Hace mucho tiempo dije un montón de palabras
lenguaje casa del ser tejado perdidas
viento desolado niñas
desguarecidas bajo la lluvia.
La condición: si el lenguaje es la casa del ser.
La consecuencia: entonces el viento
se ha llevado el tejado
y las palabras parecen niñas perdidas
bajo la lluvia.
Era lógico y también
era un poema
porque se entendía y no se entendía
porque soplaba el viento y llovía
y porque sonaba tan triste
con tanto viento y tanta lluvia
y tanta niña desolada.
El viento generaba gemidos desolados
y las palabras carecían de significado.
Creo que eso era, más o menos,
todo lo que pasaba en el poema.
O todo lo que no pasaba.
Pero tal vez el viento, aunque no diga nada,
diga más que las palabras...
Y además más y otra cosa.
Y no es verdad que solo genere
gemidos desolados.
A veces danza con las hojas de los árboles
y enjuaga las lágrimas
de las niñas perdidas.