martes, 30 de julio de 2013

Apología de Jon Nieve

POSIBLEMENTE HAYA SPOILERS, AUNQUE SOBRE TODO HAY UN ATAQUE A CATELYN STARK

En primer lugar, el pobre bastardo tiene que sufrir el indecible tormento de soportar a una madrastra atroz y estúpida, Catelyn Stark, que básicamente es la culpable de todo. Catelyn, digámoslo claramente, se merece lo que le pasa, por acusar a Tyrion así porque sí, porque ella lo vale, y por debilitar la posición de su hijo Robb. Estupidez tras estupidez tras estupidez, tal es la conducta de la insoportable Catelyn Stark. Robb, por cierto, también se merece lo que le pasa, por incumplir sus promesas.

A pesar de tener a esa madrastra horrible y odiosa, Jon Nieve es noble y honesto, un gran tipo. Quiere a Arya, se hace amigo de Tyrion, acepta su destino, vestir el negro; mata a un caminante blanco (un explorador convertido en caminante blanco, de ojos azules y huesos negros) con ayuda de Fantasma, salvándole así la vida a Mormont, por lo cual este le regalará la espada de su hijo, Ser Jorah; ayuda a Sam, quien, sin la ayuda de Jon Nieve, lo hubiera pasado realmente mal. Todo esto con solo catorce años.

Pero, ya digo, el principal motivo de la grandeza de Jon Nieve reside en su capacidad para haber soportado a Catelyn. Cualquiera, en su lugar, habría intentado asesinarla. Jon Nieve, no. Catelyn siempre está, o bien acusando sin pruebas, o bien echándole la culpa a Jon Nieve de existir, cuando el culpable sería Ned Stark, no Jon. Catelyn tiene un verdadero problema en cuanto a atribuir culpabilidad a alguien se refiere. No acierta nunca.

Además, es Jon Nieve quien convence a Ned para que se queden los lobos huargo, renunciando, en principio, a tener su propio lobo. Solo por esto ya es uno de los mejores personajes de la saga (¿qué sería de la saga sin lobos huargo?). Luego, alejado del resto, encontrará a su lobo, Fantasma.

PD: Se me olvidaba: es gracias a la amistad de Jon Nieve con Tyrion, quien siente afinidad por los bastardos, los tullidos y las cosas rotas, que Bran puede montar a caballo. Le diseña una silla especial. Si Jon no hubiese sido amigo del enano, ni silla ni nada.

viernes, 26 de julio de 2013

Yesayer - Ambling Alp

La teoría de la conspiración

La teoría de la conspiración se convirtió en la única forma superviviente de la metafísica tradicional, con un discurso sobre lo oculto e invisible.
Boris Groys

La única forma superviviente y la más cansina.

miércoles, 17 de julio de 2013

Sobre el arte de perder cosas

Lo peor de perder cosas no es tanto perderlas sino no saber dónde están, pensé yo en un momento no especialmente lúcido. A continuación, le comuniqué a mi madre que había perdido la cartera. ¿Has mirado a ver si está en alguna cazadora? Sí, dije yo. Vuelve a mirar, repuso. Volví a mirar y allí estaba. Otro momento no especialmente lúcido. Hacía como un mes que creía haber perdido la cartera.

Siesta

La tarde transcurre apacible y sosegada, sumida en el sopor veraniego, en la inactividad o en la pereza, meciéndose al ritmo indolente de una hamaca deshabitada zarandeada levemente por el viento. La tarde transcurre, tediosa y serena, salpicada por el canto de los pájaros, por el zumbido de las moscas, por el llanto lejano de unos niños que se pelean, al final de la calle, quién sabe por qué.
La calle está desierta, excepto por esos niños que lloran, con motivo o, quién sabe, sin motivo. A estas horas es lo normal. Que en la calle no haya nadie, o casi nadie. Quién se atrevería a salir, ahora, cuando todos deberíamos estar durmiendo, primero respirando agitadamente durante un rato más o menos largo y luego respirando profundamente, cada vez más despacio, tentados ya, casi atrapados, por el sueño.
Las ventanas abiertas, las cortinas vacilando entre permanecer quietas o alzar el vuelo, dudando entre reposar inmóviles o encaramarse al viento, sin decidirse por ninguna de las dos opciones, balanceándose constantemente, como si estuvieran jugando, y susurrando palabras al oído de los durmientes, palabras que se pierden en algún lugar, sin alcanzar su destino.
El ladrido lejano de un perro sobresalta la conciencia del hombre que estaba durmiéndose. Las cortinas se estremecen, durante unos segundos, como si a ellas también las hubiesen despertado o interrumpido en su extraño e hipnótico juego.
Alguien ordena, sin éxito, que el perro se calle de una vez.
Hace calor, pero no se está mal. No del todo. Hay tiempo para pensar, aunque sea en tonterías. Pensar en tonterías es lo mejor cuando uno se está durmiendo. Tampoco está mal pensar en tonterías cuando uno está despierto, con la infatigable sempiterna conciencia vigilante alerta. Pero, más que de pensar, se trata de imaginar. Cualquier cosa, con tal de que esta se desarrolle por sí misma, casi al margen de tu voluntad, de modo que te conviertas en autor involuntario de una historia y en atento espectador de la misma.
El perro ya va dejando de ladrar, es el momento de adentrarse, paso a paso, definitiva y dulcemente, en la inconsciencia, de dejarse llevar, de traspasar una vez más la frontera, de abandonarse al feliz olvido de uno mismo

Nota inactual sobre Juan de Mairena

Libro, en general, de muy recomendable lectura. No obstante, no podemos reprimirnos y nos vemos obligados a ponerle una pega, acaso pedante y quisquillosa. Dice Mairena que Heidegger es un filósofo casi antípoda de Nietzsche, un metafísico de la humanidad. Hay aquí casi una triple ofensa contra Heidegger. Ni antípoda de Nietzsche, ni metafísico, ni, menos aún, de la humanidad, la cual, como es evidente, no existe. 

PD: Se trata, en el fondo, de menudencias. Gran maestro, Mairena; y grande el maestro de Mairena, Abel Martínez; y, cómo no, grande Antonio Machado.

lunes, 15 de julio de 2013

Why not?

¿Y por qué no dejar la ventana abierta cuando hay tormenta? ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Que se mojen algunas cosas? Bueno, ya se secarán.

jueves, 11 de julio de 2013

El pez

Me preguntó que si los peces también lloraban. Le dije, no sé por qué, que sí. Después me preguntó que si los peces también lloraban, ¿cómo se daban cuenta los demás peces de que otro pez estaba llorando? Le dije que no podían darse cuenta. Entonces me preguntó que si un pez lloraba y los demás peces no podían darse cuenta de que lloraba, ¿se sentiría muy solo el pez? Tuve que decirle que sí, en efecto, que ese pez se sentiría muy solo y muy perdido en la inmensidad del océano.
Y a continuación se echó a llorar.

martes, 9 de julio de 2013

El monstruo

No sé quién me lo dijo, ni cuándo. Fue hace mucho tiempo, eso seguro. Que en el mar, en el fondo del mar, había un monstruo, un monstruo enorme que nadie ha visto jamás. Que las olas se forman gracias a su respiración y que cuando sueña con cosas agradables el mar está en calma y que cuando sufre pesadillas el mar se agita. No sé qué pasará si algún día el monstruo se despierta.

viernes, 5 de julio de 2013

Eremitas y payasos

Las piruetas del eremita imprimen una fugaz una estela dorada en el cielo nocturno. Su danza se desvanece: el desierto la engulle.

Sobre la línea del horizonte, a contraluz, puede verse la figura del payaso melancólico: se tropieza cada dos o tres pasos, pero nadie se ríe.

Crítica conjetural (uso esta palabra queriendo decir que no he visto la película) de Star Trek, en la oscuridad

Seguramente el puto Abrams habrá terminado de joder Star Trek con sus millones de planos. Mira con atención las películas de Star Trek, maldito fan de Star Wars: no son pelis de Sokurov, pero no son fuegos artificiales a hipervelocidad. Puto Abrams, lárgate a dirigir Star Wars VII, a ver si eres capaz de empeorar las peores películas de la historia del cine, que son, por este orden: Star Wars I, II y III

PD: Lo mismo al final me acaba gustando, pero lo que ya es irremediable es la conversión de Star Trek en cine palomitero. Y esa hansolización de Kirk que ya hizo Abrams en la película anterior es motivo más que suficiente, en mi opinión, para derramar un montón de lágrimas amargas.

martes, 2 de julio de 2013

Stardust

Dice Carlos Boyero que Stardust es la única película de Woody Allen que le parece estrictamente detestable, lo cual significa, por supuesto, que es una de las películas clave y más interesantes de Woody Allen. Y es que Carlos Boyero es un crítico de referencia, absolutamente fundamental: todas las películas que detesta son obras maestras. Un faro cinematográfico infalible.