jueves, 11 de noviembre de 2010

Diá-logos heideggerianos: arte y verdad

-Se trata de disponer sobre un mismo plano dos logos, y ver qué pasa. Logos quiere decir simplemente el habla que patentiza aquello de que se habla, lo saca a la luz, permite verlo...
-Eso es un rollo muy Heidegger
-Yo soy muy de Heidegger. Me gusta cómo suena Heidegger
-¿Suena?
-La Filosofía es la más alta música.
-Eso es un rollo muy Sócrates.
-Me gusta cómo suena Sócrates. Las esdrújulas en general suenan bien, podría pasarme la tarde entera pronunciando esdrújulas: brújula, cúpula, cópula, Drácula, báculo, tentáculo...
-Sí, es cierto
-Dramático, espectáculo...
-Ya, ya, lo pillo.
-¿Qué patentizamos, pues?
-Patentizar suena a patinar y a deslizar
-Y deslizar a descalzar: los pies descalzos se patentizan como pies, descalzar es la puesta en obra de la verdad del pie, previamente ocultada, su ser olvidado sin que se vea siquiera la necesidad de reiterar expresamente la pregunta que interroga por el ser. La verdad, la aletheia, es originariamente desocultar
-Ya veo
-Claro, ves, ver es la función del logos, ver algo como algo, en su verdad: en este caso un pie que es traído a la presencia por obra de mi hablar.
-¿Qué más?
-Un pie es un algo óntico intramundano, pero el ser del ente-pie... ah, amigo, eso es otra cosa... bueno, no una cosa, porque una cosa es un ente, es otra cosa que una cosa, no sé si me explico.
-De ninguna manera. No te explicas.
-Entonces lo que sucede es que mi hablar encubre aquello de lo que hablo, en vez de mostrarlo, una pena...
-La verdad óntica del pie es simplemente su función, a saber, caminar. Pero pensemos, por ejemplo, en una obra de arte, una pintura por ejemplo, de un pie, lo que revela no es su verdad óntica, sino que expresa algo distinto, muestra al pie como pie, permite verlo en cuanto tal...
-Ah, sí, otra vez la función del logos
-O sea que el arte está en relación con la verdad, no es una realidad de tercera división, como en Platón.
-Al menos a mí me parece que así es.
-No obstante, Internet está lleno de poetas que fotografían sus pies.
-Sí, es un espectáculo lamentable
-Entonces, ¿seguiremos diciendo que ponen en obra la verdad del ser-pie, o diremos que están atontados?
-Ah, querido amigo, parece que nos encontramos al final de un diálogo aporético.
-Diálogo aporético, dos esdrújulas juntas, cuánta belleza...
-Socrático diálogo aporético, eso son tres
-Y Sócrates siempre iba descalzo, tal vez por esa relación que hemos puesto de manifiesto entre patentizar y descalzar como puesta en obra de la verdad-aletheia
-Tal vez, pero es un poco rebuscado

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