viernes, 30 de septiembre de 2011

Pocos segundos antes de la resurreción

Pocos segundos antes de la resurrección dijo: me aburre mucho ser yo todo el rato, ¿podría resucitar siendo otro?

miércoles, 28 de septiembre de 2011

The Verve - Bitter Sweet Simphony

El Rey solipsista

Se sumergió en una espiral de introspección poblada por imágenes temblorosas que giraba alrededor de su cabeza avanzando uniforme e hipnóticamente y meciendo sus pensamientos hasta que todo lo humano le fue ajeno y después todas las calles de la ciudad quedaron vacías. Al atardecer, el eco de sus pasos sonaba estremecedor. De algún modo, el mundo era hermoso, la proyección de sus ideas, el reflejo de su voluntad caprichosa. Se había convertido en una especie de Rey sin súbditos. Sus dominios eran ilimitados. La única amenaza posible era, evidentemente, él mismo. ¿Quién si no le cortaría la cabeza al Rey?

martes, 27 de septiembre de 2011

Diez (la suma de los cuatro primeros números enteros: 1+2+3+4) microrrelatos

Microrrelato nº1:

Otro Apocalipsis más. A nadie le importaba ya. Antes digno de verse, el espectáculo de la autodestrucción ahora solo provocaba bostezos en una audiencia sobreinformada. 

Microrrelato nº2:

El último espectador no supo cómo acababa la última película.

Microrrelato nº3:

Cuando, figurándose emular a Kierkeggard, el adolescente retraído y tímido decidió abandonar a su novia sin motivo aparente, comprendió que a) la fascinación poética y metafísica que ofrecen los desiertos simbólicos no es para tanto y b) la chica objeto de sus experimentos psicológico-existenciales empezó a gustarle en el momento exacto en que la dejó sin motivo aparente.

Microrrelato nº 4º:

Primer punto: la vieja lengua también fue en su momento una neolengua. Punto dos: esto significa lo que yo quiero que signifique. Punto tres: el punto dos es erróneo, lo que importa es quién manda. Punto cuatro: el punto uno refuta, quizás, a Orwell, el punto tres le da la razón, quizás, a Humpty Dumpty. Punto cinco (inciso metarreferencial): este microrrelato es casi irritantemente intertextual o referencial o algo así.

Microrrelato nº 5:

El último espectador no tuvo más remedio que convertirse en actor una vez concluida la última película cuyo final no vio e intentar sin éxito ser un legítimo espectador de su propia actuación.

Microrrelato nº 6:

Vanitas vanitatum. Pocos minutos antes de la resurrección, levantó la mano para preguntar exactamente con qué edad resucitaría su cuerpo. ¿Puede ser con veinte años?, ¿no?, ¿menos de treinta, al menos?, ¿sería mucho pedir resucitar siendo más guapo? 

Microrrelato nº 7:

Su novia le dijo que no solo era un creído presuntuoso con seguramente graves problemas mentales que debía solucionar ya sino que además parecía gustarle eso de ser un capullo arrogante. Se lo dijo con motivos. El dijo: estás preciosa cuando te enfadas.

Microrrelato nº 8:

Después del fin del mundo sí que se va a estar bien aquí, en esta terraza, con latas de cerveza fría, puestas de sol estupendas, un clima sensacional, rodeados de personas sonrientes, diciendo sí, a mí también me pasó lo mismo y sí, a mí también me gusta mucho ese grupo, ¿te traigo otra cerveza de la nevera?

Microrrelato nº 9:

Vinimos al desierto buscando la esencia, seducidos por su estética minimalista. No reparamos en que no habría tabaco ni bares ni podríamos ver series de televisión. Si las desgracias del hombre provienen de su incapacidad para estar en una habitación sin hacer nada, prueba a estar en el desierto y comprobarás que nada es más divertido que las desgracias humanas.

Microrrelato nº 10:

Pocos segundos antes de la resurrección, preguntó, preso de la desesperación, si al resucitar llevarían ropa o no. Dijo que él quería resucitar con pantalones pitillo y su camiseta de Joy Division.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Paniagua

Me llamó por teléfono un amigo de la Universidad y me acordé de... EL MEJOR BAR DE LA HISTORIA (aunque no lo parezca)

jueves, 22 de septiembre de 2011

Diálogos definitivamente nada platónicos, o ejercicios de autocrítica feroz y despiadada, o la teatral deconstrucción post-irónica del Señor S.

-Gracias a Papel en blanco me he enterado de que Ana García-Siñeriz y Jordi Labanda han publicado un libro infantil.
-¿Y?
-(cejas enarcadas, como diciendo: saca conclusiones)
-¡¿¿Y??! (además del despliegue de signos gráficos enfáticos, desencajamiento facial extremo, las palmas de las manos hacia arriba en un claro gesto de interrogación desesperada, sacudidas de la cabeza frenéticas hacia la derecha y hacia la izquierda)
-Yo no digo nada...
-¿Pero qué hostias quieres sugerir, maldito mameluco? (mameluco es un insulto que aprendió leyendo Zipi y Zape, cuando era pequeño; otro que también aprendió leyendo Zipi y Zape es gaznápiro)
-Yo nada. Quiero decir: es una noticia cultural (nuevo misteriosamente alusivo enarcamiento de cejas)
-Sinceramente, no sé a dónde quieres ir a parar (semblante que refleja abatimiento, hastío, indiferencia o tal vez un ligero hartazgo que podría aumentar hasta ser un hartazgo nada ligero)
-Estoy realizando una sutil crítica desde uno de los más recónditos y marginales (y en ocasiones rencorosos) lugares de la blogosfera cultural patria, por si no te habías dado cuenta, a uno de los lugares más influyentes. ¡Abajo el poder! (puño en alto, gesto inmediatamente relativizado con una sonrisa que nos indica que el gesto debe ser leído irónicamente)
-No sé de qué hablas... (múltiples gestos de desconcierto, dedo índice giratorio en la sien, sugiriendo claramente que su interlocutor ha perdido la cabeza)
-¡Viva David! ¡Abajo Goliat! (carcajadas, exaltación, euforia, locura incipiente)
-... (pasa de decir nada más)
-Por si no lo sabes, este blog está más de cincuenta y tres mil puestos por debajo de Papel en blanco en un ranking que hay por ahí y que mide la influencia de un blog cultural...
-¿Este blog es cultural? Que no pares de citar a Nietzsche, como, por otra parte, hace todo el mundo, y que ahora te de por hablar de David Foster Wallace sin parar, no implica que sea cultural, más bien evidencia el carácter autocomplaciente y obsesivo de su autor (gesto de zas! en toda la boca)
-... (gesto de pero pedazo de imbécil si esto en realidad es y ha sido siempre un monólogo cómo no te das cuenta de que al criticar así tan despiadadamente al autor la supuesta autocomplacencia se autodestruye)
-... (gesto de el distanciamiento irónico es un truco muy fácil no te va a funcionar, gaznápiro pedante)
-... (gesto de ¿eso fue una especie de metaironía? Me van a amenazar de muerte y a posicionar aún más abajo, tarado, no hagas eso)
-... (gesto de etc, etc.)
-No sé si es un blog cultural. Según el ranking, el 60% de lo que hay aquí es cultura, el 16% ocio, el 8% ciencia, el 8% salud y el otro 8% deportes.
-Deberías aprovechar para pedirles perdón a los de Papel en Blanco, son un enemigo poderoso y tú no has mandado tus naves a luchar contra los elementos.
-No lo van a leer, no sueñes, pedazo de alfeñique acéfalo (golpeteo de nudillo contra la cabeza, como diciendo ¿hay alguien ahí?)
-Además, no te han hecho nada...
-Te estás acobardando, el maldito Robespierre se avergonzaría de tu actitud: la virtud sin terror es ineficaz, dijo.
-Robespierre no tiene precisamente buena prensa.
-Eres un merluzo y un cernícalo, por si no lo sabías.
-¿Quieres dejar de buscar insultos raros?
-Vale. Veamos. Lo que quería decir es: ¿a quién le importa que la pavisosa de Ana García-Siñeriz escriba o deje de escribir, vamos, tú asististe en directo, atónito, a su análisis del final de Lost, por favor, tú lo viste, te quedaste toda la noche sin dormir para ver el último capítulo de Lost, y luego viste a Ana García-Siñeriz, la escuchaste, por favor, a quién le puede importar?
-Claro, a la gente le importaría mucho más que realizases un lista con los cuadros a los que alude David Foster Wallace en La broma infnita o en cuántas canciones Nacho Vegas hace referencia a la mujer del tiempo, que anuncia un vendaval.
-Serían posts la hostia de interesantes (gesto huraño, brazos cruzados, como diciendo soy un incomprendido incluso para mí mismo, hay que joderse)
-Y este post, ¿eh? Todo esto solo para decir que a ti no te interesa lo que haga Ana García-Siñeriz y, sin embargo, ¿te parece interesante el hecho de que tú no encuentres interesante algo? Y tu alusión a una suerte de ética underground de blogger marginal con una capacidad de influencia cultural nula, ¿no refleja acaso delirios de grandeza casi patológicos?
-Así habló Zaratustra no vendió nada, y la cuarta parte se la tuvo que publicar Nietzsche por su cuenta, no le leían ni sus amigos, para tu información, capullo (gesto de orgullo herido, dedo corazón -digitus medius, en latín- firme y amenazante)
-Si Ana García-Siñeriz quiere escribir libros infantiles que los escriba. Igual lo hace bien, tú qué sabes.
-Sí, ahora va a resultar que es Enid Blyton.
-Ella ha escrito una novela, listo, y tú ninguna, para tu información.
-Para tu información: que te den

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Infinite Jest


A mí me pasó lo mismo, y casi a la misma hora, salvo que yo (obviously) no pienso que sus notas a pie de página sean estúpidas ni pretenciosas (debido, probablemente, a mi fanática devoción por DFW). Creo más bien que el uso de la palabra pretencioso suele ser una estrategia de reducción de la disonancia cognitiva. No siempre, pero casi.

DFW no solo fue un escritor brutalmente honesto e inteligente, sino que además fue divertido. A mí la subnota a de la nota a pie de página 110 me hizo muchísima gracia. No preguntéis.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Apolo, Dafne y DFW


Es probable que sea infinitamente rebuscado por mi parte encontrar correspondencias entre La Broma Infinita y casi cualquier cosa, por todas partes, no lo niego, pero como mecanismo expansivo sin fin que es, la novela de Wallace no acaba nunca.

Aquí está Apolo persiguiendo a Dafne. La ninfa prefirió convertirse en un árbol antes que dejarse atrapar por Apolo. Había jurado que jamás pertenecería a ningún hombre. Apolo decide entonces rendirle culto al árbol... Probablemente sin meditar mucho la cuestión. En la novela de Wallace aparece un tipo enamorado de un árbol:

En una ocasión Schitt le contó a Mario (...) que cuando él tenía la edad de Mario, él, Schitt, se había enamorado de un árbol, un sauce que visto a la luz de un crepúsculo húmedo le había parecido una misteriosa mujer rodeada de un torbellino de gasas (...). Schitt le contó a Mario que había sufrido mucho por ese árbol.
-Iba allí todos los días. A estar con el árbol.
David Foster Wallace, La Broma Infinita, pág. 100

So long sitting here...

No life at all in the house of dolls.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Blawan - Bloom RMX

Luz, fuego, destrucción



Luz-verdad y fuego-destrucción. Aquí hay un rigurosa refutación del pacifismo incondicional, en favor de la paz. El pacifismo incondicional conduciría irremediablemente a la aceptación del sacrificio, que es su consecuencia, porque la humanidad no ha elegido a sus enemigos. Los superguerreros del espacio vienen a eliminar a la humanidad. La única reacción consecuente de un pacifista incondicional sería dejarse sacrificar, ya que no acepta el uso de la violencia bajo ninguna condición, por principio. Ni aunque Vegeta esté dispuesto a destruir a la humanidad. La aparente superioridad moral de los planteamientos incondicionales no es más que su negativa a asumir contextos reales en los que decisiones difíciles deben ser tomadas para evitar un mal mayor.  

Claro que en Dragon Ball Z las muertes de personajes relevantes no tiene realmente consecuencias: Piccolo muere, sacrificándose para salvar a Songoanda, pero ya irá Songoanda a Namek para buscar las bolas mágicas y resucitarlo. No obstante, el valor del gesto de Piccolo no está relativizado por esta posibilidad de resurrección, porque en el momento del sacrificio Piccolo desconocía dicha posibilidad. El gesto es de una belleza ética que arrancaría lágrimas al mismísimo Kant. A partir de ese momento, Songoanda es capaz de asumir su destino: luchar contra los invasores para que la humanidad pueda vivir en paz. Aquí se plantean cuestión ético-teológico-políticas verdaderamente complejas, que no vamos a solucionar en este post y que, probablemente, ni tengan una solución. Solo el tratar de plantearlas medianamente bien ya es algo complejísimo, en realidad, cosa que tampoco hemos hecho en este post, claro está, porque es mucho trabajo para un sábado y porque el propósito inicial del mismo era simplemente poner la canción de Dragon Ball Z.

PD: La canción, por supuesto, también habla de la solidaridad y de lo que, en términos spinozistas, denominaríamos el aumento de la potencia colectiva: juntos podremos romper un iceberg, es decir, juntos nuestra potencia aumenta; de ahí la necesaria sociabilidad del ser humano.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Breves destellos

Hay una especie de despertar, de sorpresa. Alguien, al menos por un momento, tiene el mismo sentimiento o ve algo de la misma manera que tú. No sucede todo el tiempo. Pueden ser breves destellos o llamas, pero se siente de vez en vez. Te sientes acompañado -intelectual, emocional y espiritualmente. Te sientes humano y acompañado, como si estuviera tomando parte de una conversación profunda y trascendente. Y esto sólo ocurre con la ficción y la poesía.

David Foster Wallace

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Si hay algo peor que un grammar nazi, es un grammar nazi equivocado

Las faltas de ortografía son imperdonables, hasta el punto que ni siquiera las nombraría.
Querido aspirante a grammar nazi, el queísmo, si bien es perdonable, no es propio de un auténtico grammar nazi.

PD: Otros que se pasan de listos son los que pretenden hacernos creer que expresiones como "no dijo nada", "no había nadie", etc, son negaciones dobles y, por tanto, afirmaciones. Ni de coña, lumbreras, ni de coña.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Nacho Vegas - Cómo hacer crac



Como soy monomaníaticamente obsesivo, he escuchado esta canción unas treinta veces seguidas. Quizá más. Es un temazo, obviamente.

La verdad

La verdad saliendo del pozo armada con su azote para castigar a la humanidad, Jean-León Gérome

Si admitimos que la verdad es una mujer, ¿no se ve entonces justificada la sospecha de que todos los filósofos, en tanto que estos han sido dogmáticos, han entendido muy poco de mujeres?
Nietzsche, Más allá del bien y del mal

Nietzsche se preguntaba por el valor de la voluntad de verdad. ¿Qué quiere quien quiere la verdad, qué busca, qué pretende? El cuadro es casi escandalosamente sincero respecto a lo que algunos quieren en realidad. Si los filósofos han sido dogmáticos, los sacerdotes han sido directamente unos terroristas teológicos. ¿Qué querían al querer la verdad? Castigar a la humanidad, nada menos. Usar la verdad como medio para castigar. Por vuestra culpa, etc.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Beck - Loser



I'm a loser, baby, so why don't you kill me?

Super mítica

Arghhh

Cuando me quiero explicar las palabras se esconden en no sé qué sitio...
Nacho Vegas

¡Ya no sé hablar!
Arthur Rimbaud


Venid y seguidnos a nosotros, que no tenemos palabras para decir
Saint-John Perse

e. e. cummings

Dime ahora lo que ha hecho con tu hermoso muchacho de ojos azules, señora muerte

viernes, 9 de septiembre de 2011

La cuestión

Has pensado a fondo la cuestión, te la has planteado desde todas las perspectivas y ángulos y enfoques posibles, has meditado sobre ella las noches de lluvia y las noches en que no llovía, has meditado reposadamente la cuestión hasta fundirte con ella, hasta que la cuestión y tú consistíais en un solo ser fusionado al margen de la diferenciación entre sujeto y objeto, has reflexionado y le has dado vueltas y más vueltas, has convivido con la cuestión planteada como si fuera parte de ti, algo inextirpable ya de ti mismo, has devorado libros con ansiedad y voracidad y consultado artículos y escuchado ponencias y conferencias y has fumado con el ceño fruncido y la vista perdida en la lejanía, has interrogado catálogos, enciclopedias, diccionarios, subrayado ensayos y tratados, inspeccionado mapas y fotografías, has observado con frialdad y has tomado notas de todo lo que parecía ser importante y copiado párrafos enteros que parecían revelar algo, has elaborado listas de referencias bibliográficas y guías de lectura, dibujado mapas conceptuales relacionando todo tipo de cosas, hermeneútica y existencialismo y fenomenología y postestructuralismo, has visto el tamaño de tu ignorancia aumentar cada vez que levantabas la cabeza de los libros como un extenso mar, como un mar inagotable que crece a cada paso que das, riéndose de ti, y al final no has tenido más remedio que aceptar el viejo principio de la ironía socrática, que solo sabes que no sabes nada, porque ni siquiera sabías qué cuestión te habías planteado, si es que te habías planteado alguna, cosa que no está, ni mucho menos, clara, y entonces la cuestión era saber qué cuestión había que plantearse y, previamente, si es que había que plantearse algo, en general, cosa tampoco del todo clara, y también por qué razón había que aspirar a la claridad, por qué no a la oscuridad, por qué razón la oscuridad parecía condenada a no gozar de derecho alguno en el terreno del conocimiento, y la cuestión de la claridad contra la oscuridad parecía ser una vieja cuestión mitológica y esencial sobre la que se precisaba urgentemente arrojar algo de luz, y con la metáfora de la luz volvía a plantearse lo mismo, por qué el privilegio de la luz, por qué no, al menos, un equilibrio, el claroscuro, porque de todas formas la luz siempre proyecta sombras y pensar en un mundo que fuera pura luz quizá sería pensar un mundo sin materia, y quizá la materia era luz apagada o algo así que leiste en alguna parte, en un poema o en un libro de Estética de la arquitectura, imposible saberlo, la arquitectura es la materia bellamente limitada por el aire, te parece recordar que alguien dijo algo así, pero tú no sabes nada de arquitectura, eso sí está claro, pero no está claro que acumular conocimientos sirva para algo, en realidad, puede ser un idiotez, idea que también, irónicamente, es preciso conocer, y sobre la cual, seguramente, se escriben y editan muchos libros, porque se escriben y editan libros sobre cualquier cosa, incluso sobre la historia de la mierda, que a ver cómo se cataloga ese libro, por no hablar de la cuestión más radical de todas, la pregunta radical por antonomasia, que en realidad ni sabes si no es una completa locura digna de un mente esquizofrénica deslizándose sobre sí misma o sobre una pendiente que no desmboca en ninguna parte, una pendiente en sí, la pregunta típica de por qué el ser y no la nada, pregunta que ni de lejos sabrías contestar y ante la cual lo único que se te ocurre es encogerte de hombros y decir que porque sí, sin razón, sin motivo, porque sí y ya está, y quizá añadir, con un enardecimiento retórico digno de mejor causa que el ser existe por azar y por necesidad y que jamás hallarás motivos en él, por mucho que bucees y sondees, tan profundo es su logos o su falta de logos, que el misterio radica en que las coas sean, no en qué sean, pero todo esto llega a ser mareantemente complejo y aburrido y laberíntico y psíquicamente agotador y poco o muy poco fructífero en términos prácticos, de manera que lo mejor sería, simplemente, no pensar en ello, porque el pensamiento -y aquí viene mi proclama en pro del irracionalismo, para disgusto de Jose Antonio Marina- es lo más parecido que hay a arrojar arena sobre un mecanismo que funcionaba bien con la consecuencia inevitable de que se estropea y deja de funcionar o funciona con mucha torpeza, a trompicones, sin gracia, del mismo modo que Kleist decía que los movimientos de los bailarines pierden la gracia en el momento en el que toman conciencia de ellos y Shakespeare escribía en Hamlet -creo que era en Hamlet- que la conciencia nos hace a todos des-graciados.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Guía de lectura super útil de La Broma Infinita, de David Foster Wallace, concienzudamente elaborada sin ánimo de lucro por el Señor S. para solaz de los potenciales lectores de dicha obra

Es probable que las dos primeras página sean de cortesía y estén en blanco. Sálteselas. Empiece a leer directamente la primera palabra de la primera frase de la primera página. Luego la segunda palabra y así sucesivamente hasta haber leído la frase completa. Proceda del mismo modo con la segunda frase y así sucesivamente hasta haber leído un párrafo completo. Proceda del mismo modo con el segundo párrafo y así sucesivamente hasta haber leído un capítulo completo. Proceda del mismo modo con el segundo capítulo y así sucesivamente hasta haber leído el libro completo. Una vez leído el libro completo, vuelva a leer la primera palabra de la primer frase de la primera página otra vez. Luego la segunda y así sucesivamente, etcétera*.

*Lo que podría resumirse así: lea el libro al menos dos veces.

martes, 6 de septiembre de 2011

A day in the life

El camarero viste totalmente de negro y no emite sonido alguno. Ni buenos días, ni hola, ni qué quiere tomar, ni adiós, nada. Se comunica mediante gestos apenas perceptibles. Asiente ligeramente cuando le pides un cortado. Lo prepara con lentitud exasperante. Se mueve con una lentitud exasperante pero casi hipnótica. Te devuelve el cambio sin ni siquiera esbozar un leve gesto comunicativo, probablemente por considerar que ya no es necesario. La verdad, me cae muy bien. Es una especie Bartleby que trabaja de camarero igual que podría realizar cualquier otro trabajo y que, en el fondo, preferiría no hacerlo. Me ha puesto un churro cuando ya casi me había terminado el cortado. No ha dicho nada, por supuesto. Quizá haya realizado algún gesto, pero no me he dado cuenta. Imagino que acudo a este bar, todos los días, durante años, digamos durante los próximos veinte años de mi vida, siempre siendo atendido por este camarero totalmente silencioso, la parquedad en palabras hecha hombre, sin intercambiar ni una sola palabra más allá de mi petición de un cortado durante el transcurso de todos esos años y que ambos emitimos gestos apenas perceptibles de asentimiento y resignación, siempre los mismos gestos, llegándonos a conocer de una manera extraña, íntima y ajena a la vez, años y años viéndonos a diario, totalmente cómodos y relajados en nuestros mutuos silencios, sabiendo exactamente y por anticipado qué cabe esperar respecto al comportamiento del otro, ambos rutinarios y previsibles, usando con extrema eficiencia nuestras herramientas comunicativas. Un cortado, gesto de asentimiento, expresión de cierta sabiduría hermética que trasciende las palabras.

El estanquero viene a ser la antítesis absoluta del camarero, un expresión químicamente pura de felicidad radiante e inmotivada plasmada en una sonrisa permanente y en un tono de voz cantarín. Llegas a temer que se abalance sobre ti para darte un efusivo abrazo de agradecimiento por haber entrado a comprar tabaco a su estanco. Ojos desorbitados y expectantes. Utiliza al menos tres fórmulas de saludo y tres de despedida en el brevísimo intercambio que supone pedir tabaco y marcharse. Hola, qué tal, qué quería. Adiós, gracias, hasta luego. Además, da la sensación de que su voluntad es la de decir algo más mientras tú te estás marchando y casi sientes que le estás defraudando por haberte limitado a pedir tabaco y decir hasta luego con un tono de voz decididamente poco enfático en comparación con el suyo. La verdad, preferiría ir a otro estanco. No me imagino acudiendo durante los próximos veinte años de mi vida a este estanco. El tipo es una especie de Papá Noel echando un polvo en Disneylandia puesto hasta el culo de cocaína, como aquel personaje de Friends al que todo le parecía increíblemente genial.

La ocupación de la Biblioteca debe rondar el quince por ciento. Aún así, un tipo enorme de unos cincuenta años me ha robado el sitio. Por segunda vez. La semana pasada me senté en ese sitio todos los días. Enfrente de mí se sentó el mismo tío. En las demás mesas la gente también ocupaba día tras día los mismos asientos. El tipo enorme de unos cincuenta años parece haber venido a la Biblioteca con el perverso propósito de alterar el orden establecido. Tardo unos veinte minutos en acostumbrarme a mi nueva ubicación, pero sigo pensando que el tipo enorme de unos cincuenta años me ha quitado el sitio a propósito y no se lo perdono y diseño mentalmente el transcurso del día siguiente: acudir antes a la Biblioteca, ocupar mi legítimo asiento, esperar con una sonrisa triunfal a ver el rostro del tipo enorme cuando me encuentre ahí, habiendo ganado la disputa territorial.

Esperando el autobús. Tengo que dar explicaciones sobre la hora en que salen los autobuses de Santo Domingo y hacer cálculos sobre la hora en que pasará por la parada en que estamos esperando, explicaciones sobre los autobuses rojos y azules, explicaciones sobre por qué no para determinado autobús, porque ese va al aeropuerto, señora, de nuevo explicaciones sobre el horario, sobre el precio. Creo, sinceramente, que Alsa debería pagarme un sueldo. O poner paneles explicativos respecto a horarios, líneas y precios en las paradas.

Dentro del autobús. El autobús está lleno. Señoras que se quejan atribuyendo intenciones gratuitamente perversas al conductor, en lugar de aceptar el hecho evidente de que, debido a la cantidad de gente que hay en el autobús, si estás de pie y no te agarras a ningún sitio, cuando el autobús frene y estés a punto de caerte, el hecho se debe atribuir a las más elementales leyes de la física y no a la dudosa calidad moral del conductor.



PD: También estuve pensando, mientras esperaba el autobús, durante los intervalos en que me dejaban libre la conciencia para mí solo las múltiples consultas y dudas de los desorientados usuarios de autobuses (sugiero que se impartan cursos básicos de formación de usuarios para autobuses interurbanos) una explicación muy detallada sobre por qué Paulo Coelho es el escritor más tonto que ha habido nunca y David Foster Wallace el más inteligente, que se me han olvidado. En cualquier caso, la representación gráfica se haría dibujando una campana de Gauss. También estuve pensando, y también lo olvidé, algo (¿pero qué?) referente a los dos posibilidades extremas de la literatura: Beckett y Joyce (que operarían por sutracción y por adicción, respectivamente, idea sugerida por Vila-Matas en Dublinesca). Sin duda, DFW (ahora pongo siglas porque probablemente me veré obligado a repetir varias veces su nombre en lo que sigue, no porque haya renunciado a mis firmes conviciones morales acerca de limitar el uso de siglas a los casos en que sea necesario, porque en este caso considero que lo es (necesario, digo)) sigue a este último (o sea, a Joyce, no tengo firmes convicciones morales respecto a no repetir nombres, al menos no todavía) en cuanto a preferir la expansión, la adicción, la proliferación al infinito. DFW, no obstante, quizá (la verdad, no lo sé) comparte, de un modo esencial y subterráneo (o de otro modo, quién sabe, who knows) un tema con Beckett: el solipsismo, la soledad radical del ser humano, su incapacidad de comunicarse. De esta forma, tendiendo puentes, hilos y conexiones rizomáticas (¿rizomáticas?) entre las dos posibilidades extremas de la literatura (entre las cuales habría un continuo infinito cantoriano (¿continuo infinito cantoriano? Eso dista años luz de tener sentido, amigo)) DFW se convertiría en el mayor genio literario de la historia... Aún tengo que elaborar un poco más esta tesis. Por cierto, esto no es lo que pensé sobre las dos posibilidades extremas de la literatura mientras esperaba el autobús sino lo que he pensado mientras intentaba recordar qué había pensado sobre las dos posibilidades extremas de la literatura mientras esperaba el autobús.

Cantor, el Infinito y más allá. Sobre la noción de infinito actual en Spinoza hay una explicación bastante sencilla en En medio de Spinoza, de Deleuze. Kant no la aceptaba porque se dedicaba a ser un aguafiestas, básicamente. Por eso tampoco aceptaba la noción de intuición intelectual. A Kant lo que le gustaba era montar una especie de teatro filosófico donde la Razón era el fiscal, el acusado y el juez. Supongo que lo de Cantor tiene poco que ver con lo de Spinoza (no lo sé porque yo cuando veo números me asusto y echo a correr).

sábado, 3 de septiembre de 2011

El principio de razón insuficiente

Nihil est sine ratione. Este es el principio de razón suficiente. El principio de razón insuficiente este: ¿y qué?

Clov.-¿Significar? ¡Significar, nosotros! (Risa breve) ¡Esta sí que es buena!
Samuel Beckett, Fin de partida

viernes, 2 de septiembre de 2011

Gramática elemental

"Hubieron elementos que en el platonismo se excluyeron y..." Dejé de leer. ¿Hubieron? ¿En serio? Así escribe un profesor de Filosofía de la Universidad. De lo que se deduce que mi abuela sabe más de gramática que algunos profesores de Filosofía de la Universidad. Espero que alguien le obligue a copiar mil veces en el encerado "el verbo tiene que concordar con el sujeto, no con lo que a mí me de la gana".

Love of Lesbian - Algunas Plantas



Sí, seguimos con pop español. El pop español nos mola. Si en la canción de Los Punsetes era evidente la voluntad adorniana de denunciar la falsedad de la publicidad y en la canción de Hola a todo el mundo se hacía referencia al Amor Fati nietzscheano, en esta canción lo que detectamos es una inversión carrolliana del sentido: te está fumando él a ti. Queda dicho.

PD: Digo voluntad adorniana por decir algo. En realidad, nunca terminé de leer la Teoría Estética de Adorno. Es un libro chungo chungo chungo.

Hola a todo el mundo - Amor Fati



Todo "Fue"  es un fragmento, un enigma, un espantoso azar, hasta que la voluntad creadora añada: "¡pero yo lo quise así!"(...) ¿Se ha convertido ya la voluntad para sí misma en un libertador y en un portador de alegría? ¿Ha olvidado el espíritu de venganza y todo rechinar de dientes?
Nietzsche, Así habló Zaratustra. De la redención

Los Punsetes - Fin del mundo



Joder menuda falta de respeto.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Diecisiete minutos

No tiene importancia. No creas que no lo sé porque lo sé perfectamente. Mira, voy a escuchar Sister Ray y a encender un cigarrillo. Toda la vida igual. Siempre lo mismo. Voy a comprarme una cazadora de cuero marrón. No creas que no lo sé porque es lo único que sé. No tiene importancia. Un pájaro se posa en el cable eléctrico. Creo que es un cable eléctrico, eso tampoco lo sé. Sé que no tiene importancia. Respiro un aroma de tormenta que llega desde lejos y se introduce aquí a través de la ventana. Ahora otro pájaro. Sister Ray dura diecisiete minutos y veintisiete segundos. Terminaré el cigarrillo antes de se acabe la canción. Otro pájaro. Sister Ray va por el minuto seis. Esto es escribir en tiempo real. No tiene importancia. Ahora solo queda un pájaro. La realidad es inconstante. Ir y venir. Nada más. No creas que no sé habitar cómodamente esta carencia. Es confortable. A veces. Aburrida. Otras. Bueno, no sé. Esto es nihilismo vital y escepticismo gnoseológico, quizás. Da igual. Minuto nueve. Voy a releer lo que he escrito. Poca cosa, ciertamente. No sé si tengo hambre. No mucha. No sé qué dice la letra. El cigarro lo terminé hace un rato, se me olvidó contarlo. Ahora no hay ningún pájaro posado sobre el cable que creo que es eléctrico. Será el fin. Es un buen preludio del fin. Ningún pájaro. Ningún significado. Silencio. Ya falta poco. Minuto trece. Tengo exactamente cuatro  minutos para decir algo. No es mucho tiempo para revelar la verdad del ser, así que no lo haré. He gastado un minuto en decir esto. No ha sido una pérdida de tiempo demasiado grande. Minuto quince. Vuelve otro pájaro. Se vuelve a ir. Ir y venir, queda dicho que la realidad es inconstante. Abismo. Ab-grund. He dejado grandes palabras para el final. Ab-grund debe significar sin fundamento, o algo parecido. Falta de fundamento metafísico. Dios ha muerto. Me ha dado tiempo a referirme a Nietzsche. Bien. Caída de los metarrelatos. Bien. Silencio. Minuto dicisiete. Fin.

Siglas, libros y ginebra

Informo desde aquí al mundo sobre el excesivo uso de siglas. He tardado un rato larguísimo en averiguar que alguien se refería con ABDN a A bordo del naufragio, de Alberto Olmos. Un buen libro, por cierto. Hace eso de suprimir la puntuación. No todo el rato, como Beckett en Cómo es (CE), o Cela en Oficio de tinieblas 5 (ODT5), lo que se gradece, porque la verdad es que, aunque mola, cansa.

PD: Por favor, retrinjan el uso de siglas a los casos en que es necesario. Y lean A bordo del naufragio. Y Las inquietudes de Shanti Andía (LIDSA), de Baroja, por ejemplo. Sé que no viene a cuento, pero también es un buen libro. Al menos las veinte páginas que he leído hasta ahora están muy bien. Describe el mar. En Los cantos de Maldoror también se describe el mar. Y en miles de libros más, seguramente. Muy malo tiene que ser un libro en el que se describe el mar para que a mí no me guste. Lean El viejo y el mar, ya puestos a recomendar libros. La carta esférica, de Pérez-Reverte, no hace falta que la lean. Si quieren, pueden, obviamente. Yo la leí. Hace años. No me acuerdo de nada. Ah, sí, alguien bebía ginebra azul. Una nochevieja de hace miles de años, o diez, más o menos, me emborraché a base de ginebra. Fue una buena noche, creo. Era ginebra normal. En realidad, no sé qué es la ginebra azul. No sé si es la ginebra normal o qué. La ginebra se debe tomar con un chorrito de limón exprimido, eso sí.

PD2: Y ETDLD es El talento de los demás, también de Alberto Olmos. Aquí ya he tardado menos en darme cuenta, porque no soy tan idiota como pensaba mi profesor de lengua de tercero de la ESO, que me puso un muy deficiente y anotó en el recuadro de Observaciones que tenía problemas de aprendizaje. La verdad, por aquel entonces yo estaba aprendiendo a jugar al futbolín. Me juego la cabeza a que ganaría a mi profesor de lengua al futbolín con una sola mano. Y a fútbol jugando solo con el pie izquierdo. Y si me estás leyendo, mira lo que acabo de hacer, he escrito "solo" sin tilde, así que ya ves que soy capaz de aprender. Y en la anterior oración he puesto comillas porque no estaba usando la palabra "solo", sino mencionándola (cosa que he vuelto a hacer).