miércoles, 19 de noviembre de 2014

Una conducta singular

En la configuración de nuestra opinión pública -occidental, europea- respecto del litigio árabe-israelí o israelo-palestino, respecto de aquello que venimos denominando con optimismo 'el conflicto de Oriente Próximo' -como si en aquella región no existiera más conflicto que ese- se produce un fenómeno singular, tal vez único: todo el mundo tiene, o cree tener, una posición tomada y definida ante el contencioso, un punto de vista formado(...) cualquier corresponsal espontáneo osa enviar a los diarios una carta al director donde otorga enfáticamente la razón a un bando y abomina del otro; cualquier tertulia, ya sea mediática o de café, que se ocupe de Oriente Próximo, permite escuchar un puñado de sentencias definitivas que, al parecer de sus autores, dejan la tragedia palestino-israelí juzgada de manera irrevocable...
Sostengo que es una conducta singular porque ¿quién, entre nosotros, se ha atrevido a prescribir fórmulas de solución a la guerra civil o rebelión islamista argelina que estalló en 1992 y todavía sangra? ¿Cuántos osaron, a propósito de la crisis en la región africana de los Grandes Lagos, sentenciar si quienes tenían razón eran los tutsis, o bien lo hutus? ¿Dónde están los análisis y las tomas de posición ante la guerra del Congo -a la vez interna e internacional- que precedió y siguió a la caída del dictador Mobutu, ante el conflicto de Chechenia o sobre el drama del Darfur sudanés? Es preciso recordar que en Argelia ya llevan contabilizados más de cien mil muertos y en Chechenia una cifra superior, que en Ruanda y Burundi las víctimas mortales pasan del millón desde 1993, que en el Congo, antiguo Zaire, la mortandad se calcula en tres millones y medio de personas desde 1998. Y sin embargo, a pesar de esos y otros conflictos han sido infinitamente más mortíferos que el de Israel-Palestina -durante el mismo periodo o incluso en toda su historia- nuestras opiniones públicas los contemplan en respetuoso silencio, dejando que sean los escasos especialistas o conocedores directos del terreno quienes arrojen alguna luz.

La tierra más disputada: el sionismo, Israel y el conflicto de Palestina, Joan B. Culla.

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