sábado, 31 de diciembre de 2016

Calor Vs. Frío

En León es fácil oír que el calor es peor que el frío. Pero no es verdad. Yo odio el frío. Y la gente me suele objetar lo siguiente: ya, pero el calor extremo es peor que el frío extremo. Pues no, no lo es. Y últimamente paso los veranos en Extremadura y los inviernos en León, y definitivamente me quedo con el calor. 

PD: Tengo fe —la fe es la hipóstasis de las cosas esperadas, como bien dijo San Pablo— en que el paracetamol me libre de la febrícula y pueda salir, pese al odioso frío, a empezar el año como se debe empezar un año: bebiendo gin-tonics, muchos gin-tonics*. 

PD2: Se me olvidaba: ¡Feliz año, queridos, escogidos, sufridos lectores! Os deseo mucho más que suerte.

*Además, aunque prácticamente vivo en chándal, por alguna razón tengo muchas americanas, y si no me pongo hoy una a ver cuándo me la pongo. 

Ciencia Vs. Introspección

Para determinar la fiebre es mucho mejor usar un termómetro que el método introspectivo. Yo estaba convencido de que ayer había tenido fiebre pero hoy ya no. Tenía, por así decirlo, la certeza apodíctica de que hoy no tenía fiebre. Era para mí una verdad autoevidente. Sin embargo, me da por ponerme el termómetro y descubro que tengo algo más de 37 grados. No es mucha fiebre, pero es algo, y demuestra que estaba equivocado y que la certeza subjetiva es bien poca cosa.

Nacho Vegas - Ámenme, soy un liberal



Algún día me haré liberal.

Mientras las discusiones entre izquierdistas degeneran rápidamente en moralina barata y extravagancias terminológicas cada vez más delirantes —el heteropatriarcado fonologocéntrico puede tener la culpa de todo, y no Yoko Ono, pero a ver quién es el guapo que lucha contra un enemigo tan abstracto y nebuloso— Juan Ramón Rallo al menos tiene la decencia de definir aquello de lo que habla.

Frente a esa democracia mística y soteriológica que invocan ciertos ideólogos de la izquierda —y que es un poco como el Mesías, que está siempre por venir pero no llega nunca*— Rallo dice que simplemente se trata de un imperfecto mecanismo de decisión grupal.

Y frente a las discusiones politizadas sobre las restricciones de tráfico, Rallo se limita a decir que la polución supone un problema de externalidades negativas que debe ser solucionado.

Muy razonable.

PD: De todas formas, yo creo que en la igualdad, pero no de oportunidades —eso es un mito— sino de posiciones, lo cual dificulta mi conversión al liberalismo, claro.

PD2: También creo que Canciones populistas es lo peor que ha hecho Nacho Vegas. Unas letras panfletarias e insulsas, impropias de su genio, a miles de millones de años luz de la poesía salvaje de Cajas de música difíciles de parar o de canciones tan hermosas y violentas como El fulgor.

PD3: Pero hay que decir Nacho Vegas tiene derecho a hacer lo que le de la gana, independientemente de los que opinemos algunos de sus fans. Solo faltaría.

*Según los cristianos sí llegó. Jesús era el Mesías. Pero la segunda venida no se produjo nunca, y en vez del Reino de los Cielos vino la Iglesia.

jueves, 29 de diciembre de 2016

El amor negarestánico

El aperturismo asociado con el amor es en sí mismo un cierre aún más fuerte al mundo exterior. Los amantes se abren entre sí para cerrarse sobre sí mismos y respecto al exterior. 
Reza Negarestani, Ciclonopedia, pág. 424

Podrían preguntarse por qué extraigo exclusivamente citas relacionadas con el amor de esta extraordinaria novela, en la que se habla de mil cosas más (de hecho, apenas se teoriza sobre el amor). Pues no lo sé, me ha dado por ahí.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Ascension - broadcast (as above)


Sobre las epístolas paulinas

Las epístolas de Pablo Iglesias son rematadamente cursis, sobre todo si las comparamos con la brutal potencia retórica de las epístolas de San Pablo. 

PD: Como veis, no tengo nada que aportar a lo que sea que se esté debatiendo en Podemos, si es que se está debatiendo algo. 

PD2: Yo no veo telediarios ni leo periódicos* —¿porque tengo una vena elitista y pedante y los considero un delirante entretenimiento para las masas?—, mi recomendación para entender no ya a Podemos sino la estructura y las dinámicas de los partidos políticos en general es leer el clásico de Robert Michels Los partidos políticos: un estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de la democracia moderna. Estoy casi seguro de que sigue siendo un libro actual.

*Al menos no deliberadamente. A través de Facebook de vez en cuando me asaltan noticias sobre candentes cuestiones de actualidad y no puedo evitar prestarles atención. De ahí que haya tenido noticias sobre las epístolas paulinas (y las errejonianas). 

jueves, 22 de diciembre de 2016

El eje indie-mesopotámico (Triángulo de Amor Bizarro - Baila Sumeria + El Columpio Asesino - Babel)





En el principio fue Oriente Medio, entidad viva y sentiente. Y lo será en el final. Es el alfa* y el omega de la tierra. Noise telúrico**, la antítesis de la música de las esferas...

*Como es sabido, la letra hebrea א (álef) no tiene equivalente fonético, se translitera según la vocal que la acompaña. La letra griega alfa sí que tiene equivalente fonético. Sobre esta cuestión habla Reza Negarestani en el Excurso VIII (Música bárbara y alfabetos sin vocales) de Ciclonopedia. Como también es sabido, Sócrates puede extraer conocimiento de un esclavo ignorante mediante la anámnesis con la condición de que el esclavo hable griego, es decir, que no sea un bárbaro. 

** Ray Brassier, otro autor englobado bajo la etiqueta de realismo especulativo, tiene un artículo sobre noise titulado La obsolescencia del género en el que señala que el término noise se refiere no tanto a un género concreto de música como a las zonas anómalas de interferencia entre los géneros: entre el post-punk y el free-jazz; entre la música concreta y el folk; entre la composición estocástica y el art-brut. Negarestani, en el ya mencionado Excurso VIII, señala que la palabra noise proviene de la palabra latina nausea, y esta a su vez del griego, y que designaba la sensación mareante que experimentaban los griegos al oír a los bárbaros.

PD: Puede que la lectura de Ciclonopedia me esté dejando el cerebro hecho polvo.

La Biblia desenterrada

La biblia desenterrada: una nueva visión arqueológica del antiguo Israel y el origen de sus textos sagrados, Israel Finkelstein y Neil Asher Silberman.

Obra maestra. Lectura obligatoria.

PD: Hago estas declaraciones dogmáticas en vez de una reseña crítica en condiciones porque (1) soy extremadamente perezoso, como ya habré dicho un millón de veces, (2) no se me da bien hacer reseñas. Sea como fuere, es un libro buenísimo y lo recomiendo fervorosamente a los interesados en la historia de Israel y de la Biblia (que deberíais ser todos, dicho sea entre paréntesis).

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Sobre la educación

Hay gente convencida de que la educación es la panacea. Creen que la educación es una varita mágica capaz de solucionar todos los problemas.

(La gente cree en una cantidad inusitada de majaderías).

A esta (desnortada) gente habría que recordarles una de las pocas enseñanzas sensatas que nos legó Freud, a saber, que hay tres cosas imposibles: educar, gobernar y psicoanalizar. 

Son imposibles porque el resultado siempre nos va a parecer insuficiente. Sus resultados, por así decir, no son totalizables*. 

De forma que los ingenuos que creen en la educación como panacea, como remedio universal para todo, pueden insistir en su argumento hasta el delirio: hace falta aún más educación (siempre va a hacer falta aún más educación). Si en el futuro el noventa por ciento de los españoles tienen un doctorado en física de partículas, dirán que el problema es que los españoles no tienen ni puta idea de física de fluidos, y si son expertos en física de fluidos dirán que lo que pasa es que de fonética sánscrita andan cortitos, y si se especializan en fonética sánscrita dirán que han descuidado su formación en erotismo bizantino, o que no han leído concienzudamente las grandes obras del posmodernismo norteamericano en las que se habla de niños-cabra ni saben recitar de memoria los sonetos de Quevedo. 

*Esto no quiere decir que haya que dejar de educar, claro.

martes, 20 de diciembre de 2016

Guerra contra los enemigos del acceso abierto

ESTA es una buena noticia.

PD: Los enemigos del acceso abierto deben ser nuestros enemigos. Guerra sin cuartel contra ellos.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Todo lo que siempre quisiste saber sobre la teoría del amor cíclico de Roland Barthes pero nunca se te ocurrió preguntarle a Reza Negarestani

enamorarse no puede ocurrir dos veces; quiere decir que no hay ninguna posibilidad de que te enamores una segunda vez, porque si el amor es la hemorragia de la salud y una evidente catástrofe, entonces no queda nada en el amante para alimentar un nuevo amor y enamorarse de nuevo. El amor vacía todas las posibilidades de recuperarse. Enamorarse es un billete de ida al fin de la salud. Barthes sugiere que el amor es cíclico, que por cada amor hay una fase de recuperación y que al final de cada recuperación hay otro amor esperando. Este ciclo me parece que no es amor sino coqueteo, coqueteo unido a supervivencia. Un amante que constantemente se enamora (el amante barthesiano) coquetea o con la supervivencia de sí mismo o con la de sus emociones. El amor, en este sentido, solo reinscribe la supervivencia. Y, cuando de supervivencia se trata, el deseo humano es ya de por sí una ruina muerta. Según Barthes, lo que importa no es el amor sino "el próximo amor", lo que presupone la supervivencia del amante y la regeneración de su salud. Pero el único entusiasmo del amor reside en consumir toda posibilidad de caer enamorado de nuevo. El amor cíclico es como el erotismo chino, en el que la excitación sexual se refrena para así tener múltiples orgasmos. Amo para recuperarme para amar a alguien más para recuperarme para amar a alguien más... Esta es en verdad una fórmula muy ingeniosa, pero no para amar, sino para sobrevivir. El ciclo Amor-Recuperación que dibuja Barthes en sus obras es por supuesto proustiano, pero a su vez se parece mucho al ciclo de autofertilización de Aristóteles (nada debe malgastarse porque se necesitará en la próxima fase del ciclo, el próximo amor, la próxima recuperación del amor anterior). Si para el Averno solo hay un descenso irreversible, entonces descender de nuevo es meramente un intento de seguir ascendiendo y escapar al Averno. El amor asegura el fracaso de la escapada. El amor solo es pensable como una y solo una posibilidad tiránica: enamorarse de una vez por todas.
Reza Negarestani, Ciclonopedia

PD: Esto lo dice un personaje, no el propio Reza Negarestani. 

PD2: Ciclonopedia es una novela rarísima. No sé si me estoy enterando de algo, la verdad...

sábado, 17 de diciembre de 2016

Lógica bivalente Vs. lógica difusa

La posibilidad de dejar de fumar a medias*, que yo defiendo a capa y espada, a veces se ve cuestionada. No es posible, dicen. Fumas o no fumas. La cuestión es que estas objeciones se basan en una lógica bivalente, mientras que yo, al ser un indie posmoderno de estricta observancia, prefiero basarme en una lógica difusa. 

*Defino dejar de fumar a medias como no fumar entre semana. Si sales y bebes cerveza, no fumar es algo sencillamente inhumano.

Crítica del concierto de León Benavente (16/12/2016)

BRUTALES

¡Hagamos que la dominación cultural indie no decaiga!

viernes, 16 de diciembre de 2016

Herman Hesse como rito iniciático

Herman Hesse es un escritor para adolescentes. Hay algo muy turbio en la gente que tiene más de veinte años y le da por leer novelas de Hesse. Lo siento, pero se te pasó el arroz. A Hesse se le lee exactamente con diecisiete años. Se le disfruta con entusiasmo feroz. No se le vuelve a leer nunca más. Se le recuerda con cariño. Se conserva intacto el entusiasmo de su lectura en el recuerdo.

PD: Bah, no me hagáis caso, leed a Hesse si queréis, a la edad que sea. Pero es cierto que en mi caso, y en el de muchos más (se trata de una experiencia muy generalizada) Hesse fue un rito iniciático, algo así como la pérdida de la virginidad lectora.

Aronofsky - Bereshit

jueves, 15 de diciembre de 2016

León Benavente - Década



Mañana tocan en León (como debe ser). 

PD: El tramo de carretera León-Benavente yo lo he recorrido varios miles de millones de veces. Literalmente*.

*No estoy usando el adverbio literalmente literalmente (quizá esta aclaración es innecesaria).

miércoles, 14 de diciembre de 2016

La edad del espíritu

En su exégesis de las Escrituras, Joachim de Fiore interpretó la historia como un ascenso en tres edades sucesivas, cada una de ellas presidida por una persona de la Santísima Trinidad. La primera edad era la del Padre o de la Ley; la segunda la del Hijo o del Evangelio y la tercera la del Espíritu, que sería con respecto a las anteriores como la luz del día comparada con la de las estrellas y la aurora o como el ardiente estío comparado con el invierno y la primavera. La primera época había sido la del temor y la servidumbre, la segunda la de la fe y la sumisión filial, y la tercera sería una época de amor, alegría y libertad en la que el conocimiento de Dios sería revelado directamente en los corazones de todos los hombres. La época del Espíritu sería el sabbath o el día de descanso de la humanidad, y el mundo se convertiría en un vasto monasterio en el que todos los hombres serían como monjes contemplativos en éxtasis místico unidos en sus alabanzas a Dios. Esta nueva versión del reino de los santos duraría hasta el Juicio Final.
Norman Cohn, En pos del milenio: revolucionarios milenaristas y anarquistas místicos en la Edad Media 

Cynthia Ozick y Norman Mailer



¿Cómo no amar a Cynthia Ozick?

domingo, 11 de diciembre de 2016

Juan Manuel de Prada o la apoteosis cipotuda

He AQUÍ un (nauseabundo) caso de verbosidad rococó. 

PD: No más poetas de la prosa, por favor. La monstruosa progenie de Francisco Umbral está desatada. 

PD2: En realidad no debería comparar a Juan Manuel de Prada —aka martillo de herejes, luz de Trento— con Umbral. Ambos acumulan adjetivos y adverbios hasta el hartazgo, pero los resultados son muy diferentes. Juan Manuel de Prada provoca arcadas, Umbral no. Umbral —demos al César lo que es del César— logra momentos de gran belleza y expresividad.

PD3: A mí La pasión de Cristo me parece un peliculón, independientemente de lo que crea Mel Gibson o del número de adjetivos grotescos que use Juan Manuel de Prada para calificarla. 

PD4: Sin embargo, no está de más insistir en que El evangelio según San Mateo, de Pasolini, es la mejor película sobre Cristo de todos los tiempos. 

jueves, 8 de diciembre de 2016

Lecturas 2016

Enero

1. Libro de poemas, Federico García Lorca
2. Cantares populares, Federico García Lorca

Febrero

3. Ágape se paga*, William Gaddis
4. El cuaderno perdido, Evan Dara
5. Wanderlust: una historia del caminar, Rebecca Solnit
6. Tenderenda el fantástico, Hugo Ball
7. Los papeles de Puttermesser, Cynthia Ozick
8. El gran código: una lectura mitológica y literaria de la Biblia, Northorp Frye
9. Afterpop: la literatura de la implosión mediática, Eloy Fernández Porta

Marzo

10. Iluminaciones*, Arthur Rimbaud
11. El canon occidental, Harold Bloom
12. Conversaciones con David Foster Wallace*, Stephen J. Burn (ed)
13. El cartero de Neruda, Antonio Skarmeta
14. El ermitaño de la calle 69*, Jerzy Kosinski
15. Esto es agua*, David Foster Wallace

Abril

16. Metáfora y memoria, Cynthia Ozick
17. La estación vacía, Jorge Riechmann
18. El corte bajo la piel, Jorge Riechmann
19. Esclavos y libertos, Verónica Pedemonte
20. Cartas de amor de un comunista, Isabel Pérez Montalbán
21. Itinerario de la luz, Iván Mariscal
22. El demonio te coma las orejas, David González
23. Un palo al agua: ensayos sobre estética, Ernesto Castro
24. El fuego y el relato, Giorgio Agamben
25. Los viajes sin fin, Juan Luis Panero
26. La literatura y los dioses, Roberto Calasso

Mayo

27. En el viñedo del texto. Etología de la lectura: un comentario al didascalicon de Hugo de San Víctor, Iván Illich
28. Estudio de lo visible, Mariano Peyrou
29. El arte de la indignación, Ernesto y Fernando Castro (eds.)
30. Sobre la literatura, Umberto Eco
31. ¡Despidan a esos desgraciados!, Jack Green
32. Magistral, Rubén Martín Giráldez

Junio

33. Historia de la lectura en el mundo occidental, Cavallo y Chartier

Julio

34. Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresión social, Simone Weil

Agosto

35. La comunidad del anillo*, Tolkien
36. Escrito en piedra. Dios como autor, Daniel Jándula Martín
37. Postpunk: romper todo y empezar de nuevo, Simon Reynolds

Septiembre

38. El odio a la música, Pascal Quignard
39. Apocalípticos e integrados, Umberto Eco
40. El Reino, Emmanuel Carrére
41. Hacia el realismo especulativo, Graham Harman
42. Vida de Simone Weil, Simone Petrement

Octubre

43. Mis chistes, mi filosofía, Slavoj Zizek
44. La ética hacker y el espíritu del capitalismo, Pekka Himanen
45. El cosmos, el caos y el mundo venidero, Norman Cohn
46. Contra la posmodernidad, Ernesto Castro
47. Tao te king, Lao Zi
48. Después de la finitud: ensayo sobre la necesidad de la contingencia, Quentin Meillassoux
49. Cero K, Don DeLillo
50. Ecce homo*, Nietzsche

Noviembre

51. Historia del pensamiento: India, Jesús Mosterín
52. Poesía completa, San Juan de la Cruz
53. La broma infinita*, David Foster Wallace
54. Pirografía, John Ashbery

Diciembre

55. El universo de las imágenes técnicas: elogio de la superficialidad, Vilém Flusser

Pues esto es lo que ha dado de sí el 2016 en cuanto a lecturas se refiere (los asteriscos indican relecturas). Tengo medio empezados Ciclonopedia, de Reza Negarestani, Pequeños tratados, de Pascal Quignard, los Upanisad y Las grandes tendencias de la mística judía, de Gershom Scholem. Pero básicamente esto es todo. 

Una hermosa amistad

Apunte autobiográfico: Extinción fue el primer libro de DFW que compré, en 2005. Recuerdo perfectamente estar en la librería Cervantes de Salamanca, con el libro en la mano, indeciso. No sabía si comprar Extinción o La broma infinita. Estaba con una amiga que debió decirme algo así como «decídete de una puta vez, llevamos aquí una hora». Me decidí por Extinción porque La broma infinita la tenían en la biblioteca de la Casa de las Conchas y la podía sacar cuando me diera la gana. No tuve un flechazo repentino con el estilo de DFW, pero sí que me quedé en shock. Nadie escribía así. Fue el comienzo de una hermosa, inquebrantable y ya bastante larga amistad.

PD: Estamos a punto de acabar el año 20 después de La broma infinita, así que se me disculpará que haya escrito una vez más sobre DFW.

sábado, 3 de diciembre de 2016

viernes, 2 de diciembre de 2016

Recuerdos

—¿Estudiaste Filosofía?
—Sí, pero entré en la academia sin saber geometría, así que supongo que soy un diletante.
—¿Y has trabajado?
—Sí, pero de bibliotecario. 

(Más o menos esto es un fragmento de una conversación real, a eso de las tres de la mañana, con una chica vasca que estaba impresionada con las tapas de León y que había estudiado en Salamanca, lo que me obligó a recordar. Me preguntó por mi bar preferido de Salamanca, que por supuesto es el Paniagua. Para mí era un templo*. Y la plaza San Justo, que está al lado, era el ágora)

*Lo digo en serio. Un templo es una espacio ontológicamemente diferenciado del resto. Para mí el Paniagua era eso. 

Escribir recuerdos. Hacer que el pasado, esa región remota, ese país extranjero, quede fijado en unos cuantos signos. Sin embargo, mis percepciones, aunque las detallara minuciosamente, seguirían siendo privadas (este es un viejo problema filosófico, creo); las letras no lograrían captar toda su riqueza. 

La percepción es irreductible al concepto, por así decirlo. 

Felicidad clandestina

Sería exageradísimo decir que concibo la lectura como un pecado, como si la lectura fuera el demonio de inocentes y hermosas piernas que tienta a Simón del desierto. Exageradísimo. Pero es verdad que de pequeño mi madre me obligaba a dejar de leer pronto porque al día siguiente había que ir al colegio. Tenía que apagar la luz. 

La felicidad de la lectura, como dijo Clarice Lispector, es una felicidad clandestina.

The end is near (ahora de verdad)

Después de leer ESTE  artículo he estado aterrorizando a mi familia con la inminente llegada del fin de la civilización occidental. Porque el fin está cerca (ahora de verdad). 

En Ciclonopedia Reza Negarestani dice que el crudo, como jugo de cadáver de hidrocarburos, es una entidad mortal. No hay que olvidar esto: es una entidad mortal.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Kafka en la madriguera

Volviendo al tema Kafka —Kafka como encarnación de la literatura, como enigma, mito, fantasma, pozo inagotable—. Una vez se imaginó a sí mismo viviendo en una gruta, en una caverna, aislado de todo y de todos, escribiendo a la luz de una vela, en un estado de concentración total. Si no recuerdo mal —puede que sí, que recuerde mal, que algunas partes de lo que digo sean inventadas— habría, pese al aislamiento, una forma de comunicarse con Kafka. Una vez a la semana, por ejemplo, alguien llamaría a la puerta de la gruta. La gruta tendría una puerta. Quizá era una especie de sótano, quién sabe. Alguien llamaría y aparecería Kafka, con unos papeles en una mano, en la otra un candil (supongo). La débil luz titilante iluminaría a intervalos irregulares la cara de Kafka. Los papeles serían entregados. Kafka volvería a su madriguera (tal vez fuera una madriguera de lo que estamos hablando) a seguir escribiendo. Pero puede que no lograra concentrarse, que su atención se dispersara, que fuese mejor volver a la oficina. 

Sobre Fernando Trueba, Pascal Quignard, Eduardo Mendoza, Javier Cercas, Franz Kafka, Harold Bloom y Cronos

Al contrario que a Fernando Trueba*, a mí no me gustaría que España hubiese perdido la guerra de la independencia. 

Sin embargo, y dicho sea sin ánimo de apuntarme a esa suerte de chovinismo inverso según el cual todo lo extranjero es mejor, el premio a Eduardo Mendoza me es indiferente; justo hoy acabo de recibir los Pequeños tratados de Pascal Quignard, una maravilla editada con primor y gusto inconmensurables por Sexto Piso. Así que me voy a dedicar a leer al francés Pascal Quignard y no al español Eduardo Mendoza**. 

Apenas he hojeado el primer volumen. He estado recreándome con el objeto material en sí, antes de desvelar su contenido —los que creen que solo importa el contenido son unos idealistas, a mí me gustan los objetos, la materia— pero ya he visto que hay un tratado sobre la palabra objeto. La Ontología Orientada a los Objetos (OOO) puede haber encontrado un poderoso aliado literario.

PD: En ESTE artículo Javier Cercas se deshace en elogios a Eduardo Mendoza. Hay tantos adjetivos laudatorios que casi me mareo. Los adjetivos y los adverbios, como es sabido, aportan una valoración subjetiva de las cosas. No me parece mal, pero en este caso quizá a Javier Cercas se le ha ido de las manos. ¿Libros pudorosamente ricos, profundos, transparentes, ligeros, de apariencia superficial? ¿Puede algo ser a la vez profundo, transparente y tener una apariencia superficial? ¿Y por qué la falta de pretensiones es valiente? En fin, da igual. Nunca entiendo nada de lo que dice Javier Cercas.

*Hay que recordar que Fernando Trueba, independientemente de si se siente español o kazajistaní, elaboró una teoría sumamente cuestionable sobre el origen del arte en su afamado y polémico discurso (aunque seguramente era un chiste más que una teoría, igual que la boutade sobre la guerra de la independencia). Sostuvo que el origen de las artes es pornográfico y no tiene nada que ver con lo sagrado. La disyunción es absurda. Seguramente Fernando Trueba ignora que Samhat, la prostituta del Gilgamesh que civiliza a Enkidu, era una sacerdotisa del templo de Ishtar. 

**Se me podrá objetar que qué tendrá que ver la velocidad con el tocino. Que se puede leer a Pascal Quignard y también a Eduardo Mendoza. Y es cierto, no tengo respuesta a esa razonable objeción. Pero le tengo mucha tirria a Eduardo Mendoza. Primero dijo que Kafka era un mal escritor, luego, cuando le dieron el premio Kafka, se retractó de su absurdo intento de kafkicidio y dijo que Kafka era un grandísimo escritor. Retractarse, al no tener razón, le honra. Pero, ¿lo hizo solamente porque le dieron el premio Franz Kafka? Sea como fuere, hay muchos, demasiados escritores, y hay que escoger. El canon, como bien dice Harold Bloom, no es para nada algo arbitrario, sino el heraldo de la muerte. Es decir, la necesidad del canon se fundamenta en la brevedad de la vida. No se puede leer todo, no hay tiempo. Cronos devora a sus hijos.