martes, 31 de enero de 2012

Habitantes del entre

Hay metafísica, en su vertiente crítica, porque el ser está a una distancia inmensa de sí mismo. Haría falta ser Dios, esencia sin accidentes, Idea sin cuerpo, para poder recorrer esa distancia. Hay metafísica, en su vertiente metódica, porque el lenguaje y el pensamiento habitan esa distancia y aspiran a reducirla. Haría falta ser un diablo, accidente sin esencia, cuerpo sin Idea, para no emprender el camino. La metafísica distingue al filósofo del resto de los mortales en esto: él comprende y vive su fracaso, está seguro y –hasta cierto punto– feliz de fracasar, pues aunque la pregunta metafísica sobre el ser carezca de respuesta, no puede dejar de ser planteada, y aunque el problema metafísico de la escisión no pueda ser resuelto, el discurso filosófico, el diálogo acerca de la verdad del ser, es ahora el rito que actualiza, en cada una de sus escenificaciones, el mito del ser indiviso.
Jose Luis Pardo, La metafísica: preguntas sin respuesta y problemas sin solución

2 comentarios:

  1. Esto me recuerda a Ambrose Bierce y su "Todos son locos, pero quien analiza su locura es llamado filósofo.".

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