sábado, 19 de noviembre de 2011

Parece, pero no: es

Espacio: en el metro de Barcelona. Tiempo: hoy.

-Mira, ese se parece muchísimo al cantante de Astrud.
-Joder, es verdad, sí que se parece.
-Mira, y lleva las mismas botas que el cantante de Astrud en el concierto.
-Joder, no es que se que se parezca, es que es.

Moraleja filosófica: la apariencias engañan de un modo retorcidamente paradójico: engañan por ser realmente lo que aparentan, o mejor dicho (quizá), por ser realmente lo que son, o mejor aún, su ser no reside en ningún trasfondo misteriosamente extraño e inaccesible sino en sí mismas, o mucho mejor aún, actúa como un estúpido y habla como un estúpido, pero no se dejen engañar por las apariencias, él es realmente un estúpido, chiste de Groucho Marx que nos sirve para explicar brevemente todo un lío filosófico que, francamente, no me encuentro con fuerzas de abordar con el mínimo de rigor exigible en estos casos, chiste que en el caso del cantante de Astrud precisaría cambiar el adjetivo en el sentido inverso, él escribe como si fuera inteligente y canta como si fuera inteligente, pero no se dejen engañar por las apariencias, él es realmente inteligente. Nada depende de ninguna decisión.



PD: Estábamos como a medio metro de Manolo pero, en parte debido a que somos gente educada (bien, se sobreentiende) y en parte a nuestra naturaleza singular no excesivamente proclive a abordar a tipos que nosotros conocemos pero ellos a nosotros no nos conocen de nada (lo que equivale a la primera parte, en realidad) no le dijimos nada (para no interrumpirle la lectura, lo que de nuevo es atribuible a nuestra educación) y luego nos fuimos a tomar cervezas.

jueves, 17 de noviembre de 2011

The King

Mañana es, sin lugar a dudas, el día más importante del mes de noviembre: se pone a la venta El Rey pálido, la novela póstuma de David Foster Wallace.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Bloqueo

Llevo una cantidad de tiempo indecente pensando en qué escribir y no se me ocurre nada. Incluso este post me ha llevado muchísimo tiempo, varios cigarros y he tenido que corregirlo cinco veces*. Y lo he leído como veinte veces, por si necesitara aún más correcciones**. Total, para esto***.

*Versiones eliminadas de la primera frase:

No se me ocurre qué escribir, la verdad, y llevo una cantidad indecente de tiempo pensándolo.

No se me ocurre qué escribir, la verdad. Llevo una cantidad de tiempo indecente pensando en qué escribir.

No se me ocurre sobre qué escribir. Llevo muchísimo tiempo aquí parado pensando en ello.

Qué escribir. No se me ocurre nada. Llevo una cantidad de tiempo indecente corrigiendo estupideces.

**Versión eliminada de la segunda frase:

Incluso este post me ha llevado muchísimo tiempo y he tenido que corregirlo cinco veces.

***Versión eliminada de la última frase:

Total, para nada.

martes, 8 de noviembre de 2011

Astrud





Clases magistrales de Filosofía del lenguaje. El letrista más inteligente del pop español. De lejos.