Que las palabras salgan rotas de la garganta, feroces, violentas,
que griten y griten por los pasillos polvorientos y deshabitados
que se afirmen en su hermosura desgarrada
por las calles mojadas en las que tu rostro no aparece
y me quedo solo con un nombre escrito en el agua
que repito sin sentido a cada paso sin sentido que doy
con esta agitación febril que se mueve en círculos
sin siquiera desembocar en una catarsis explosiva
por eso al menos que exploten las palabras e iluminen el cielo
que se rompan y me rompan y todo se aligere
y dancen los pedazos de luces pálidas alrededor
como un séquito que velase a los abandonados
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