Pero qué fácil entonces
alcoholizado
desequilibrado
y feliz
aquello de dejarse atravesar
por la noche el viento
cualquier cosa
con tal de que el éxtasis ardiera
y ardiera sin más
consumiéndose a sí mismo
fin y no medio
ardor bárbaro
sin palabras
grito o suspiro
o arañazo trágico y bello
daba lo mismo
No hay comentarios:
Publicar un comentario