sábado, 29 de noviembre de 2014

Diálogos sobre la belleza (o algo así)

-La pereza, no la destrucción, fue mi Beatriz. Si bien nunca he sido decididamente perezoso. Se trata de otra cosa. ¿De qué? No puedo saberlo. En determinados momentos de mi vida, si no me hubiesen arrastrado ahí fuera, al así llamado mundo de ahí fuera, hubiera podido permanecer indefinidamente en mi estado larvario de ensoñación solipsista tan a gusto, calentito, sin necesitar nada o casi nada del exterior, o bien transfundiendo el así llamado mundo exterior en el así llamado mundo interior, o viceversa, proyectándome imaginariamente en una oscuridad azul, sintiéndome como una filamento incandescente que se mece en la quietud de la noche, o haciendo que ambos planos fueran solamente uno, como en la famosa cinta de...

-Por favor, deje de decir usted locuras y sinsentidos.

-O simplemente me hubiera quedado mirando cómo caen las hojas, cómo las mueve el viento, y cosas así. Mirando un maravilloso mundo sin humanos, un mundo de gestos mínimos, conmovedores, tiernos, tales como gotas de agua a punto de caer, gotas que tiemblan en las ramas desnudas de los árboles y están siempre a punto de caer, en el filo, en el borde, en ese instante preciso que se eterniza...

-Por favor, no pueden no gustarle los humanos.

-No digo que no me gusten (algunos me gustan, otros no), pero imagine el mundo sin humanos. Ya sé, es contradictorio, no habría conciencia, ni ojo planeando por el campo de visión, lo sé. Pero imagine, de todas formas, una especie de ojo puro que no perteneciera a nadie y captara el paisaje. Ese ojo imposible registraría un esplendor terrible, una extraña desolación, una belleza brutal, gélida, una belleza pura, ensimismada, que no se ofrece a nadie...

-No parece usted muy cuerdo. Se lo digo desde el respeto, pero se lo digo con vehemencia, para que se vaya enterando.

-Pero la contradicción es insalvable. ¿Qué es la belleza si nadie la mira? ¿Qué hace la belleza sino atraer las miradas? ¿No es esa su función? La belleza no significa nada, solo hechiza. La belleza en sí, oh amigo, la belleza en sí no existe.

-Vale, lo que usted diga...

PD: Esto es bastante viejo. Estaba acumulando polvo metafórico en las oscuras catacumbas de los borradores, y lo he sacado para que le dé un poco de aire y luz.

5 comentarios:

  1. reidysolano11:45 a. m.

    Me gustó mucho! Un tremendo dialogo!

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  2. Anónimo6:31 p. m.


    En este mundo material temporal es normal encontrar que no existe la belleza.

    La naturaleza eterna es la que recoge la belleza.

    Me alegro de que hayas cambiado el fondo a blanco, facilita la lectura, y te da un toque más soleado.

    Todo lo mejor.

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  3. Anónimo7:26 p. m.

    La pureza nace de la falta de deseo sobre el objeto.
    Podemos quedarnos en un acto de ternura indefinido o benevolencia, pero la pureza nace de incluso de esta falta de deseo.

    La inocencia es el deseo impersonal. La pureza reconoce a Dios.

    No sé qué pensará Pasolini de todo esto, según San Mateo, ja,ja,ja.

    Todo lo mejor para todos. ;)

    Pd: me alegra demostrar que no soy un robot, ja,ja,ja, con lo que se pide al poner el comentario. Haribol :)

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  4. Jeje, sí, llevaba mucho tiempo con el negro de fondo.. había que cambiar

    Pasolini.. curiosamente un ateo marxista supo hacer una gran película religiosa... Y una persona se supone que religiosa como Mel Gibson solo supo hacer una estúpida película gore (voy a decir una boutade aprovechando el paréntesis: tal vez el cristianismo sea demasiado importante como para dejarlo en manos de los cristianos).

    No sé por qué sale lo de demostrar que no se es un robot... XD

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