viernes, 14 de septiembre de 2012

¿Por qué?

¿Quién es el sujeto de derecho? ¿Por qué tanta gente parece dar por sentado que es el pueblo? ¿Por qué la izquierda, vergonzosamente, apoya el nacionalismo? Es una auténtica vergüenza y mi corazoncito marxista sufre y llora de dolor, pero en fin, es lo que hay, una izquierda traidora sin asomo de vocación universalista, insolidaria y que desprecia el interés general.

Ahora igual salgo a la calle a reclamar que La Virgen del Camino es un país propio oprimido por León y que quiero mi Estado y que la culpa de todo la tiene León. Puestos a desvertebrar España, hay que desvertebrarla del todo. Incluso puede que reivindique la independencia de mi barrio respecto del resto del pueblo, al que veo también bastante opresor. Y quizá también, dentro de mi barrio, reclame la independencia de mi calle y, dentro de mi calle, mi casa, claro, que tiene una tradición propia claramente diferenciada del resto de la calle, tenemos nuestra propia manera de hablar y de cocinar, lo cual nos constituye, creo yo, como nación independiente oprimida por el resto de la calle. Dentro de mi casa, mi habitación, desde luego. En mi habitación hay una tradición que nada tiene que ver con el resto de la casa, que me oprime bastante también. Quizá me invente una lengua. En mi Estado no habrá guerras, ni hambre, ni nada, solo paz, felicidad, amor y piruletas. Y un aeropuerto.

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