Karina, luz de mi vida, fuego de mis entrañas,
deja a Carlos Alcántara y ven conmigo.
Carlos ha escrito, según él,
ciento veinte páginas de una novela.
Karina, eso es una tontería,
yo te escribiría ciento veinte poemas
todos los días.
Karina, plagiaría a Nabokov
—me sé el principio de Lolita de memoria—
porque soy una sopa de letras,
un perverso posmoderno
—¿qué demonios hay fuera del texto?—
y mis poemas casas de citas,
pero habría algo de verdad en mis palabras.
Karina, pecado mío, alma mía,
deja a Carlos Alcántara y ven conmigo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Why Movies Just Don't Feel "Real" Anymore
Menuda clase maestra de Estética y Filosofía de la Percepción PD: Observen las imágenes de las películas de Terrence Malick, el mayor genio ...
-
¡Esto sí que es empoderamiento! Degustemos las palabras de la gran Danerys en Valyrio, su lengua materna: Dovaogēdys! Naejot memēbāt...
-
Ni «espíritu de sacrificio», ni «afán de superación», ni «aspiración a la excelencia». Ni ningún respeto o simpatía por tales cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario