana, enhebrar tu imagen, deslavazada por el alcohol y por el temblor, haciéndola pasar por el ojo de la aguja de esta imaginación tiznada de tristeza, pero atrevida y loca, que me tocó tener...

Eso dice la voz, una voz, cualquiera, un murmullo persistente, es el lenguaje quien habla, no soy yo, ni siquiera mis voces, tan solo la corriente que salpica sin agotarse nunca, que salta, que ríe, que baña tus pies, tan blancos, y a veces el agua está fría y a veces el agua cae y cae a borbotones sin parar mientras tú ríes también sin parar, en sintonía, sí, pero yo estoy lejos y no me río de nada y busco algo, otra vez, siempre, como un loco, toda la noche, toda la noche dando vueltas en la cama, sin encontrar la postura, hasta que me duermo por fin de puro agotamiento, con tu imagen que igual es sólo un fantasma sin cuerpo que le corresponda, con tu imagen dando vueltas alrededor de mí, que también doy vueltas, y al final me mareo, claro, porque todo gira inútilmente, para nada, no sé si me explico... Quiero decir que escribo solo para ti, aunque no te conozca, porque hay palabras que pueden inventarte, aunque te salpiquen como besos fríos, sin labios, aunque suenen como perdidas en lo oscuro inaccesible, y de ahí que sobrevenga la tristeza que tizna mis ojos, el dolor mudo de la distancia infranqueable, o qué sé yo si solo soy una voz cayendo en cascada, medio rota, que suena en una calle solitaria, atrapada en el atardecer y enredada en el viento de invierno, zarandeada... Y cómo arrullar el sueño de nadie si lo mío es huir, acaso perderme...

Rulfo

Había estrellas fugaces. Caían como si el cielo estuviera lloviznando lumbre.

sábado, 16 de octubre de 2010

Instantánea

Todo es jodidamente divertido, todo es jodidamente triste, y yo toso, pero continúo fumando y los ojos se me llenan de lágrimas y echo de menos algo que no existe: todo es jodidiamente melancólico. Tu piel... Yo aspiro a ser intensamente superficial y simple y quiero abrazar el color del cielo justo antes de anochecer y todavía no ha dejado de atraerme cierto vértigo que siento cuando la soledad es más fuerte que la razón, pero ya ni sé qué digo, ni qué quiero. Abro la ventana, que entre el frío.

El Mapa



Sencillamente genial.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Algún lugar de verdad

Los lugares de verdad no figuran en los mapas, lo dijo Melville.

Prefiero ahora el sol,
aunque sea un sol frío,
el recuerdo es así más nítido
y pido palabras claras
que te iluminen la piel
casi soñada de la noche,
despejen el humo, apaguen la música,
retraten tu sonrisa tímida
asomando en la punta
de la lengua del aire,
viento inmóvil de tu imagen,
pop solar para soñar,
para estremecerse, para escuchar
y dejarse llevar
a algún lugar de verdad

martes, 5 de octubre de 2010

Emprender el vuelo

¡Emprender el vuelo cada día! Al menos durante un momento, por breve que sea, mientras resulte intenso.

G. Friedmann, visto en Ejercicios espirituales y filosofía antigua, Pierre Hadot

Poema encontrado

Y ahora te zambulles
en un sentimiento oceánico y eléctrico
una corriente de temblor ardiente
que te atraviesa
unos ojos
que sonríen en la oscuridad
un fulgor frío
que te deshace
la melodía extática
de nuestra huida
a cualquier lugar
al parpadeo de unos labios
que guarezcan
del miedo
de la intemperie

lunes, 4 de octubre de 2010

Heart of Chambers

Saturación

Como cantaban Blas y las Astrales, me satura tanta cultura. La 2, por ejemplo, no hace más que saturar con aludes de información cultural relámpago, de manera que uno se empacha y no es de extrañar que acabe cantando vivas a la telebasura. No obstante, contradiciendo a Blas y las Astrales, la telebasura también satura, porque también abruma al pobre sujeto receptor con aludes de información no solicitada ni necesitada, y encima con abundante profusión de griterío histérico y estupidez máxima. Esa no es la solución. Para encontrar la solución es preciso remontarse en el tiempo hasta encontrarse con Séneca (¡toma ya!). Y, para exponer adecuadamente la solución senequista, acudimos al gran Foucault, concretamente al curso del Collége de Francia de 1982, titulado La hermeneútica del sujeto y publicado en 2005 por Akal en color naranja butano.

La stultitia es un estado patológico del sujeto del que, obviamente, es preciso salir (si no, pues no sería patológico). El stultus es aquel que no se preocupa de sí mismo, que está expuesto a todos los vientos, quien deja entrar todas las representaciones que el mundo externo le ofrece sin examinarlas. Ni que decir tiene que esta multitud de representaciones se ha incrementado desmesuradamente en los tiempos que corren y entran a lo bestia en todas las casas por todos los medios de comunicación-saturación.

Por otra parte, y como consecuencia, el stultus está disperso en el tiempo: no se acuerda de nada, no retiene nada, "su vida transcurre sin memoria ni voluntad", explica Foucault. Su voluntad no es libre. (Hegel diría: una voluntad que no se determina no es real.) No es libre porque lo que quiere cambia en función de tal o cual acontecimiento, de tal o cual inclinación. Digamos: vive en el mundo de la saturación como un pelele. El stultus quiere con pereza, con inercia, su voluntad se interrumpe, cambia de objetivo. No la dirige hacia ninguna meta.

El objeto que puede quererse incondicionalmente es el propio yo, el sí mismo, en cuanto sujeto. Lo que, desde luego, no quiere decir querer riquezas, honores y, en fin, toda clase de cosas que un filósofo de verdad desprecia desde la sobreabundancia de su gran salud nietzscheana, su voluntad de potencia. ¿A qué exhortaba Sócrates todo el rato? A que cada uno se preocupara de sí mismo, a que hiciera de su alma la más excelente posible. De hecho, no hay ninguna otra determinación importante de la filosofía. Vana es la palabra del filósofo que no cura ninguna dolencia del alma (Epicuro.) Pues eso.

Además, para salir de la estultitia se requiere de otra persona que tienda la mano al pelele para que se constituya como sujeto por sí mismo. No se trata de una simple transmisión de saber (eso lo hace el programa de Jordi Hurtado) sino de una operación que afecta al propio modo de ser del sujeto.

PD: Como bonus track incongruente, una serie de preguntas teológicas: se dice que no hay lugar en el cosmos para Dios, pero, ¿acaso Dios necesita de un lugar? Si ocupase un lugar, ¿No sería una entidad física, susceptible de movimiento y reposo?, ¿no es esa una extraña caracterización de Dios? Incluso Dios pensado como la Naturaleza misma (que sería una totalidad no abarcable, pura indefinición) no ocuparía realmente un lugar, sería lo que da lugar a que haya lugar, por decirlo de algún modo. ¿Sabe algo Hawking de teología? Probablemente no. ¿Demostrar que Dios no existe es una demostración física?, ¿quién postuló que fuera una entidad física? Si la demostración es teológica, ¿no se ha metido Hawking en un berenjenal?, ¿no ha cometido un error categorial flagrante? Si es tan listo para unas cosas, ¿por qué es tan tonto para otras?

domingo, 3 de octubre de 2010

Como en una película

Pasan las nubes como en una película, y se agitan los árboles, como en una película, y se posa un pájaro en el cable eléctrico, como en una película, una película lenta y trascendental -no son pocos los espectadores que abandonan la sala, no obstante los movimientos son hipnóticos y atrapan la mirada, porque pocas veces vemos el mundo en tanto que mundo- despojada de narración, un poco triste, sin cambios de plano, siempre el mismo plano: nubes, árboles, pájaros. Eso es todo. Y el viento, que lo mueve todo, único protagonista invisible que seguirá soplando cuando ya no estemos, seguirá soplando y soplando para nadie, obstinado y perpetuo, para siempre, para nadie, soplando, el viento que no tiene boca, beso del abismo lanzado a bocajarro por la superficie del mundo, lanzado por nadie, el viento que no tiene manos, que nos tiene en sus manos...

viernes, 1 de octubre de 2010

La peor canción de la historia

16 añitos, Dani Martín.

La única descripción posible sería algo así como aberrante engendro que te impulsa a rezar por que una lluvia de bombas nucleares arrase el mundo.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Instantes

Es en ese instante, nítido y pletórico de intensidad, que acontece y se repite a intervalos irregulares de forma siempre inesperada, cuando lo maravilloso se desprende de los hechos -y se nos impone y nos conmueve- como un vapor sereno y furioso, suave y violento, deslizándose sobre la superficie...

jueves, 16 de septiembre de 2010

Work in progress V

Llueve pero asoma el sol entre fragmentos desgajados de nubes grises bordeadas por un blanco luminoso que, por alguna razón, me consuela. La luz adopta texturas musicales expansivas y el espacio las acoge con delicadeza. Por la ventana se cuelan voces en sordina. La lluvia, la luz, el espacio, componen una melodía mínima que avanza como un animal acuático capaz de ir hasta el fin, de adentrarse en las profundidades abisales del oceáno con una sonrisa desvaída pero luminosa.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Work in progress IV

5 de julio, 2006

Labios agrietados, surcos morados alrededor de los ojos, piel pálida salpicada de puntos negros, barba de dos semanas y una delgadez cadavérica coronando la estampa espectral. Tengo diez pares de zapatillas para caminar por ahí y cruzarme con gente que a lo mejor no me ve. Aunque ya es tarde para ser Rimbaud. Estoy pensando en anclar el barco ebrio. Que me de más el sol. Ni en el infierno ni iluminado, simplemente yendo por ahí, pensando y sintiendo, cosas que no tienen por qué ser siempre tristes, ¿me oyes, Proust?

Work in progress III

4 de Julio, 2006

La inercia nocturna convierte los cuerpos en máquinas desesperadas y felices fundidas en el ritmo de la música electrónica. Movimiento perpetuo, sin destino: la narración disuelta en la pura compulsión pueril a la repetición. Una vez y otra vez y otra vez. Ahora la corriente que nos arrastra gira en círculos. Los ritmos más artificiales emulan los de la naturaleza perdida. Tú saltas y te ríes y pides más cerveza y que buena noche se ha quedado, salgamos. Últimas noticias: la tierra gira alrededor del sol, el sol gira alrededor del centro de la galaxia, las galaxias se alejan y aceleran y a ti no te importa demasiado, hace años que no miras las estrellas, quizá se han caído todas sin que tú las mirases. A las siete de la mañana la energía decae y al llegar a casa preparas algo de comer, te desplomas sobre el sofá, buscas dibujos animados en la tele, el resplandor matutino mece tu cerebro en un dulce sopor.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Work in progress II

2 de Julio, 2006

Despertar ligeramente resacoso. No hay problema, turno de tarde. He desayunado Sprite y un trozo de pizza recalentada, el desayuno de los campeones sin esperanza. No sé muy bien por qué he escrito eso. En cualquier caso, la esperanza no es un bien. Implica vivir un tiempo devaluado en función de un fin que escapa a nuestro control. Por mi parte, creo en la eternidad del instante, signifique eso lo que signifique. Sigo ligeramente resacoso, lo cual implica una merma considerable en la capacidad de ordenar mis pensamientos en secuencias lingüísticas inteligibles. Por eso digo "eternidad del instante" y que cada cual piense lo que quiera. Pero bueno, más o menos quiero decir que, por ejemplo, una canción, un recuerdo u otra cosa, pues pertenecen a instantes que se pueden repetir. Algo así. Hoy he paseado, he leído, he comprado ropa, pero sobre todo me he aburrido y me he imaginado que heredaba una inmensa fortuna y vivía de las rentas el resto de mi vida, sin trabajar. El sueño capitalista. Trabajar es un castigo, en eso la Biblia es al menos más sincera que quienes asignan al trabajo un valor sagrado precisamente porque ellos no trabajan y reciben el fruto del trabajo ajeno. Es sin duda muy importante que los pobres trabajen para que los ricos sean ricos.

Work in progress

1 de julio, 2006

Lo cierto es que esta mañana me he levantado magnánimo. Mientras esperaba a que hirviese el café he tarareado algunas melodías de canciones que no recuerdo haber escuchado y he observado el bosque de pinos, que desde la terraza parece un laberinto. He pensado que solo desde esta perspectiva aérea sería fácil encontrar la salida del laberinto, como en esos juegos para niños en los que viene dibujado el mapa de un laberinto y tu misión consiste en trazar con un lápiz el camino de regreso y salvación, porque hay que suponer que siempre hay un monstruo en el bosque, una amenaza oculta que da sentido a la trama y a las peripecias del héroe. El café estaba un poco amargo. Me lo he tomado en la terraza, en bañador y, a pesar de que no tenía nada que hacer y de que sobre mi vida no planeaba ninguna meta, ningún objetivo sobre el cual verter ese sentimiento mezcla de temor y deseo que llaman esperanza, he sonreído, feliz, sintiendo que cada poro de mi piel agradecía la brisa y que mi espíritu se elevaba permitiéndome contemplarlo todo desde una perspectiva inhumana, distante, desde un lugar en el que la serenidad y la indiferencia se fundían en un abrazo cósmico. Exagero, lo sé. Me gusta exagerar. Soy de naturaleza hiperbólica, desde siempre, al menos que yo recuerde. Escribir implica exagerar, exagerar la tristeza, la soledad, el deseo que uno realmente siente, expulsarlos, desembarazarse de todo eso que, no obstante, vuelve, como una carta que hubieses escrito destinada a ti mismo, sin que tú lo supieras. Una carta escrita con tinta fabricada con la sangre de espectros anónimos. Bueno, la última frase fue quizá demasiado efectista, y creo que lo estoy liando todo. Este diario debiera ser un maquinal registro de hechos y pensamientos destinados a quien tenga a bien usarlos del modo que le parezca. A mí mismo, sin ir más lejos. Una vez terminado el café -desayuno de campeones venidos a menos- me fui a la playa, estuve escuchando música mientras contemplaba a los bañistas y las reverberaciones del sol sobre la superficie del mar, alternativamente, todo ello enmarcado en una densa atmósfera de metal progresivo que contrastaba con la escena de sol y cuerpos semidesnudos que se me ofrecía a la vista. Hacía mucho calor, pero no tenía ganas de bañarme, solo de escuchar música y de mirar, registrar sonidos e imágenes, archivarlos, fomar un depósito abundante y bien ordenado, que mis conexiones neuronales pudieran revivir este exacto momento del tiempo con la mayor cantidad de matices posible. Siempre hay mundos hundiéndose a ritmos desconocidos y un tiempo pulsado off-beat que nos rescata de la entropía, o al menos hace habitable este cuento lleno de furia y sin sentido contado por un idiota. De regreso a casa compré un pollo asado con patatas y una coca-cola de dos litros y me lo comí en la terraza, leyendo el periódico, ese incombustible folletín del desastre, siempre informándonos sobre catástrofes en lugares remotos, saturándonos hasta el punto de que no podamos sentir ya nada. Quiren convertirnos en máquinas. Por cierto, Andy Warhol quería convertirse en una máquina y quizás no fuera una mala idea. Creo que se trata de una estrategia terapeútica: convencernos de que no podemos hacer nada. El mensaje es algo así como No sufras, hay demasiadas catástrofes en el mundo que exceden tu limitada capacidad de actuación, despreocúpate, vete de compras, hormiga consumidora. De ahí la publicidad entreverada en la narrativa de la desgracia. Al atardecer me he puesto ciego de cervezas y de marihuana, en la playa, con unos amigos, lo cual me ha hecho terminar el día más magnánimo aún. Siempre he dicho que soportar el eterno retorno, la muerte de Dios, el fin de las ilusiones ilustradas y todo lo que se quiera, es mucho más fácil y divertido si uno está bien provisto de cerveza y marihuana, inventos tan importantes como la rueda e Internet, unos pasos de baile fuera de la cadena de montaje.

martes, 7 de septiembre de 2010

Se acabó

Ahora sí que sí se acabó el verano: ya llueve, ya hace frío (This is León!). El tiempo retorna a sus goznes, a su curso prefijado de armonías grises que prometen comienzos y una extática serenidad que hará las delicias de los místicos melancólicos refractarios al tiempo estival que, como queda dicho, es un tiempo fuera de quicio que septiembre se encarga de reparar (¡Septiembre es como Hamlet!). El otoño es la vuelta a casa.

sábado, 4 de septiembre de 2010

El militante

El militante sabía muy bien que se exponía a la incomprensión y a la burla y, lo peor de todo, a ser confundido con la masa de sujetos vagos y pasivos desprovisto de cualquier atisbo de militancia política. Su actitud era una recusación generalizada del capitalismo. Ni más ni menos. Su estrategia: una pasividad total. Un sujeto que ni produce ni consume. Una crítica radical al núcleo del mal. Apático, desganado, contemplativo, melancólico. La nueva tabla de valores del buen revolucionario. Bajo un cielo estrellado, medita sobre la alegría de estar triste de la que ya hablaron Víctor Hugo y Kurt cobain (echo de menos la comodidad de estar triste). Pero su historia no puede ser narrada: el militante no hizo nada en toda su vida, y murió. Ya está, eso es todo.

Melancolía

Según Ficino, ésta consiste en transformar en deseo de abrazo lo que compete a la contemplación.

Y el comentario de Giorgio Agamben:

"La intención erótica que desencadena el desorden melancólico se presenta aquí como la que quiere poseer y tocar aquello que debería ser sólo objeto de contemplación, y el trágico desarreglo del temperamento saturnino encuentra así su raíz en la íntima contradicción de un gesto que quiere abrazar lo inasible. Es en esta perspectiva en la que se interpreta el pasaje de Enrique de Gante que Panofsky pone en relación con la imagen dureriana y según el cual los melancólicos, “no pueden concebir lo incorpóreo”, en cuanto tal, porque no saben "extender su inteligencia más allá del espacio y de la grandeza”. No se trata simplemente aquí, como se ha señalado, de un límite estático de la estructura mental de los melancólicos que los excluya de la esfera metafísica, sino más bien de un límite dialéctico que toma su sentido en relación con el impulso erótico de transgresión que transforma la intención contemplativa en "concupiscencia de abrazo”. Es decir que la incapacidad de concebir lo incorpóreo y el deseo de hacer de ello objeto de abrazo son las dos caras del mismo proceso, en el transcurso del cual la tradicional vocación contemplativa del melancólico se revela expuesta a un trastorno del deseo que la amenaza desde dentro"

Ruinas

Tanto leer y no saber nunca qué decir
contemplar solo ruinas, lejanías
siempre anclado en la memoria de lo que no fue
rozando la piel de la melancolía
la superficie metafísica de lo inaprehensible
que echamos de menos
las tardes de septiembre
de resaca y pájaros en sus jaulas

martes, 31 de agosto de 2010

El otro lenguaje de la naturaleza


De los árboles brotan
palabras desmayadas
que el viento recoge
en sus manos ahuecadas

Memorias


Vivía pegado a la ventana
espectador solipsista
de mi mundo
cuyos límites amaba:
el viento era mi viento
y la noche insondable
me hablaba sólo a mí
borrando mi rostro
y deshaciendo el mundo

Qué fácil entonces


Pero qué fácil entonces
alcoholizado
desequilibrado
y feliz
aquello de dejarse atravesar
por la noche el viento
cualquier cosa
con tal de que el éxtasis ardiera
y ardiera sin más
consumiéndose a sí mismo
fin y no medio
ardor bárbaro
sin palabras
grito o suspiro
o arañazo trágico y bello
daba lo mismo

Temblor de luz y agua


Y todo es temblor de luz y de agua
y lejanía inconcebible
susurro estrellado
polvo galáctico
trenes desbocados
surcando la estepa
con pies descalzos
y ojos de cristal nítidos y fríos
como la nieve
que se deshizo
hace ya miles de años

Otoño (Waiting for...)


La sombra del otoño se asoma ya con pasos sigilosos
y yo me alegro:
promesa de cobijo y cazadoras de cuero color marrón.
La presiento.
Lejana aún, pero planeando ya
sobre los árboles
que se estremecen 

de placer suicida.

Desvarío lingüístico-vitalista

Quién sabe si la transformación total de la vida nos aguarda en las trémulas ascuas de un lenguaje que vibra ensoberbecido invitándonos a asaltar la realidad como si a nosotros, los últimos hombres, los efímeros, los póstumos, los peces del pantano nihilista, nos cupiera aún descubrirla, conquistarla, agitarla en el aire y saltar y gritar "¿así que era esto?, ¿así que iba en serio? Pues venga, ¡otra vez!".

sábado, 28 de agosto de 2010

Just Oates

"Margaret, hay un modo correcto y un modo incorrecto de hacer las cosas", me dice, y yo me echo a reír y le digo lo que un día se me ocurrió durante la clase de mates: "No, abuela, hay un solo modo correcto pero hay mil modos equivocados y por eso la gente lo jode todo continuamente".


¿Sabes lo que voy a echar de menos cuando me muera, Maddy? Noches como éstas en las que aquí abajo todo se ve tan claro, frío y nítido como allá arriba en el cielo, de manera que no te importa sentirte completamente sola, ¿sabes a lo que me refiero?


Joyce Carol Oates, Puro fuego: confesiones de una banda de chicas.

viernes, 27 de agosto de 2010

Feliz Nuevo Mundo Veloz

Y es que este es un mundo veloz, feliz, el Feliz Nuevo Mundo Veloz. Sean bienvenidos. Acomódense en sus butacas. No hace falta que se muevan. Los haremos todos por ustedes. Ustedes no son nada, pero no se alarmen, no ser nada es algo bueno. Sonrían. Proyectaremos sobre ustedes, en nuestras pantallas, todo tipo de imágenes. Somos un Sujeto misterioso. Si atraviesan las pantallas no nos verán. No somos seres ahí. Somos el río que fluye por sus venas. Os chuparemos la sangre. Reclamamos atención. Aparten la mirada de las cosas feas. Emitimos únicamente cosas bellas y, por lo tanto, buenas. No sean idiotas, no hay nada fuera de la caverna. Tenemos reglas, podrán jugar todo el rato que quieran, a lo que quieran. Diviértanse. ¿Qué clase de perturbado no amaría a un amo benevolente que no está en ningún lugar? Satisfacemos todos sus deseos y, como sabemos que desear es difícil, les ahorramos el trago de averiguar por ustedes mismos qué desean. Se lo indicaremos a continuación.

El tiempo acelerado

Quieres mojar elegantes magdalenas en tazas de té súper finas y volverte a tu interior, a tu sagrada subjetividad delux, agasajarte con los meandros de recuerdos líricos, envolverte en ensueños acariciadores y vaporosos, mecerte en ellos como en los brazos primordiales de los que no guardas recuerdo alguno, pero ahora sólo venden bollos repletos de grasas saturadas y tiras el plástico a la calle para que se joda el planeta, en un gesto de rabia desesperada, pero es un gesto insulso carente por completo de grandilocuencia, ni siquiera una pizca. Tú y tu escuálida memoria desapareceréis de la faz de la tierra mucho antes que el plástico. El plástico tiene más futuro que tú. Tú ya no tienes un mundo interior singular. Te puedes comprar uno, un mundo cualquiera, estándar, que pasará de moda la temporada que viene. Tienes que adaptarte, estar atento, acomodar tus ritmos a la balada triste del capital, que el deseo no pare de fluir. A nadie le gustan los aguafiestas. Basta con que emitas un montón de signos festivos. Mira los anuncios, aprende de los anunios, todo el mundo es feliz en los anuncios, el mundo debería ser como un anuncio. He aquí la utopía. El motor infatigable del deseo sin fin, el mundo en perpetua revolución de las mercancías siempre renovadas. Viva la fiesta, viva la velocidad, viva la moda: el futuro ya estuvo aquí.

martes, 24 de agosto de 2010

El libro electrónico

Yo era un entusiasta defensor del libro electrónico hasta que en la Fnac tuve la oportunidad de sostener uno entre mis manos, día en que me convertí en un conservador resignado que espera en silencio el estallido sordo de la catástrofe por venir. Por supuesto, la cuestión no es, ni mucho menos, moral: se buscarán en vano valores trascendentes asociados al objeto libro, pero sí es profundamente ética: el encuentro entre el libro electrónico y yo no fue un buen encuentro. Esto quiere decir que no entramos en relaciones de composición. Ningún juicio moral, como se ve. Para otros la catástrofe será una bendición.

martes, 17 de agosto de 2010

Osos Panda

Sobre la figura y múltiple significación del oso panda en la música popular española, atendiendo especialmente a sus vertientes punk y tontipop: