4 de Julio, 2006
La inercia nocturna convierte los cuerpos en máquinas desesperadas y felices fundidas en el ritmo de la música electrónica. Movimiento perpetuo, sin destino: la narración disuelta en la pura compulsión pueril a la repetición. Una vez y otra vez y otra vez. Ahora la corriente que nos arrastra gira en círculos. Los ritmos más artificiales emulan los de la naturaleza perdida. Tú saltas y te ríes y pides más cerveza y que buena noche se ha quedado, salgamos. Últimas noticias: la tierra gira alrededor del sol, el sol gira alrededor del centro de la galaxia, las galaxias se alejan y aceleran y a ti no te importa demasiado, hace años que no miras las estrellas, quizá se han caído todas sin que tú las mirases. A las siete de la mañana la energía decae y al llegar a casa preparas algo de comer, te desplomas sobre el sofá, buscas dibujos animados en la tele, el resplandor matutino mece tu cerebro en un dulce sopor.
La inercia nocturna convierte los cuerpos en máquinas desesperadas y felices fundidas en el ritmo de la música electrónica. Movimiento perpetuo, sin destino: la narración disuelta en la pura compulsión pueril a la repetición. Una vez y otra vez y otra vez. Ahora la corriente que nos arrastra gira en círculos. Los ritmos más artificiales emulan los de la naturaleza perdida. Tú saltas y te ríes y pides más cerveza y que buena noche se ha quedado, salgamos. Últimas noticias: la tierra gira alrededor del sol, el sol gira alrededor del centro de la galaxia, las galaxias se alejan y aceleran y a ti no te importa demasiado, hace años que no miras las estrellas, quizá se han caído todas sin que tú las mirases. A las siete de la mañana la energía decae y al llegar a casa preparas algo de comer, te desplomas sobre el sofá, buscas dibujos animados en la tele, el resplandor matutino mece tu cerebro en un dulce sopor.
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