domingo, 21 de agosto de 2022

¿Por qué Mullholland Drive se entiende mejor que Piratas del Caribe?

AQUÍ

A ver, tampoco nos pasemos. Vale que la cinefilia haya fabulado sobre la mística de la dificultad en las películas de Lynch, pero de ahí a decir que Lynch se esfuerza en narrar de forma cristalina...

jueves, 11 de agosto de 2022

Neofeudalismo poscapitalista

Alguien debería escribir un libro con este título, porque es muy bueno. Posible subtítulo: por qué el comunismo nunca va a llegar. 

El libro tiene que tratar, entre otras cosas, sobre el fin del turbocapitalismo petrolífero que nos han proporcionado energía y crecimiento económico a cholón y que, desgraciadamente, se va a acabar pero ya. El horizonte económico-político que esto plantea es difícil de adivinar. ¿Fin del globalismo económico? ¿soberanías parceladas al viejo estilo feudal? En fin, ignoramus et ignorabimus.

martes, 2 de agosto de 2022

La Filosofía siempre tiene otra cosa que hacer

Cualquier clase de polémica es extraña, desde un principio, a la actitud del pensamiento. El rol del pensamiento no es el del polemista. Pues el pensamiento solo piensa cuando sigue a aquello que habla para una cosa. Las palabras combativas no tienen aquí otro sentido que el de proteger la cosa.

Martin Heidegger 


A veces se imagina uno la filosofía como una discusión perpetua, como una «racionalidad comunicativa», o como una «conversación democrática universal». Nada más lejos de la realidad y, cuando un filósofo critica a otro, es a partir de unos problemas y sobre un plano que no eran los del otro, y que hacen que se fundan los conceptos antiguos del mismo modo que se puede fundir un cañón para fabricar armas nuevas. Nunca se está en el mismo plano. Criticar no significa más que constatar que un concepto se desvanece, pierde sus componentes o adquiere otros nuevos que lo transforman cuando se lo sumerge en un ambiente nuevo.


Pero quienes critican sin crear, quienes se limitan a defender lo que se ha desvanecido sin saber devolverle las fuerzas para que resucite, constituyen la auténtica plaga de la filosofía. Es el resentimiento lo que anima a todos esos discutidores, a esos comunicadores. Sólo hablan de sí mismos haciendo que se enfrenten unas realidades huecas. La filosofía aborrece las discusiones.


La filosofía siempre tiene otra cosa que hacer. Los debates le resultan insoportables, y no porque se sienta excesivamente segura de sí misma: al contrario, sus incertidumbres son las que la conducen a otros derroteros más solitarios.

Gilles Deleuze y Félix Guattari, ¿Qué es la Filosofía?