Los escritores irritantes

Ahora que los escritores solo escriben autoficciones son mucho más irritantes, incluso, de lo que solían serlo, que ya era bastante. Soy insomne. Soy neurótico. Soy especial, por lo que sea. Miradme. Hacedme caso. Y así todo el rato.

PD: Esto me ha venido a la cabeza leyendo el Ensayo sobre el cansancio, de Peter Handke, que en realidad está bastante bien. Además, no son solo los escritores los que resultan irritantes por su ridícula manía de creerse especiales —todos somos iguales en nuestra secreta creencia de ser especiales, DFW dixit.

Ética y política del aburrimiento

Wallace escribe sobre contaduría e impuestos para tratar el concepto del aburrimiento, pero también presenta a la IRS (que probablemente es la institución más odiada en los Estados Unidos) y a los impuestos como medio y acto de participación democrática. Si la novela [El Rey pálido] es sobre el aburrimiento, también es sobre el civismo, sobre los deberes y obligaciones de un ciudadano. En la cultura del entretenimiento el aburrimiento es un pecado, pero también es necesario para ir más allá de los eslóganes políticos, de los titulares mediáticos, del pensamiento panfletista. Será necesario concentrarse, aburrirse, y prestar atención.

Antonio Aguilar Vázquez, Entretenimiento y aburrimiento, dos novelas de David Foster Wallace 

Notas a pie de página que no están a pie de página

Hay que declararle la guerra a tan aberrante, abominable, intolerable e inadmisible práctica. No hay que leer las notas a pie de página si no están a pie de página.

Excéntricos

Como dice Solnit, los filósofos excéntricos están en el mundo, pero no pertenecen a él

Ramón del Castillo, Filósofos de paseo 

El problema de los detractores de Heidegger

El problema de Heidegger no es simplemente que sus admiradores transijan con sus errores políticos, sino que muchos de sus lectores (incluyendo arquitectos, urbanistas, artistas, etcétera) se dejen llevar por su grandilocuencia y difundan sus reaccionarias ideas sobre el enraizamiento, el apego al lugar, la habitabilidad del mundo y el destino de la Tierra.

Ramón del Castillo, Filósofos de paseo 

Y el problema de los detractores de Heidegger es que proyectan los errores políticos de este sobre su ontología, de forma que acaban creyendo que sus ideas sobre la habitabilidad del mundo, o sobre el apego al lugar, o sobre lo que sea, son necesariamente reaccionarias. 

Opiniones

No es saber el saber opiniones

Juan Pablo Forner, Oración apologética por la España y su mérito literario 

Estoicismo desquiciado

Retorciendo la idea estoica de que para ser felices debemos preocuparnos solo de las cosas que dependen de nosotros, la ética de la autoayuda afirma que todo depende de nosotros, y convierte el planeta entero en una expresión de nuestra voluntad. Mark Fisher se refiere a estos discursos sobre la felicidad como «voluntarismo mágico», en tanto que llevan la ideología individualista y privatizadora de la libre elección a un nivel cósmico: todo lo que nos pasa, para bien o para mal, es resultado de nuestros pensamientos, deseos y acciones, independientemente de cualquier consideración material externa a nosotros mismos.

Eudald Espluga, No seas tú mismo

El neoliberalismo contra el capital

El debilitamiento relativo de la demanda efectiva de los trabajadores durante los últimos cuarenta años de neoliberalismo ha contribuido al estancamiento secular que actualmente se vive en muchas partes del capitalismo.

David Harvey, Marx, el capital y la locura de la razón económica 

Soplar y sorber, todo no puede ser. O sea, no se puede pretender deprimir la demanda bajando los salarios y que siga habiendo un consumo frenético de mercancías. 

El fundamentalismo neoliberal, con su ataque sistemático a los trabajadores, se convierte así en un enemigo del mercado* y pone palos en la rueda del propio proceso de valorización del capital, ya que parece ignorar una obviedad señalada por Marx, que «los obreros como compradores de mercancías son importantes para el mercado».

*Irónicamente, ya que el credo neoliberal consiste, en última instancia, en ofrecer sacrificios al Dios Mercado.

El sujeto neoliberal, ese pobre diablo

Es la consumación del sueño húmedo del neoliberalismo: la coincidencia total entre individuo y empresa. Ser uno mismo se ha convertido en un trabajo inacabable, inabarcable, que requiere una inversión constante. Actualizar el perfil de Instagram, estudiar un posgrado, practicar crossfit, sacarte el B1 de alemán, hacer un voluntariado en Tailandia, llevar una dieta hipocalórica, meditar, valorar tus lecturas en Goodreads, medir tus fases de sueño REM: todo forma parte de una estrategia maximalista de autoproducción constante.

Eduald Espluga, No seas tú mismo

No trabajéis jamás

La (delirante) subjetividad neoliberal

Bajo el neoliberalismo, las personas no existimos sino como un proyecto de perfeccionamiento infinito, y nuestro estar en el mundo se ha convertido en una forma de autoproducción constante. La vida biológica se redefine como pura pulsión de rendimiento: ser (uno mismo) es optimizar(se).

Eudald Espluga, No seas tú mismo

Indisposición general

Pienso, por ejemplo, en La becaria, la performance de Pilvi Takala, que estuvo un mes en las oficinas de la consultora Deloitte sin hacer nada, encendiendo la ira de sus compañeros, que veían su inactividad como una amenaza, como un ataque frontal a sus propias vidas, hasta el punto de que llegaron a pedir a sus superiores que prescindieran de ella. No hacer nada, y no hacerlo a la vista del resto, era una provocación, una anomalía que desafiaba el relato de respetabilidad sobre el cual asentaban los demás su existencia: lejos de ser una disposición pasiva, la inacción se convertía en un «hacer nada». Generaba disenso, malestar, contrariedad. Era una invitación a la indisposición general.

Eudald Espluga, No seas tú mismo 

Perezosos del mundo, no hagáis nada

No hacer nada es, efectivamente, mucho mejor que toda esa pseudoactividad psicótica de lo pobres sujetos neoliberales empeñados en explotarse a sí mismos y ser productivos. 

La pereza, el nuevo espíritu del anticapitalismo*.

*No tan nuevo, en realidad, ya en El derecho a la pereza se considera a esta una máquina de guerra contra la sociedad capitalista. 

El equilibrio natural como fantasía ideológica

En última instancia, hay que abandonar la idea misma del hombre como un "exceso" con respecto al circuito equilibrado de la naturaleza. La imagen de la naturaleza como un circuito equilibrado no es más que una proyección retroactiva de los seres humanos.

Slavoj Zizek, Mirando al sesgo: una introducción a Jacques Lacan a través de la cultura popular 

Una proyección retroactiva, cabría añadir, moralizante y fantasiosa.

The Batman

 

Obra maestra

Pervert Guide To Cinema, Slavov Zizek subtitulado 1

El arte y la incomprensión

Si no encuentra sucesivas barreras de incomprensión, la obra de arte no impone su significado.

Nicolás Gómez Dávila, Escolios para un texto implícito 

Zizek: 10 claves para entender su pensamiento

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