lunes, 30 de mayo de 2016

Posdata al post anterior

En Magistral, la novela de Rubén Martín Giráldez, también se habla de talento y de delirios de grandeza. El post lo escribí antes de leer las páginas de Rubén Martín Giráldez en las que habla sobre el talento y los delirios de grandeza. La coincidencia me parece rara, aunque no es verdad que las coincidencias sean raras. Usando jerga filosófica (jerga de rufianes), diría que una cosa es el plano fenomenólogico de la experiencia y otra el plano ontológico de la realidad. 

Delirios de grandeza

Empiezas a leer. Te aburres. Dejas el libro. Coges otro. Nada, no funciona. Estás harto de leer. Por un momento piensas: que le jodan a la literatura. Estás harto. No eres ni DFW ni Bolaño ni desde luego Gaddis así que para qué mierda escribir. Para quién. Para nada. Para nadie. Esto ya no es divertido. No estás disfrutando leyendo solo analizando la sintaxis el léxico la estructura la puntuación y mierdas así. Los signos de puntuación cuidadosamente evitados rinden tributo al sonido al que ahogan, dijo Adorno. 

Tu texto deriva peligrosamente hacia una vanguardia ilegible y sin talento, pura filfa. Necesitas organizar. Disciplina. Límites. Las palabras escritas te gustan te calman, pero ¿piensas acaso en el lector? Escribir para uno mismo debe de ser un signo de demencia. ¿Estaba loco Joyce? Finnegans Wake primero debería ser traducido al inglés, dicen. ¿Lo ha leído alguien? ¿Lo traducirán al español? Puede que Larva sea el Finnegans Wake español. 

No te caen bien los escritores. Excepto Beckett, Kafka, Carroll y Wallace. Todos muertos. Coro de espectros. Leer es igual a escuchar con los ojos a los muertos. Fantasmas, amor, espectros. Y Emily Brönte, también te cae bien Emily Brönte. También muerta. Murió joven. Simone Weil también murió joven. Te gustan los nombres propios. De ahí este constante, alocado name-dropping. 

Lees otra maldita vez la maldita broma infinita y te da por delirar (delirios de grandeza desorbitados, pero tristes). Si tuvieras (imaginemos lo inimaginable) su talento (el de DFW) y escribieras una obra así (como La broma infinita), seguramente no le gustaría a casi nadie. Te dirían que no la entienden, que es pretenciosa, demasiado larga, uno de esos libros que no invita amablemente a lector a entrar sino que lo echa a patadas, sin contemplaciones. 

Piensas entonces que tal vez la falta de talento sea una bendición y que es mejor que las plegarias no sean atendidas pero en el fondo sabes, claro que lo sabes, porque no eres del todo idiota pese a tus delirios de grandeza, que eso es como lo del zorro y las uvas.

Pero la inquietud matinal producida por no sabes muy bien qué que te ha puesto de los nervios se disipa mientras escribes tus mierdas (como consecuencia de escribir tus mierdas, mejor dicho) y te dices: bueno, si no hay literatura, gran arte, estilo ni nada, al menos que haya terapia. 

Y que el monólogo delirante siga yendo a su bola, tejiendo viento. 

domingo, 29 de mayo de 2016

Sobre el uso de prefijos y fetiches generacionales

A veces digo micro no sé qué y post no sé cuántos solo para no quedar como un viejuno rancio y apocalíptico a lo Javier Marías, pero de hecho no sé qué sentido tiene hablar de postvideojuegos, por ejemplo, porque pertenezco a la generación que creció adorando y venerando la Nintendo de 8 bits y al Mario Bros 3. A mis hermanos, tres años más pequeños que yo, les regalaron la Megadrive, objeto mágico al que también le rendimos su debido culto.

Pero todo lo post-megadrive me suena a chino. 

Así que me temo que soy un viejuno tan quejica como el ya mentado e insigne columnista español. Cualquier día me veréis vociferando cosas como «¿A qué vienen esos juegos injugables de mierda?», «¿Qué habéis hecho con Sonic?», «¿Qué fue del Fifa 97?». Occidente está en plena decadencia.  

Haters, haters everywhere

AQUÍ Javier Marías, usando el verbo diminutivizar. 

PD: Lo reconozco, yo uso diminutivos sin parar (y además me alegro de contribuir a que Javier Marías sufra arcadas). 

sábado, 28 de mayo de 2016

El cliché de la dificultad

Una novela valiosa, exuberante, siempre será «difícil». A no ser que uno apoye decididamente el empobrecimiento de la literatura, ¿qué tiene eso de preocupante? 
Los Reconocimientos es un libro pensado para el placer de ser releído, pero también puede disfrutarse en la primera lectura si no tratamos el texto como un libro de estudio del que hemos de dominar cada segmento antes de pasar al siguiente.

Jack Green, ¡Despidan a esos desgraciados! 


¡Gaddis vive, la lucha sigue!

El cliché de la extensión

Los clichés relacionados con la longitud de las obras son irracionales (porque leer un libro largo no es más arduo que leer cinco libros cortos)
Jack Green, ¡Despidan a esos desgraciados! 

viernes, 27 de mayo de 2016

Contra la RAE



En 1856, en su Diccionario etimológico, Pedro Felipe Monlau se quejaba de que el francés estaba bastardeando nuestra sintaxis y destruyendo todo lo que constituye el que una lengua pueda llamarse verdadero idioma. 

Nuestra lengua madre tiene un abundantísimo léxico árabe, como sabemos, pero también tiene palabras del italiano, del francés, del griego y, últimamente, claro, cada vez más palabras del inglés.

Yo, sinceramente, no entiendo a qué viene esta especie de proteccionismo lingüístico, este afán de querer protegernos del demonio extranjero que vendría a violar la esencia de nuestra lengua madre. Este tipo de ideas esencialistas son muy raras, la verdad (por no decir idiotas). Los idiomas no vienen al mundo ya formados: cambian, evolucionan, se mezclan y pervierten... y su riqueza es fruto de toda esa perversidad e impureza.

¿Deberíamos expugar el léxico árabe de nuestra lengua madre? ¿Aceite es una palabra bárbara? ¿Qué pasa con la palabra pantalón

And son on...

PD: Noto que cada día estoy más trol. A punto he estado de escribir una posdata preguntando por qué no despiden a los bastardos que han hecho esta campaña tan cutre y paleta, pero luego me he contenido.

PD2: Y, señores del jurado, lectores hipócritasmissemejantesmishermanos (dicho sea en scriptio continua), hoy he recibido ¡Despidan a esos desgraciados! de Jack Green, Magistral de Rubén Martín Giráldez y Cero K de Don DeLillo (new shit de la buena), lo que explica que tenga el cerebro revolucionado, encabritado y belicoso, y que esté convencido de que algo hay que hacerle al español. ¿O no dijo Deleuze —¿o fue Proust?, ¿o Deleuze hablando de Proust?— que la literatura inventaba un idioma extranjero dentro del propio idioma? ¿Eh? 

PD3: Y, cito Magistral, no hay peor idea que dejar la lengua en manos de profesionales. 

PD4: Pues eso.

Crónicas - La larga travesía de los libros

AQUÍ.

Leer traducciones

Alguien de cuyo nombre no me acuerdo dijo que las novelas de Ray Loriga sonaban como malas traducciones de las canciones de Bob Dylan. O tal vez me estoy inventando que alguien dijo eso... No, creo que sí lo dijo alguien. Da igual. El caso es que algunos puristas del español suelen mirar con desdén a quienes leemos alegremente traducciones, sin que nos importe una mierda la supuesta pureza del léxico español o de sus estructuras sintácticas. El español no es un objeto que deba ser exhibido en un museo, no hay que conservarlo en una vitrina ni amurallarlo para protegerlo de enemigos extranjerizantes.

Tiene, como todas los idiomas —generalicemos a los bestia: como todas las cosas de este Universo— una estructura plástica, que cambia con el tiempo*. No veo qué tiene eso de malo. Por mi parte, prefiero mil veces leer a Don DeLillo, traducido por Javier Calvo, que a los imitadores de Francisco Umbral y de sus afrancesados meandros sintácticos. Los imitadores de Umbral puede que no sean legión, pero son unos cuantos. Están en su derecho de imitar a su maestro, faltaría más, pero que no nos vengan con chorradas sobre la esencia sintáctica de la prosa castellana, por favor**.

*Si alguien, por lo que fuera —exceso de tiempo libre, pasión mórbida por las filosofías posmetafísicas y la French Theory y sus sucesores— está interesado en el concepto de ontología plástica, le recomiendo que lea algún texto de Catherine Malabou. 

**Me repito. Sobre este mismo asunto ya lancé feroces diatribas hace tiempo. He de aclarar que, de todas formas, a mí me gustaba a rabiar la sintaxis afrancesada (proustiana) de Umbral. Creo que le daba a su prosa una cadencia lírica bastante adictiva. 

miércoles, 25 de mayo de 2016

Feliz día de la toalla

Hoy es el día de la toalla, no el día del orgullo friki; los frikis son unos usurpadores. Hoy se le rinde tributo al gran Douglas Adams, autor de la única trilogía galáctica compuesta por cinco libros. 

PD: Mi odio visceral a los frikis —les odio por encima de todas las cosas— tiene que ver sobre todo con el hecho de que parecen considerar los productos culturales más masivos que existen (Los Simpson, Star Wars, etcétera) como frikis, lo que me resulta incomprensible; y, por otra parte, con que grandes novelas, como Dune o El Señor de los anillos, son eso, grandes novelas de la historia de la literatura, no subproductos destinados a una clase especial de personas con un ansia desmedida por adherirse a una identidad de la que estar orgullosos y hacer ostentación.

PD2: Oh sí, sois taaaaaaan diferentes...

martes, 24 de mayo de 2016

Curiosidades: Mala María en Silicon Valley



Al final del capítulo 3x05 de Silicon Valley suena esta canción.

PD: Silicon Valley es una obra maestra. Algo así como Entourage pero con programadores informáticos. 

Nota mental

Si a la gente le gusta ver cómo Disney y Tim Burton destrozan y se mean en los sagrados libros de Lewis Carroll, no es tu problema. No tienes que enfadarte. Lewis Carroll ya no puede ver las atrocidades que se perpetran en su nombre. Y piensa que sus libros permanecerán, mientras que las adaptaciones de Burton y compañía pronto —ojalá— estarán obsoletas.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Joy Division - No love lost



Fucking great.

Isolation o Decades, sobre todo Decades, son más melancólicas, más del rollo post-punk que hizo inmortales a Joy Division, pero esta canción, del periodo pre-post-punk, por decirlo usando prefijos múltiples, es una genialidad. 

Joy Division - New Dawn Fades



Tengo puesta la camiseta de Unknown Pleasures —una de ellas... sí, tengo varias— pero no me acordaba de que hoy hace 36 años del suicidio de Ian Curtis. 

Mi subconsciente le estaba rindiendo tributo a Ian Curtis por mí, lo que no tiene nada de raro porque he escuchado de manera tan obsesiva a Joy Division, durante tantos años —últimamente menos, pero porque todo tiene un límite— que debo de tener surcos en el cerebro por los que solo circulan sus canciones.

Joyceanos unidos

La literatura no va de follarse las mentes sino de follarse los idiomas.

PD: Está rematadamente mal que yo lo diga, pero, aunque pudiera estar equivocada, estoy superorgulloso de esta frase. El mérito, sin embargo, no es del todo mío. Se me ocurrió leyendo ESTE artículo de Alberto Olmos sobre Magistral, novela de Rubén Martín Giráldez que pinta muy bien, genialoide y neologicista. A la lectura del artículo hay que sumarle lo irritante que me ha parecido siempre Martin (Hache), especialmente la frase esa de que hay que follarse a las mentes. (Martin (Hache), o la verbosidad aborrecible). Y a la lectura del artículo y a lo irritante que me ha parecido siempre la película de marras hay que sumarle la lectura del artículo Entre La Mancha y Babel, en el que Umberto Eco, con claridad meridiana y concisión envidiable, nos dice que el significante organiza unos sonidos y el significado unas ideas, y que Joyce jugaba con las palabras y Borges con las ideas. Estas tres influencias fueron fundamentales para que mi vulgar y sintética frase pudiera ver la luz.

PD2: Hay varias declaraciones de Nabokov sobre el acto de escribir entendido como hacerle el amor a las palabras, o a los idiomas (no me acuerdo bien). Julián Ríos, joyceano de pro, ha escrito un libro titulado La vida sexual de las palabras. Pero Nabokov o Ríos no han influido, o al menos no lo han hecho directamente, en la confección de mi frase. 

PD3: Puede que dar tantas y tan pedantes explicaciones sobre una mísera frasecita sin la menor importancia les parezca algo delirante y propio de tarados, y puede que tengan razón. Pero la literatura tiene derecho al delirio, creo yo.

Kenny Arkana - La Rage

Caza de brujas

La caza de brujas macartista de los años cuarenta y ahora en España, Vicenç Navarro

martes, 17 de mayo de 2016

Metallica - Fade to Black



A mi juicio la mejor canción de Metallica. Una obra de arte que supera toda la discografía de los Rolling Stones.

PD: También podrían ser Seek & Destroy o Master of Puppets, no estoy seguro.

domingo, 15 de mayo de 2016

El arte de la indignación

AQUÍ.

Cinco años del 15-M, el acontecimiento político más relevante desde la segunda restauración borbónica. 

sábado, 14 de mayo de 2016

El libro de Kells



Y, por arte de magia digital, helo AQUÍ.

Breves consideraciones sobre Umberto Eco

Umberto Eco tiene la extraña cualidad de tener razón casi siempre en todo lo que dice. Lo de explicar de forma clara y apasionante a Joyce y a Borges —y lo de desplegar una erudicción acojonante sin resultar tedioso ni un solo segundo— ya lo considero algo que entra directamente en el orden del milagro.

Lean a Umberto Eco.

El estilo del Manifiesto Comunista

El Manifiesto comunista es una obra maestra retórica, política y filosófica y, como dice Umberto Eco, debería estudiarse en el colegio: 
Aparte de la capacidad ciertamente poética de inventar metáforas memorables, el Manifiesto sigue siendo una obra maestra de oratoria política (y no sólo eso) y debería estudiarse en el colegio con las Catilinarias y el discurso shakespeariano de Marco Antonio ante el cadáver de César. Entre otras cosas porque, dada la buena cultura clásica de Marx, no podemos excluir que precisamente estos textos le sirvieran de base.
Umberto Eco, «Sobre el estilo del Manifiesto», en Sobre literatura 

José Luis Villacañas - La lógica política real

AQUÍ.

No es mucho, pero aun así no deja de ser un misterio inescrutable que el 28 % de los parados vote al PP o a Ciudadanos. Si lo real fuera racional, como suponía el buen Hegel, ese porcentaje tendría que ser un cero absoluto.

viernes, 13 de mayo de 2016

Pony Bravo - El político neoliberal



Que la cocaína circula a mansalva por los despachos del capital no es broma. Véase Inside Job 

PD: Ya de paso, véase también La gran apuesta... y —quien tenga tiempo y ganas— léase Beneficios sin producción: cómo nos explotan las finanzas, de Costas Lapavitsas.

Niños Mutantes - Errante



¡Vivan los indies, los hipsters y los gafapastas! ¡Abajo Los chikos del maíz! Los chikos del maíz son malos con avaricia. 

martes, 10 de mayo de 2016

Propiedad intelectual



Mientras exploraba el aterradoramente aburrido mundo de las disposiciones legales vigentes relacionadas con la propiedad intelectual me he acordado de este vídeo. 

The IT crowd, caviar televisivo.

Siempre nos quedará Mad Max

Mad Max Fury Road: el diseño de lo bruto

Star Wars cayó en desgracia —admitámoslo sin rodeos y a lo bruto: El despertar de la fuerza es una puta mierda— pero siempre nos quedará Mad Max.

viernes, 6 de mayo de 2016

Sobre la dificultad de leer el Quijote

El Quijote, hoy, para nosotros, españoles del siglo XXI, es un libro difícil de leer. Supongo que hay gente muy culta que no lo quiere reconocer, pero es así. Y lo es porque, como señala Felipe Martínez Marzoa, no hablamos ya la lengua de Cervantes. Estructuralmente nuestra lengua actual está más cerca del inglés que del español de Cervantes y de Garcilaso.

jueves, 5 de mayo de 2016

Masterchef: una introducción a la vida fascista

Pensaba que Masterchef era el epítome de la racionalidad neoliberal, casi su caricatura: la competitividad exacerbada, el individualismo, la obsesión con el éxito, los jueces supremos metiendo mal rollo con el fin de abolir cualquier sentimiento de comunidad, etc. Todo eso es obvio. 

Pero Masterchef es algo más, algo más sórdido si cabe: Masterchef es un programa de televisión en el que se glorifica el sadismo del poder. Los líderes supremos son infalibles, y por tanto pueden decir una cosa y la contraria y tener razón. Pueden humillar públicamente a los concursantes. La autoridad es carismática, no racional. El poder es arbitrario. 

¡Bienvenidos a la vida fascista!, podría decir Pepe, con un sonrisa y un tono de voz alegre y cantarín, para saludar cada año a los nuevos concursantes. 

PD: En Introducción a la vida no fascista, el prólogo que escribió Michel Foucault para el Anti-Edipo de Deleuze y Guattari, decía Foucault que el mayor enemigo, el enemigo que el Anti-Edipo combatía, era el fascismo, pero no solo el fascismo histórico sino también el que reside en cada uno de nosotros y nos hace amar el poder y desear a quienes nos dominan y explotan. De ahí el título del post. Masterchef parece una escuela para enseñar a amar a quienes nos dominan, al líder bueno que se preocupa por nosotros, que igual nos hace llorar, pero para sacar nuestro potencial, etc.

martes, 3 de mayo de 2016

Antes de levantarme

Mi poesía personal es un fracaso.
No quiero ser una persona.

Anne Carson 


Antes de levantarme palabras sueltas
revoloteaban alrededor de mi cabeza
palabras errantes
órganos flotantes
un ojo que volaba
una pierna que me golpeaba
unos labios mordidos
caderas anchas
pechos grandes
todo miembros dispersos
una melodía rota
la melodía rota de mis frases dijo Alejandra Pizarnik
el alma es la sintaxis
la sintaxis es ritmo
el ritmo es alma
el alma es mirada también
mirar es un modo de ser dijo Denise Levertov
pero ya no sé qué quería decir
—no me acuerdo—
antes de levantarme lo tenía claro
formas precisas se dibujaban
en la penumbra de mi habitación
sabía lo que quería decir y cómo decirlo
qué maravilla de precisión
una escritura limpia ascética un escalpelo
sin equívocos ni confusiones ni referencias
nada de caos un orden luminoso
palabras brillantes cristalinas
—sin nada de mí, qué alivio—
y ahora no recuerdo nada
improviso quiero recordar no puedo
se trataba de algo que decía Anne Carson
—ya he hablado de tres poetas—
era algo que decía Anne Carson deshacer el yo
deshacer el lenguaje sentir lo increado
con la punta de los dedos mirar el espacio blanco
inmaculado como la claridad del alba
—o mejor: la claridad que precede al alba—
eso quién lo dijo no importa (a lo mejor fui yo)
pensé descrear es hacerse un cuerpo sin órganos
un pensamiento sin imagen la génesis la creación
luego pensé piensas gilipolleces
además no se entiende lo que dices lo que piensas
no puedes fundirte con lo que dices
ser uno con lo que dices no dos solo uno
los poemas están lejos
te abandonan en el centro ausente de ti mismo
no puedes hablar no sabes comunicarte bien
la melodía rota de mis frases
sus ojos te reclaman está ahí no para de mirarte
sonríes no la conoces
descrear deshacer el yo singularidades libres
diferenzias flotantes mundo de intensidades
estás mezclando al maldito Gilles Deleuze por eso
no se entiende nada te estás 
cargando el poema 
—seguramente ya no hay quien lo lea—
revelarse ocultándose (poética del pudor)
eso piensas que es Anne Carson pero tú no eres Anne Carson
tú no sabes griego antiguo 
rota melodía sintaxis alma (a)bruma(da) qué desastre
y pensar que antes de levantarte 
estaba todo claro en tu cabeza