martes, 31 de mayo de 2011

El plan

Este es el plan: no esperar a Godot,
cerrar los ojos, apretar fuerte
y encomendarse al viento.

No existe el silencio...

No existe el silencio, sólo
esa extraña lluvia de palabras deshilachadas
cayendo sin parar, lentamente,
gota a gota,
en el lugar del yo.

Hilar, pensar... en balde

Así yo no hago otra cosa: humedezco las puntas de los dedos, impulso el pedal con el pie, paro la rueda de la rueca, hago girar el huso e hilo, hilo sin cesar. Pero cuando una vez anochecido quiero retirar la rueca a su rincón, me doy cuenta de que en la casa no hay ninguna rueca, y que sólo Dios sabe qué se ha hecho del ovillo que hilé con tanto esfuerzo como celo. Y así, exactamente lo mismo, sigo hilando y tejiendo durante toda la noche mis pensamientos, un día y otro día, sin fatigarme ni cansarme nunca. Pero, ¿cuál es el fruto de todo este trabajo? El que trata de arrancar a patadas el carbón de una mina, logra infinitamente más que yo con mis trabajos tan esforzados como baldíos.
Sören Kierkegaard, La repetición.

lunes, 30 de mayo de 2011

Escribo para que la luz no huya...

-Escribo para que la luz no huya,
para que no huya del todo, al menos,
escribo rápido no tengo tiempo que perder,
rápido porque la luz se va huye te abandona
suspira se desvanece veloz parece que no
pero se desliza cuando quieres darte cuenta
ya no está
no hay nada más
que una ausencia
tal vez  también una voz
demasiado lejana
que no llegará a tiempo
-¿A tiempo de qué?
-No sé. Es difícil saber.
Es difícil saber cualquier cosa.
No entiendo tu pregunta. La voz
tiene que llegar, pero no sé más,
y temo que cuando llegue ya de igual,
que no quede nadie para escuchar,
y que sea como si no existiera,
como si no hubiese existido nunca.
No sé nada más, nada más.
Tengo que huir o buscar, da igual.
Tal vez también esperar, no sé, no lo sé.

Ya ves

Pero, ya ves,
el instante del delirio
se desvanece
si no es repetido,
y casi como después
del fin del mundo
se ha detenido mi garganta
en un grito sin sentido.

Consejos

Consejos kafkianos: quedarse en una habitación sin hacer nada. Escurrirse entre los matorrales.
Kafka no estaba bien de la cabeza.

Quizá no podía ser...

Quizá no podía ser,
pero la saliva era salada
y el horizonte, despejado
-luego se rompió, me acuerdo-
y todas las cosas temblaban
como a punto de saltar
-luego todas se cayeron, me acuerdo-
y la melancolía huía
espantada por el alba
-luego regresó, me acuerdo-
y las sombras reptaban
indescifrables
al ritmo del viento
enredándose en las voces
salvajes de los árboles.

Sería bastante razonable...

Sería bastante razonable
que me volviera loco
y el mundo tuviera a bien
delirar conmigo.

Qué susurro...

Qué susurro
al borde de la tormenta
dirá que el ser se deshace esta tarde,
por culpa del vendaval loco
que todo lo arrastra,
la hojarasca y las miradas,
las palabras a medio pronunciar.

De un tiempo a esta parte

De un tiempo
a esta parte
estoy prisionera
en un coche
de gritos y hielo
que circula
por carreteras oscuras
y en vertical
como catedrales,
deslumbrada
por las luces largas
de los que vienen
en sentido contrario
que sois todos.

Almudena Guzmán, Calendario

sábado, 28 de mayo de 2011

jueves, 26 de mayo de 2011

Spinoza, Nietzsche, Deleuze: filosofía de combate

Es propio de los reaccionarios ver las debilidades de un movimiento, pero no el halo de potencia que nimba lo real (Tiqqun)

Son especialistas en inocular pasiones tristes, en contagiar fuerzas reactivas, en cortar líneas de fuga.

A las fuerzas reactivas hay que oponer fuerzas activas, creadoras.

martes, 24 de mayo de 2011

Activo de nuevo el blog, pero poco

En la actualidad, si uno sigue una llamada directa a actuar, esta acción no se realizará en un espacio vacío, será una acción inscrita en las coordenadas ideológicas hegemónicas: los que “realmente quieren hacer algo para ayudar a la gente” se meten en aventuras (sin duda honorables) como Médecins sans frontières, Greenpeace, campañas feministas y antirracistas, que no sólo se toleran sin excepción, sino que incluso reciben el apoyo de los medios de comunicación de masas, aun cuando entren aparentemente en territorio económico (por ejemplo, denunciando y boicoteando empresas que no respetan las condiciones ecológicas o que utilizan mano de obra infantil), se les tolera y apoya siempre que no se acerquen demasiado a determinado límite.
Este tipo de actividad proporciona el ejemplo perfecto de interpasividad: de las cosas que se hacen no para conseguir algo, sino para impedir que suceda realmente algo, que cambie realmente algo. Toda la actividad humanitaria frenética, políticamente correcta, etcétera, encaja con la fórmula de “¡sigamos cambiando algo todo el tiempo para que, globalmente, las cosas permanezcan igual!”. Si los estudios culturales estándar critican el capitalismo, lo hacen de la forma codificada ejemplar de la paranoia liberal de Hollywood: el enemigo es “el sistema”, la “organización” oculta, la “conspiración” antidemocrática, no simplemente el capitalismo y los aparatos estatales. El problema de esta postura crítica no sólo estriba en que sustituye el análisis social concreto por la lucha contra fantasías paranoicas abstractas, sino también en que –en un gesto paranoico típico– redobla innecesariamente la realidad social, como si hubiera una organización secreta detrás de los órganos capitalistas y estatales “visibles”. Lo que habría que aceptar es que no hace falta una “organización (secreta) dentro de la organización”: la “conspiración” está ya en la organización “visible” como tal, en el sistema capitalista, en el modo en que funcionan el espacio político y los aparatos estatales.
Slavoj Zizek, A propósito de Lenin

lunes, 16 de mayo de 2011

Pausa

Este blog permanecerá inactivo durante un tiempo porque tengo que dedicarme urgente y exclusivamente a:

1. Estudiar.
2. Beber café.
3. Fumar (tabaco).
4. Planear la revolución comunista.

domingo, 15 de mayo de 2011

Llegar a la cima y gritar

Extendió los brazos como si fueran alas. Aquel era el sitio en el que todo el mundo quería estar. La cima. Pero no había muchos niños que pudieran hacerlo. La mayoría se asustaba, porque si uno perdía pie y caía por el borde, se mataría. A su alrededor estaban los tejados de las demás casas y las verdes copas de los árboles. Al otro lado de la ciudad se distinguían las agujas de la iglesia y las chimeneas de las fábricas. El cielo era de un azul brillante y ardiente como el mismo fuego. El sol convertía todas las cosas del suelo en objetos de un blanco mareante o negro.
Mick deseaba cantar. Todas las canciones que conocía pugnaban por subir a su garganta, pero de ésta no brotaba el menor sonido. Uno de los chicos mayorcitos que había conseguido llegar a la parte más alta del tejado la semana anterior dejó escapar un grito y luego empezó a vociferar un discurso que había aprendido en la escuela secundaria: ¡Amigos, romanos, compatriotas, prestadme oídos! En el hecho de subir a la cima había algo que le hacía sentir a uno una emoción salvaje, así como el deseo de gritar o cantar o levantar los brazos y echar a volar.
Carson McCullers, El corazón es un cazador solitario


Es superhombre contra los hombres superiores

Vosotros, hombres superiores, aprended ¡a reír!
Nietzsche, Así habló Zaratustra.


¡Muerte a los hombres superiores!

Ortonazi

"Han habido muchas oportunidades". Los comentaristas deportivos que hablan así deberían ser ejecutados, y en la plaza pública, para que el castigo sea ejemplarizante.

sábado, 14 de mayo de 2011

Entrevistas breves con hombres que hacen lentejas y defienden siempre una concepción relacional del ser

-Digamos que unas lentejas, por ejemplo, son la unidad de composición de conjuntos de relaciones. Las relaciones que se establecen entre los términos: lentejas, zanahoria, puerro, ajos, pimentón, chorizo, etc. A su vez, cada término es en sí un conjunto de relaciones, entre sus moléculas, átomos, lo que sea. En lugar de pensar primero los términos, y luego las relaciones que entablan, lo que sería seguir dentro del paradigma sustancialista, se trata de pensar la relación con independencia de los términos que la efectúan. La efectuación de una relación es finita, se da en la existencia, puede cesar. La relación como tal es una verdad eterna. De ahí que nuestra esencia singular sea eterna, pero no nuestra existencia. La eternidad no tiene nada que ver con la inmortalidad del alma, al menos tal como la plantea Spinoza.

Mercancía y subjetividad



La forma mercancía constituye un modelo estructurante de las relaciones sociales en su conjunto. La dinámica de la producción en este sistema, que cuando Marx hace su crítica está —dice Benjamin— en su infancia, se ve sometida a un nuevo principio objetivador y troquelador de las subjetividades: el que marca el fetichismo de la mercancía, en el que la propiedad y posesión de los bienes desborda la relación individuo-producto para abrirse a la relación estilo de vida-intercambio de bienes. Relación ésta en la que Simmel, sensible a la tarea moral de los individuos, da lo mejor de sí abriendo el campo de la producción al sistema de reglas más amplio que ya incluye el consumo contemporáneo. El sujeto del consumo no es el individuo, sino el entramado de relaciones reales y simbólicas que éste mantiene y que Simmel llama inauguralmente estilo de vida. El objeto del consumo no es el bien que se compra, sino una red mayor de pautas culturales, de relatos y signos en la que los objetos se presentan y adquieren argumento, esto es, sentido.
José Miguel Marinas, Simmel y la cultura del consumo

viernes, 13 de mayo de 2011

No, no y no

Spinoza no es panteísta. Y si hace falta batirse en duelo con alguien, estoy dispuesto. En el siglo XIX era una costumbre muy civilizada.

miércoles, 11 de mayo de 2011

El mapa y el tesoro

Las gotas de lluvia
dibujan sobre el cristal
un mapa translúcido
que nada representa
y ningún tesoro esconde.

Volver

Una ola que no termina de alcanzar la arena,
un murmullo de sombra se adivina a lo lejos,
un murmullo de espuma o de labios y heridas,
que está siempre a punto de llegar,
pero no llega nunca.

Como el instante a punto de volver,
que se fue para siempre.

Seguimos esperando frente al mar.
Sin esperanza. Solos. Alegres.
Olas o instantes repetidos.
Siempre vuelven.

lunes, 9 de mayo de 2011

Contraofensiva icónica

Si nos vamos a morir muy pronto por fumar, y además luego vamos a ir al infierno, a un círculo especialmente cruel reservado a los fumadores, ¿no sería mejor disfrutar de imágenes agradables el poco tiempo de vida que nos queda? La vida es una serie de imágenes que se repiten, decía Warhol. Mejor que las imágenes sean bonitas. Así que este es el tipo de imágenes que deberían decorar los paquetes de tabaco.


Here comes the sun

Spinoza no creía en la esperanza, ni siquiera en el coraje; sólo creía en la alegría, y en la visión.
Gilles Deleuze, Spinoza: filosofía práctica

domingo, 8 de mayo de 2011

Filosofía de la mente

La conciencia tiene una ontología de primera persona, según Searle. Esto quiere decir que a , si no me duelen las muelas, algo x me causa dolor; puedo estar equivocado respecto a la causa del dolor, pero el dolor en sí es mío y no hay equivocación posible o, como diría Searle, el modo de ser (ontología) del dolor es en primera persona. Mi dentista podrá tener razón en que no tengo ninguna muela picada, pero yo tengo razón en que me duele y en que no puedo pasarme el resto de mi vida tomando ibuprofeno, que seguro que no es bueno para el estómago.

viernes, 6 de mayo de 2011

Esperanza

Si la esperanza se quedó en la caja entonces no hay esperanza en el mundo.

Offspring son una mierda, menos el Smash, que se sale



PD: La frase del título no es mía, era un dogma grupal que teníamos hace mil años; y cuando digo mil años quiero decir nueve años, más o menos.

jueves, 5 de mayo de 2011

El arte de saber caer

Voy a quebrarme
como un grito desquiciado
sin temer la muerte
ni los labios del precipicio
y en mi caída sonreiré,
no os preocupéis por eso.

También
me tomaré una cerveza.
Me dará tiempo
porque no hay fondo
y yo sé caer
haciendo reverencias.

lunes, 2 de mayo de 2011

El Señor S. contra los blasfemos

Aquí la blasfemia imperdonable contra Deleuze

A esto yo le llamo reducción de la disonancia cognitiva. Al igual que la zorra de la fábula de Esopo no alcanza las uvas y se engaña diciendo que están verdes, hay ciertos adalides de la claridad que, al no entender, por ejemplo, a Deleuze, en lugar de esforzarse por comprenderlo, o pasar de él (total, no es obligatorio leer a Deleuze, si no te gusta pues lee a otro, el mismísimo Deleuze aconsejaba leer sólo a autores que le gustasen a uno) se dedican a proclamar la buena nueva de que el Rey está desnudo, que Deleuze no tiene mucha idea de lo que dice, es hermético y oscuro de forma innecesaria, etc. En fin.

El naufragio ya tuvo lugar


-Contésteme de la forma más directa y sencilla, ¿qué es la Iglesia?
-Un sacerdote bueno le respondería que es la comunidad convocada por Dios; yo, que soy un sacerdote malo, le digo: es un balsa, La balsa de la Medusa, si quiere, pero una balsa.
-Recuerdo el cuadro de Géricault, pero no recuerdo qué sucedió en aquella balsa, aunque hace años leí un libro al respecto. Algo terrible, proverbialmente... ¿Se salvó alguien de aquella balsa?
-Quince, de ciento cuarenta y nueve: tal vez demasiados... ¡Oh, no! No me refiero a La balsa de la Medusa, sino a la de la Iglesia. Diez es un porcentaje más bien alto.
-¿Y qué hicieron aquellos quince para salvarse?
-No me interesa. Es decir, no me interesa en la medida en que La balsa de la Medusa es para mí una metáfora de lo que es la Iglesia.
-Prefiero morir inmediatamente en el naufragio.
-No, usted está nadando para alcanzar la balsa. Porque el naufragio ya se produjo...
 Leonardo Sciascia, Todo modo

domingo, 1 de mayo de 2011

A través del espejo

Escribí tu piel
en páginas blancas
de insomnio
ahora desordenadas
por el viento
ahogadas
bajo la lluvia cruel de abril
pero a través del espejo
los pasos perdidos
se convierten
en eco del porvenir.