martes, 31 de enero de 2017

Mirar farolas

Mirar farolas es amor también
Manuel Vilas, "El terror" en El hundimiento

Qué bueno es Manuel Vilas. Leed a Manuel Vilas. 

Mis penas atraviesan el balbuceo herido de los versos

Mis penas atraviesan el balbuceo herido de los versos
y salen al otro lado transfiguradas,
como lavadas por un torrente de lágrimas,
y al final el corazón grita entusiasmado, 
poseído por un júbilo extraño.

Esto de esperar a quien no viene

Esto de esperar a quien no viene
—y he de decir que no es mesianismo sino egoísmo,
porque no espero la salvación del mundo, sola la mía—
a quien solo es espectro o flor,
sombra luminosa que vive en mi cabeza,
está haciendo que me ardan los huesos
y quiera rasgar con las uñas el cielo gris de ahí fuera.
Tengo que salir de mí mismo,
el éxtasis nunca fue algo tan urgente
y necesario.

Esta luz matinal color ceniza

Esta luz matinal color ceniza
es un susurro que tu boca me envía.

Cierro los ojos, escucho la luz.

Mis labios están agrietados
de tanto nombrar lo que no existe
de tanto esperar a quien no viene.

Abro los ojos, escucho la luz.

lunes, 30 de enero de 2017

Tamara Falcó - Sein zum Tode



Tiene toda la razón. Es bastante heavy.

José Babiano - El fallido intento de escribir el CHAVS español

AQUÍ

Los marxistas puros de corazón, almas bellas, verdaderos amantes de la clase obrera, heredarán la tierra. El destino de la izquierda académica, sin embargo, transcurrirá por muy diferente sendero: recibirá un bautismo de fuego por introducir la cuestión de género y escuchar a los grupos de música incorrectos.

PD: En fin, la crítica de José Babiano es demoledora; yo no tengo nada que añadir. 

domingo, 29 de enero de 2017

Hoy, ahora

Dios acontece los sábados por la mañana 
cuando llueve
Martín Rodríguez-Gaona, Meteorología y amor 

Hoy, ahora, en la Virgen del Camino,
la niebla empapa
esta mañana de domingo,
así que supongo
—siguendo algún tipo de lógica delirante—
que lo que acontece
es la ausencia de Dios.

Pero es una niebla piadosa, 
una promesa de reclusión
que borra el contorno de las cosas.

sábado, 28 de enero de 2017

En mi defensa, he de decir

En mi defensa, he de decir
que yo ya escribía mala poesía
antes de que se pusiera de moda.

En mis poemas de entonces
siempre estaba borracho
y me enfrentaba con valentía
a la nada (desde mi ventana)

Había abismos y cielos azules
y noches azules (todo era azul entonces)
y hacía frío y yo siempre caminaba
por la calle, de un lado a otro, sin rumbo,
fumando un cigarro tras otro.

También había labios mordidos 
y casas sin tejado:
si el lenguaje es la casa del ser,
el viento se ha llevado el tejado
y las palabras parecen niñas perdidas
bajo la lluvia, dije entonces,
copiando no sé si a Heidegger
o a Alejandra Pizarnik (o a ambos).

Había unas ganas adolescentes
de hablar de lo que no se puede hablar.
Pero sobre todo había cerveza.

Estoy aquí, sentado, esperando

Estoy aquí, sentado, esperando.
Hoy no hecho nada más que esperar,
y eso que no espero nada.

¿Spe salvi? Quién sabe.
Esperar, esperanza, fe...
(en este punto me puse a divagar)

¿Es la esperanza un bien 
o un terrible mal?
No lo sé.

(Este poema quizá es demasiado teológico)

No albergo multitudes en mi seno

No albergo multitudes en mi seno,
solo a un monje y a un frívolo,
y ambos —Ashbery dixit— serán atrapados 
en las amplias garras de la muerte.

Tal vez si al fin me dieran alas

Tal vez si al fin me dieran alas
no me azotaría con ellas,
pero tampoco volaría.

Tal vez me quedaría aquí sentado
mirando la lluvia sin más,
esa piadosa lluvia que 
—según Patrizia Cavalli—
nos recluye a todos.

Responde una vez, ¿crees o no crees en Dios?

Responde de una vez, ¿crees o no crees en Dios?
Creo en Dios aun sabiendo que no existe.

Cuando le pregunté si creía

Cuando le pregunté si creía
que yo era un monstruo incapaz de amar
me dijo que era un idiota,
que eso lo había leído en un cuento
de David Foster Wallace,
y que mi proyecto de no pensar en mí,
por no ser asunto mío, 
estaba fracasando estrepitosamente.

Pero este yo mío no es mío, es una máscara
que solo habla cuando me pongo a escribir.

La autoconciencia y los recuerdos
pueden volverte loco, así que ten cuidado, dijo.

Creo que voy a regar mi cactus, respondí.
Fue una respuesta totalmente absurda
(no venía a cuento para nada).

Antes era muy fácil caer haciendo reverencias

Antes era muy fácil caer haciendo reverencias,
—yo sabía hacerlo y eso que nunca 
se me ha dado bien hacer nada—
ahora caigo como una piedra,
un peso muerto, en un pozo oscuro
situado en medio del desierto.

Dije que el brillo de sus ojos sonrientes

Dije que el brillo de sus ojos sonrientes
era el reflejo de la shejiná.
Una voz me dijo: rebaja el tono,
piensas como un romántico misógino,
como un cabalista enloquecido,
pero ninguna Beatriz te está esperando
y ningún hombre se casará con la shejiná.

La luz de sol reflejada en los tejados
es solo luz, no una presencia divina, dijo.

Hay una luz que nunca se apagará, dije yo,
no sé cómo puedes ignorar algo tan fundamental,
tan evidente, la única certeza posible.

Vuelves a fabricar quimeras 
en tu frenética y atolondrada cabecita.
¿La lámpara perpetua ilumina 
tu cabaña mágica?
¿O estás a la intemperie, solo 
y asustado?

No es asunto mío pensar en mí, dije.
Estalló en sonoras y crueles carcajadas
y dijo: ¡pero si no haces otra cosa!

Mi mala poesía no cambiará el mundo, lo sé.
Está descabalgada, rota, deshilachada.

Te veo venir, no se te ocurra volver a decir
que está deshilachada igual que tú
o alguna otra barrabasada del estilo. 

Miré por la ventana y no dije nada, y no vi a nadie:
había nubes surcando el infinito cielo azul
y otros tópicos poéticos: casas abandonadas, 
hojas arrastradas por el viento
(en realidad no había hojas arrastradas por el viento,
solo aceras tristes, silencio y angustia).

Quiero dormir y no despertar,
me bastará soñar de vez en cuando 
con sus manos tocando las mías.

Debes de ser el tipo más cursi y perezoso del planeta, dijo.

lunes, 23 de enero de 2017

No se trata de realizarse

La persona es lo que dice en cada uno de nosotros «yo». Se concibe como formada por todos aquellos aspectos que individualizan a cada uno de nosotros, individualización que tiene lugar mediante la realización o el despliegue de nuestras capacidades, a partir del ejercicio de nuestra libertad soberana. Quienes dicen defender a la persona (o preservarla, o potenciarla, o realizarla) consideran que los humanos son libres cuando se realizan, cuando saben decir «yo» frente a los demás. De lo que no se dan cuenta, sin embargo, dice Simone Weil, es de que la realización de una persona no es sino el desarrollo de aquellas potencialidades que tienen garantizado el prestigio social, por lo que el supuesto gesto de libertad por el que alguien se afirma como persona realizada llevando a cabo esta o aquella tarea no es sino la sumisión al gusto, a la moda, a la moral reinante. En una palabra, realizarse es dejarse llevar por la corriente de lo colectivo.
Maite Larrauri, No se trata de realizarse 

El Uno está en guerra civil consigo mismo

El ingreso al lenguaje (a la escritura) no es, en efecto, un gesto neutral, sino que introduce en el sujeto un principio de división infinita, en el que no hay refugio ni vía de escape. Tú escribes, tú hablas: por tanto, estás dividido de ti mismo, estás abocado a una afanosa contienda política contigo mismo y con los demás. El axioma teológico-político de Gregorio di Nazianzo, "el Uno está en guerra civil consigo mismo" (to hen stasiazon pros heaton), define el canon del yo literario, y es sabido que la dogmática trinitaria no es sino una audaz especulación sobre el acto de palabra: el hablante, el verbo, el soplo de la voz.
Giorgio Agamben, "Heráldica y política", en El final del poema

sábado, 21 de enero de 2017

La monja enana - Amor cuántico



¿Quién dijo que el comportamiento de la materia en la escala microscópica no sirve como modelo del comportamiento de los humanos en la escala macroscópica? ¿Eh?

martes, 17 de enero de 2017

Morrisey - Margaret on the guillotine (y la vuelta del materialismo histórico)



E. P. Thompson, la centralidad política de clase y la izquierda académica actual, Ellen Meiksins Wood

Antropocentrismo

Por decir algo bastante controvertido, si bien asumido por los ecologistas desde hace décadas: la vida nos sobrevivirá. Toda preocupación humana por el mundo es en última instancia antropocentrismo egoísta porque la vida nunca ha estado en peligro («la detonación conjunta de todas las cabezas nucleares del mundo sería como una cálida brisa de verano para Gaia», escuché una vez), sino la capacidad del mundo para mantener a los seres humanos.
Andrew Culp, Oscuro Deleuze 

Un libro pequeño pero matón. En estos tiempos, en que la felicidad es una obligación y un bien de consumo más*, es más que conveniente reivindicar la potencia crítica de lo negativo. 

*Pensemos en infames gurús de la autoayuda como Rafael Santandreu. Pase lo que pase, no te preocupes, no te enfades, puedes ser feliz en medio de la adversidad. ¿Soy el único al que este tipo de discursos positivos le parecen terriblemente deprimentes y opresivos, una manera retorcida de culpabilizar a quien no se siente lo suficientemente feliz? 

Este mundo

Puede que seamos de este mundo, pero ciertamente no estamos a favor de él.
Andrew Culp, Oscuro Deleuze 

Necesitamos razones para creer en este mundo, decía Deleuze. Estar a favor de este mundo, el del capitalismo realmente existente, es una indecencia.

viernes, 13 de enero de 2017

The Smiths - Still ill



Sí, he puesto una canción más de los Smiths, pero 1) en este blog es tradición incumplir promesas, 2) así completo una especie de trilogía en cinco partes, a lo Douglas Adams.

PD: Esta trilogía en cinco partes no selecciona las cinco mejores canciones de los Smiths. Son las que estos últimos día he estado escuchando en bucle.

jueves, 12 de enero de 2017

The Smiths - Well I wonder



PD: Vale, voy a dejar de poner canciones de los Smiths. Pero recordad uno de los mandamientos de Morrisey: hay que colgar al DJ si pone canciones que no hablan de nuestras vidas.

El arte y lo sagrado

Toda obra de arte está ligada a lo sagrado en este simple sentido: presencia que subyuga.
Pascal Quignard, Pequeños tratados II 

Pascal Quignard es Dios.

miércoles, 11 de enero de 2017

The Smiths - A rush and a push and the land is ours



Tanto Morrisey como Marr han dicho que su mayor logro es Strangeways, Here We Come. Peter Watts considera que Strangeways, Here We Come es tan bueno como The Queen is dead. Chris Shade, sin embargo, considera que Strangeways, Here We Come es un bueno disco pero no está a la altura de The Queen is dead ni tampoco de Meat is Murder.

Yo creo que The Queen is dead es el mejor disco de los Smiths —de todas formas todos los discos de los Smiths son obras maestras inmortales, así que tampoco tiene mucho sentido establecer una jerarquía entre ellos—, pero esta canción mola un montón. De aquí sacó Astrud esos memorables versos que dicen: «hay demasiada cafeína en mi torrente sanguíneo/ y una falta de síntesis conectivas en mi vida», que además de referirse a esta canción parodiaban la jerga deleuziana.*

*Y así, una vez más, hemos escrito un post en el que los Smiths y Deleuze aparecen juntos gracias precisamente a una síntesis conectiva.

PD: Sí, me he dado cuenta de que los últimos tres post son canciones de los Smiths. Soy obsesivo, qué le voy a hacer...

martes, 10 de enero de 2017

The Smiths - I know it's over



Los escritores que van por ahí proclamando públicamente lo felices que son me desesperan y me caen mal. Morrisey, al contrario, me parece un poeta sublime y necesario. Algunos dicen que es un quejica. No tienen ni puta idea de lo que dicen. La elegía, el lamento, es una de las fuentes de la poesía, como bien sabía Deleuze («El lamento es sublime», dijo, curiosamente lo dice hablando sobre la Alegría, en las conversaciones con Claire Parnet, y es que Deleuze concibe el lamento poético como un tipo de alegría). Y obviamente The Smiths son el lamento pop más glorioso que existe.

(Me han dicho que lo único que hago es citar a otros —especialmente a Deleuze— en vez de pensar por mí mismo, pero sucede que a Deleuze le llevo en el corazón, igual que él llevaba a Spinoza, y que a mí no me parece que el hecho de pensar por uno mismo sea gran cosa ni legitime lo que uno ha pensado; quiero decir, si lo que piensas es una chorrada, seguirá siendo una chorrada aunque la hayas pensado por ti mismo; y ciertamente yo solo sé pensar con otros... podría no citar y hacer pasar pensamientos ajenos por propios, pero eso sería muy desconsiderado; y además admito que tengo alma de trapero y de archivista, de recolector de citas, más que de pensador original y sistemático)

martes, 3 de enero de 2017

John Berger - Modos de ver



También se ha muerto John Berger. No creo que debamos estar en un estado de duelo perpetuo, tal como se estila en Facebook, pero sí que podemos rendirle una pequeño homenaje a John Berger viendo Modos de ver.

Quasi quidam liber

Era el Doctor Seráfico. Se llamaba Buenaventura. En el Breviloquium, escribió: «El mundo creado es quasi quidam liber», «algo como un libro» (donde la luz divina se refleja y es leída con ayuda de sí misma).
Pascal Quignard, Pequeños tratados I 

Escalando la montaña: Derek Parfit

AQUÍ

Razones y personas: la identidad personal según Derek Parfit

AQUÍ.

Derek Parfit murió antes de ayer. Era, según Ernesto Castro, el filósofo analítico más importante después de Quine.  

lunes, 2 de enero de 2017

Deseo, desilusión, derrota (y magia)

Al igual que Blanche en su viaje, el sujeto deseante se ve envuelto en un relato de deseo, desilusión y derrota, y depende de esporádicos momento de reconocimiento como la única fuente en que obtiene una redención sólo transitoria
Judith Butler, Sujetos del deseo: reflexiones hegelianas en la Francia del siglo XX 


Treinta y tres años

A modo de trigger warning he de decir que este es otro post sobre DFW. Lo lógico, normal y razonable sería que quienes leéis este blog no tengáis una fijación obsesiva con el autor de La broma infinita y por lo tanto estéis hasta las narices de oírme hablar de él. Lo comprendo. Podéis saltaros este post. Además es un post tremendamente egocéntrico.


Cuando mi hermano estaba leyendo Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer me llamó por teléfono y me dijo, riéndose, que ya sabía por qué me gustaba tanto DFW. Está tan loco como tú, dijo. 

No sé si este fraternal diagnóstico es cierto. Lo que sí es cierto es que DFW tenía treinta y tres años cuando escribió Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer y que yo ahora también tengo treinta y tres años y comparto algunas de sus impresiones.
Tengo treinta y tres años y la impresión de que ha pasado mucho tiempo y cada vez pasa más deprisa. Cada día tengo que llevar a cabo más elecciones acerca de qué es bueno, importante o divertido, y luego tengo que vivir con la pérdida de todas las demás opciones que esas elecciones descartan. Y empiezo a entender cómo, a medida que el tiempo se acelera, mis opciones disminuyen y las descartadas se multiplican exponencialmente hasta que llego a un punto en la enorme complejidad de ramificaciones de la vida en que me veo finalmente encerrado y atrapado en un camino y el tiempo me empuja a toda velocidad por fases de pasividad, atrofia y decadencia hasta que me hundo por tercera vez, sin que la lucha haya servido de nada, ahogado por el tiempo. Es terrorífico. Pero como son mis propias elecciones las que me encierran, me parece inevitable: si quiero ser adulto, tengo que elegir, lamentar los descartes e intentar vivir con ello.
David Foster Wallace, Algo supuestamente divertido que nunca voveré a hacer 

(Por cierto, el ensayo es mucho más divertido de lo que esta cita sugiere). 

A veces tengo la paranoica, solipsista y supongo que equivocada impresión de que a todo el mundo excepto a mí le resulta pasmosamente sencillo vivir y relacionarse con los demás y ser felices y emocionalmente estables*. Y aun sabiendo que esto no puede ser así —y sabiendo también que esta manera de pensar es grotescamente narcisista—, la impresión persiste, del mismo modo que aun sabiendo que el sol no gira alrededor de la tierra la percepción sensorial de que sí lo hace se muestra pertinaz y terca como ella sola. 

También tengo la impresión de que los demás están todos dedicándose a procrear y a llevar sus coches al taller cuando se estropean y a trabajar en sus trabajos y a hablar de comidas y a hacer sus cosas de adultos mientras yo, por alguna razón, me quedo fuera de ese universo de normalidad. A las puertas. No porque el guardián me impida entrar. El guardián me hace gestos indicando que si quisiera podría entrar. Ningún obstáculo real me lo impide. Sin embargo, sigo fuera, obstinado, indeciso, nervioso. El tiempo sigue pasando, cada vez más deprisa, y yo no decido nada, no elijo nada. Espero.  

Comprendo que no elegir puede encerrarte en una cárcel aún más estrecha que sí hacerlo y eliminar así todas las posibilidades no escogidas —las posibilidades no escogidas no existen, son un invento metafísico; la suma de todas las posibilidades dice Brassier que sería nada menos que Dios, pero dejemos la teología-ficción para otro día—, pero igualmente sigo siendo incapaz de elegir. El guardián me indica por gestos que es cosa mía, que depende de mí, él ni me impide el paso ni me obliga a entrar. Eso sí, parece decir, no creas que alguien vendrá a salvarte. El mesías llegará cuando ya no haga falta, como bien sabes. 

¿Eres tú Franz Kafka? El guardián se ríe a carcajadas al oír mi pregunta. Sus risas parecen querer decir algo parecido a esto: ¿estás loco, crees que vives atrapado en un chiste judío? ¿Crees que un portero, un ostiarius, es un avatar del mesías y que ese mesías es Franz Kafka, y que cuando Franz Kafka —mejor dicho: su avatar— te deje entrar, al otro lado de la puerta estará el jardín y podrás finalmente entrar en el dichoso jardín?** 

*No es que sea ciclotímico, pero tengo cierto talento para pasar de sentir una extraña y repentina euforia a entrar en una fase de desgana total en la que hacer cualquier cosa me supone un esfuerzo tremendo. 

**Este post se me está yendo de las manos. ¿Porteros, avatares? ¿Kafka un mesías? ¿Qué mierda significa eso? No pensaba hablar de Kafka ni de mesianismo ni de nada parecido. Mejor dejarlo aquí, así, abruptamente.