martes, 4 de septiembre de 2012

Work in progress (séptima parte)

DESCRIPCIÓN BASTANTE REALISTA DE UN DÍA EN LA VIDA DE SANTIAGO

Después de tomar su segundo café de la mañana, jugar al futbolín y asistir a la última hora de clase, Santiago está sentado en el banco de la parada del autobús y fuma un cigarro. Está sentado mirando los chorros de agua de la fuente situada justo enfrente de la parada y escucha en su walkman una cinta de los Beatles. Está sentado solo porque sus amigos -y esto es la primera vez que sucede- se han ido a casa antes que él, probablemente porque no tenían clase, porque no vino el profesor, porque algo pasó, sin duda. Sus amigos no van a la misma clase que él, sus compañeros de clase están bien, pero no son sus amigos, son solo conocidos, gente que se saluda por la calle y con la que se intercambian impresiones precisamente codificadas, reguladas por un código, lo que a Santiago le parece muy bien. Qué tal, bien, etc. Está sentado solo en el banco de la parada del autobús escuchando a los Beatles y pensando en lo que le dijo Irene acerca de que escuchar a los Beatles era algo así como tierno, patético, amanerado o muy mono, o eso entendió Santiago que le decía Irene, quien, desde luego, no sabía de lo que hablaba. Santiago se ha quitado la cazadora porque al mediodía hace mucho calor y ahora mismo el sol le da de lleno en toda la cara. Por las mañana y por las noches hace mucho frío. Estamos en una época de oscilaciones térmicas bastante salvajes. Una señora se queja amargamente por la tardanza del autobús y busca con su mirada comprensión, apoyo o simplemente que le den la razón, pero la señora ni siquiera sabe a qué hora pasa el autobús y tampoco sabe la hora que es, a pesar de que hay un gigantesco reloj situado al lado de la fuente, a la vista de todo el mundo. Santiago observa que la señora mueve los labios y le hace gestos al ritmo de A day in the life, se quita los cascos y escucha sus preguntas. El autobús pasa a las tres menos cuarto. Son las dos y media. Ahí hay un reloj digital gigantesco, mire. La señora se ríe, qué tonta, no se había dado cuenta, se disculpa, no pasa nada, señora. Ahora, sintiéndolo mucho, un pequeño inciso metanarrativo se impone a la fuerza: ¿cómo sabía Santiago que la señora se estaba quejando amargamente si tenía los cascos puestos y no escuchaba nada que proviniera del mundo exterior? Está sentado solo y con los cascos otra vez puestos. El autobús llega puntual. En el asiento del autobús a Santiago le rugen las tripas y reflexiona sobre el hecho de que se pasa la mayor parte del tiempo sentado: sentado en la parada del autobús, sentado en el autobús, sentado en clase, otra vez sentado en la parada del autobús, otra vez sentado en el autobús, sentado a la mesa para comer, etc. Está sentado en el asiento del autobús y se dedica a observar a la gente. De momento, no pasa nada más.

8 comentarios:

  1. Anónimo5:33 p. m.

    Santiago observa que la señora mueve los labios y le hace gestos al ritmo de A day in the life, se quita los cascos y escucha sus preguntas.

    Walkman? Cinta? En que año vive S.?

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  2. jeje, yo diría que en el año 2000

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  3. Anónimo6:01 p. m.

    ¿Esto es un flashback? El tono y contenido de la séptima cambia bastante con respecto de las entregas anteriores. Las otras son mucho más agitadas y tensas...

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  4. No lo había pensado como un flashback, solo como traición de la expectativas (falsas) creadas sobre que empiecen a pasar cosas, jeje. Bueno, algo sí que pasa: una señora pregunta la hora y tal... Supongo que hay menos tensión porque se deja bastante de lado los pensamientos de Santiago y, por decirlo de algún modo, se le enfoca desde fuera

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  5. Ahora estaba pensando que el inciso metanarrativo no se imponía, las quejas de las señora simplemente las narraba un narrador omnisciente de toda la vida que lo sabe todo y lo controla todo... En fin, si en algún momento tengo fuerzas trataré de dar alguna estructura a esto, lo que pasa es que avanza (si es que avanza) a base de improvisaciones

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  6. Anónimo10:24 p. m.

    Santiago parece muy ensimismado. Me llama la atención esta parte: está sentado solo porque sus amigos -y esto es la primera vez que sucede- se han ido a casa antes que él, probablemente porque no tenían clase, porque no vino el profesor, porque algo pasó, sin duda. Y me gusta esto: Una señora se queja amargamente por la tardanza del autobús y busca con su mirada comprensión, apoyo o simplemente que le den la razón... es curioso que Santiago se quite los cascos porque cree ver a la señora cantando la canción cuando esta lo que hace es quejarse amargamente. Supongo que no se cree lo que cree ver y se quita los cascos para comprobar si es verdad algo que es muy difícil que pase. La señora, por otro lado, no ve lo que es más fácil de ver: la hora en el reloj gigante. Ensimismado, pero atento cuando quiere: S. tiene tendencia a fantasear, pero también tiene conciencia de la realidad. En este caso, se trata de la realidad más obvia y monótona... la que no ve la señora, perdida en sus plegarias...

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  7. Anónimo1:49 a. m.

    Es que está bien escrito, es coherente. Las partes encajan. Los buenos escritores hacen esto muy bien, muchos de ellos prácticamente sin darse cuenta xDDD

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