viernes, 13 de mayo de 2022

Obra teatral (VI)

(Como buen y consuetudinario bebedor de café que es, el Señor S. prepara su segunda cafetera matinal. Ingiere el cafeínico elemento acompañado de un cigarro. ¡Esa es la combinación! De fondo suena Aphex Twin. En la mesa del salón, distribuidos en perfecto caos, hay apuntes, libros, posavasos, vasos de café, bolígrafos, el vaso que el Señor S. usa a modo de cenicero y que, si asumimos que el significado es el uso, podríamos considerar que en realidad es un cenicero. El Señor S. se dispone a escribir su fragmento teatral. Como no sabe muy bien de qué escribir, va a contar un sueño, pese a considerar que escuchar sueños ajenos suele provocar oleadas de aburrimiento)

SEÑOR S: Hoy soñé que subía las escaleras de un edificio de cinco pisos. Al llegar al que supuestamente era el último piso, las escaleras continuaban ascendiendo. Indefinidamente. Creía, dentro del sueño, que vivía en el quinto piso de ese edificio, pero me había equivocado de edificio. Unos seres extraños y malignos habitaban el quinto piso. La Señora C. no estaba allí. No podía preguntarles dónde estaba porque eran entidades oníricas inequívocamente malvadas. Me sentía un intruso en aquel edificio. Desde los pisos superiores, que se abismaban en una brumosa lejanía, se asomaban más entidades de inequívoca maldad. Cabezas silenciosas, altivas, escrutadoras. Me sentía mal por algo, culpable, pero no sabía por qué. Me había equivocado y estaba avergonzado. Salí a toda prisa del edificio. 

(Pausa dramática)

SEÑOR S: Me desperté. La durmiente Señora C. estaba a mi lado y la bruma pesadillesca se deshizo y dio paso a la tranquila serenidad de un claro en el bosque.

jueves, 12 de mayo de 2022

Obra teatral (V)

(Madrid. Diez y cuarto de la mañana. El Señor S. sale de la tan temida lectura del examen ante el tan temido Tribunal, hiperbólicamente caracterizado como kafkiano, siniestro y pesadillesco)

SEÑORA C: ¿Qué tal la lectura? ¿Ya acabaste?

SEÑOR S: No fue pa tanto...

SEÑORA C: Veeeeees

SEÑOR S (sonoramente entusiasmado): ¡Fonéticamente estuve prodigioso! ¡Vocalicé con absoluta claridad! ¡Esculpía cada sílaba en el aire como un orfebre de la pronunciación!

SEÑORA C: Exage...

SEÑOR S (alzando la voz, con más entusiasmo aún): ¡Ondas sonoras graves y resonantes cargadas de inteligibilidad surcaron los aires de la sala e impactaron certeras en las orejas de todos y cada uno de los miembros del Tribunal!

SEÑORA C (ríe)


(Día siguiente. Soleada y calurosa tarde de mayo en la Colonia lulia Augusta Emerita. De fondo, melodioso piar de pájaros. No tan melodioso, en realidad. Tal vez se diga trinar, no piar. Se oyen pájaros, sea como fuere. La Señora C. ha acudido rauda y veloz a la manicoblioteca. No tan rauda ni veloz, en realidad, más bien a regañadientes. Como su nombre indica, manicoblioteca es un edificio con forma de caja en el que se almacenan libros y por el que deambulan y parlotean los locos. El Señor S. se queda solo en el salón una vez más y piensa lo siguiente)

SEÑOR S: Igual que el tuero brillador estalla en chispas, cuando ella está alegre su cuerpo estalla en risas. Sonoras chispas de luz salen despedidas de su boca. La risa de la Señora C. brilla en la oscuridad, como su camiseta.

martes, 10 de mayo de 2022

(Yanotanmini)obra teatral autoficcional (IV)

(El Señor S. está sentado en el salón. Le sudan y le tiemblan las manos. La pesadilla de tener que leer ante un tribunal se materializará mañana mismo. Hace calor, mucho calor. No quiere ir a Madrid solo, tiene que ir a Madrid solo. El Señor S. vocaliza mal. Al Señor S. a veces no se le entiende cuando habla. La Señora C. a veces no le entiende. Sus padres a veces no le entienden. Sus hermanos a veces no le entienden. Le cuesta vocalizar bien, esa es la verdad. Al Señor S. le gusta leer en silencio. Al leer en voz alta las palabras se convierten en una masa espesa y pesada y se le atragantan. Hay gente a la que se le da bien leer en voz alta. El Señor S. no es una de esas personas)

SEÑOR S: Los incunables deben ser tratados con cuidado y cariño. Deben usarse guantes de algodón y el ángulo de inclinación...

TRIBUNAL: ¿Qué dice? ¿Está hablando ya?

SEÑOR S: En una funda de terefltalato de polietileno...

TRIBUNAL: ¿Teref qué? ¿Qué dice?

SEÑOR S: El polietileno es un tipo de polímero, los polímeros son agregaciones, partes de, muchas partes reunidas, meros en griego significa...

TRIBUNAL: ¿Está hablando de química? ¿Etimologías?

SEÑOR S: Las células eucariotas de, esas son las del núcleo creo, tienen un núcleo, las procariotas no... eso es de la conservación y preservación de materiales, no conviene un ambiente húmedo ni seco, los materiales se escamarían, muy húmedo aparecen hongos y bacterias, por eso decía lo de las células, eso es importante... Esto, el ambiente ha de ser fresquito, los libros y demás hay que tratarlos con cuidado...

TRIBUNAL: Más alto, por favor. Y más despacio.

SEÑOR S: Un tipo de lenguaje controlado y poscoordinado, no jerárquico sino asociativo, con múltiples relaciones entre términos...

TRIBUNAL: Haga el favor de pronunciar. Esos sonidos que usted emite carecen de inteligibilidad. Fonéticamente son un desastre.

SEÑOR S: La etiqueta 310 del MARC 21...

TRIBUNAL: ¿La qué del qué?

SEÑOR S: Sabido es que el principio de subdivisión lógica de la clasificación decimal se remonta a El Sofista de Platón, o al Parménides —ahora no me acuerdo bien porque estoy NERVIOSO— donde se dice que ser algo es no ser lo demás, de ahí que el ser se entienda en tanto diferencia, es decir, el ser en tanto no-ser, la vía que prohibía expresamente el Poema de Parménides y que retomará Deleuze ya en 1968 con su obra...

TRIBUNAL: ¿Está farfullando una especie de rollo filosófico? Oiga, no se vaya por los cerros de Úbeda, haga el favor.

SEÑOR S: Y eso es todo, miembros ilustrísimos de este aterradoramente kafkiano, siniestro y no poco pesadillesco Tribunal.

jueves, 5 de mayo de 2022

Imparlancia y afasia en la literatura norteamericana posposmoderna

La broma infinita comienza describiendo el ataque de afasia de Hal. Él cree que está hablando y comunicándose, pero nadie le entiende. Más adelante se describe cómo su padre, el bromista infinito, había contratado, en el pasado, a un profesor de conversación para que hablara con Hal. El profesor de conversación resulta ser el propio padre de Hal disfrazado. Lleva un bigote falso que se le cae. Hal asegura que está hablando, que emite palabras, sonidos significativos y que es él (su padre) quien no le está escuchando.

En Biografía provisional de Mose Eakins, de Evan Dara, el protagonista sufre un trastorno neurolingüístico llamado imparlancia. Sus palabras no tienen peso, no significan nada para nadie, a no ser que tengan un propósito comercial. 

Miniobra teatral autoficcional abruptamente interrumpida (segunda continuación)

ESCENARIO: La Biblioteca.

(El Señor S. tiene sueño y está cansado y no quiere estudiar nunca más, pero ahí está, en la Biblioteca, dándolo todo, exprimiendo el poco jugo que quizá todavía quede en su agotado cerebro)

SEÑOR S (en silencio, monologando para sí, sin declamaciones teatrales que valgan): Ay mísero de mí, qué cansado estoy, qué pocas ganas de estudiar tengo, qué triste destino el del esforzado opositor que aún no sabe si tiene o no tiene plaza... ¿Qué es mejor, sufrir los dardos de...

(Se calla)

SEÑOR S: Si me pinchan, ¿acaso no...

(Parece que se ha puesto a citar fragmentos sin ton ni son, a fragmentar fragmentos o a enlazar frases inconexas, no sé, un rollo posmoderno o algo así...)

SEÑOR S: ¿Cuándo viene God...

(Sin comentarios)

(Se baja el telón. El Señor S. vuelve al estudio)

Nota: El Señor S. solo ha ido dos veces al teatro en toda su vida. Al Señor S. le gusta el cine. Piensa que al teatro le faltan planos secuencia, planos detalle, primeros planos, planos medios, planos generales, contrapicados, secuencias rodadas con Steadicam, planos cenitales, etcétera. El teatro es un plano fijo. Ni siquiera eso, en realidad. Es algo tremendamente precinematográfico. Además, apenas ha leído teatro. Ha leído a Beckett y ha leído Hamlet. Varias veces, eso sí. Ese es su escuálido bagaje teatral. Dicho queda.

Miniobra teatral autoficcional abruptamente interrumpida (continuación)

(Al día siguiente. El Señor S., tras un sueño intranquilo en el que le obligaban a leer un examen ante un tribunal*, se despierta y va al baño y luego prepara café y se sienta en el sofá y se toma el café y se restriega los ojos y bosteza y se estira y emite sonidos variados e inarticulados que significan que está en pleno proceso de desperezamiento. Pronto necesitará ingerir más café)

SEÑOR S: Heme aquí

(Mira a su alrededor en busca de inspiración. ¿Qué más decir? Y, sobre todo, ¿para qué?)

SEÑOR S: Cuando ella no está, su imagen etérea, envuelta en un halo de ternura, se proyecta en el aire. 

(Piensa: será mi cerebro el que funciona como proyector)

SEÑOR S: Sale el sol. Un buen día. 

(Como pueden apreciar, el Señor S. describe sus circunstancias, consustanciales con su estar-aquí, o sea, con su ser sí mismo o su mismidad misma, con su yo, vale decir, si bien el yo no es idéntico a sí mismo si no que cambia a lo largo del tiempo...)

SEÑOR S (a voces): ¡El tiempo está fuera de quicio! ¡El yo es una ficción! ¡Una mascarada!

(Se levanta del sofá. Es hora de más café)

SEÑOR S (debidamente cafeinado): No se puede acariciar. Su estar-aquí en el modo de la ausencia, de la imagen aérea cerebralmente proyectada, es inacariciable. He aquí una significativa carencia de la deconstrucción de la metafísica de la presencia... 

(Por algún motivo, el Señor S. se ha puesto a hablar en plan heideggeriano. Rogamos a los lectores que nos disculpen)

(El Señor S. deja de escribir su miniobra teatral autoficcional. Quizá vuelva a continuar, quizá no)

*Pronto tendrá que leer de verdad ante un tribunal. El pavoroso acontecimiento se materializará en un futuro que cada día está más cerca de convertirse en presente. Es posible que ya tenga plaza, aunque aún no lo sepa. También es posible que no la tenga. La plaza está en el archifamoso estado de indeterminación cuántica (es una metáfora) ejemplificado por el archifamoso gato. De momento el Señor S. está en paro. 

miércoles, 4 de mayo de 2022

Miniobra teatral autoficcional abruptamente interrumpida

ÉPOCA: circa 2022.

ESCENARIO: sala de estar.

DECORADO: mesa del comedor, reconvertida en mesa de estudio. Papeles dispuestos en un caosmos (orden caótico o caos ordenado)

ACTORES: Señor S. 

(El Señor S. estudia legislación, prosa que describe como abrumadora, devastadoramente aburrida. Enciende un cigarro. Declama a voz en grito)

SEÑOR S: ¡A veces lo importante es aburrido!

(Suspira. Baja el tono de voz)

A veces lo importante es un fárrago textual ininteligible

(Se interrumpe la obra. El Señor S. tiene que ducharse e ir al cine. Acudirá raudo y veloz al encuentro con la Señora C., dueña y señora de su corazón)

King Gizzard & The Lizard Wizard - Live in Melbourne '21


Póngase de fondo la música de los maravillosísimos King Gizzard and The Lizard Wizard si uno se ve obligado a lidiar con toneladas de prosa devastadoramente aburrida, es decir, si uno está estudiando legislación. La cosa seguirá siendo igual de farragosa, la prosa no se volverá de repente divertida ni interesante, tampoco ágil o veloz, pero al menos el cerebro del sufrido estudiante tendrá una vía de escape. 

No obstante, no es conveniente prestar demasiada atención a la música. Uno debe descender al infierno de los textos legislativos y permanecer en él durante cierto tiempo. Lo que hay que hacer es prestar una especie de atención flotante a la música, saber que hay escapatoria, aunque de momento no se pueda escapar.

¿Qué ha pasado con el cine francés?

¿Por qué han pasado de hacer películas lentas, líricas y pedantes (Eric Rohmer) a hacer películas absolutamente perturbadoras e inductoras de trastornos de estrés postraumáticos (Julia Ducornau)?