miércoles, 22 de junio de 2011

Una tontería como cualquier otra

En la radio, una voz, grave y serena, con inequívoco tono irónico, decía: vivo en una hipnótica espiral de locura y vientos racheados que desordenan mi conciencia y alteran mi percepción. El tono se tornaba triste, o simulaba cierta tristeza, a partir de la y. Era una entrevista, pero la voz del entrevistador no se escuchaba. No corrijo nunca mis frases, las pienso antes de escribirlas. Echo de menos muchas cosas, echo de más muchas otras. Me gustan las palabras esdrújulas, pero procuro no abusar. Es una fijación como cualquier otra. Me gustan los números de las matrículas. El número de matrícula de la furgoneta de mi padre era 9781. 978 es el prefijo del ISBN que llevan los libros. 978 es el prefijo telefónico de León. Por supuesto, esto no quiere decir nada. Me gustan las espirales. Estoy aquí, diciendo cosas, cualquier cosa, cualquier chorrada, sólo para alcanzar el post número 48, en el mes de junio. Es una tontería como cualquier otra. Ni siquiera es un número redondo.

La voz parecía rebelarse contra mí. Pero es cierto, 48 ni siquiera es un número redondo. La voz proseguía, con inequívoco tono de desgana: ¿lo ves? Incluso tú lo admites. ¿Qué hago aquí, hablando de matrículas, prefijos y espirales? No tiene sentido. Podría decir: existir es insistir y resistir, como dijo Schlegel. Esta frase es muy útil, porque define la existencia. Nunca viene mal tener bien definida la existencia. Por si alguien pregunta. Podría seguir con más frases útiles: una voluntad que no se determina no es real, como dijo Hegel. Esta frase está muy bien también, porque es cierto. Querer es querer algo. ¿Sabes acaso lo que quieres? No tienes ni puta idea, por eso tu voluntad no es real, por eso me haces decir que vivo en una hipnótica espiral y lo del viento racheado. O sea, zarandeado de aquí para allá, yendo y viniendo, caprichosamente, a merced de la Fortuna. Podría seguir con más frases, y resultar pedante y cargante, pero ya hemos cumplido nuestro objetivo: el post número 48 del mes de junio. Una tontería, efectivamente, como cualquier otra.

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