jueves, 13 de noviembre de 2014

La política es todo

Para mí, la política es todo.
Isa Fernández (Aries)

Si no hay ninguna instancia exterior a la política, si la política es todo, si no hay demarcación entre lo que es política y lo que no lo es, porque todo lo es, términos que describen un proceso, como el de politización, carecen automáticamente de sentido. La política es todo, no es nada específico, determinado, definible. Cuando te levantas y vas al baño a mear, tu meada también es política. El panpolitismo ha llegado. Los músicos españoles son sus emisarios.

Hay que quitarse esa timidez y no ver la política como una confrontación constante.
Diego Castro (Disco Las Palmeras!)

La política entendida como negación de la política. Las cosas se van aclarando. El problema principal de algunos de nuestros politizados músicos es que no parecen tener ninguna definición de la política. Dicho a las bravas: dan la sensación de no tener ni idea de lo que hablan. Que la política es todo, que si no debería ser un espacio de confrontación. Tanto Diego Castro como Isa Fernández están directamente negando la política.

Acudiendo a la socorrida definición de Arendt, la política es el espacio del entre. Qué sea o no político, de todas formas, no es algo fijo. Lo privado no es político per se, pero sí puede darse el caso de que asuntos considerados privados en un momento dado se politicen, como demuestra el ejemplo paradigmático de los malos tratos. Fue muy importante politizar esa cuestión, indudablemente.

La política es el espacio del entre, y es un espacio de confrontación constante, pese a la cándida visión que tiene Diego de Castro -candidez que podría tornarse siniestra si pensamos en que los regímenes totalitarios se han destacado por eliminar la confrontación, caso de la URSS, donde por definición los intereses proletarios y los de la URSS coincidían, de manera que constituía un absurdo total que los obreros hiciesen huelgas, por ejemplo- y lo es por una razón esencial: los intereses particulares se oponen unos a otros en lugar de armonizarse mágicamente. Por supuesto, la controversia, el conflicto, pueden ser aplacados mediante diversos mecanismos. ¿Qué es, por ejemplo, el subsidio por desempleo sino una manera de comprar la paz social? Una manera, por cierto, muy barata.

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