domingo, 30 de enero de 2011

Como un hechizo

La palabra actúa, no como fuerza ideal sino como una fuerza oscura, como un hechizo que constriñe las cosas, las hace realmente presentes fuera de ellas mismas.

Maurice Blanchot

2 comentarios:

  1. Anónimo10:52 a. m.

    De ahí la importancia de la correcta elocución. Se hace preciso cuidar el lenguaje sino queremos caer en esa angustiosa “fuerza oscura” que no es más que el moderno lenguaje de los “sms”. Es un hechizo perverso del que debemos huir. La tentación de la abreviatura mal hecha ha de desterrarse.

    Cabiria

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  2. Sí, y no sólo la corrección.

    Mallarmé dijo: "Las lenguas no tienen la realidad que expresan, siendo extrañas a la realidad de las cosas, a la oscura profundidad natural, pertenecen a esa realidad ficticia que es el mundo humano, desprendido del ser, útil para los seres"

    La palabra es la presencia de una ausencia. La serie de las cosas no es la serie del lenguaje: reverberan o resuenan entre sí, pero no se identifican.

    "Si digo agua, ¿beberé?" (Pizarnik).

    La función originaria del logos, según Heideger, es ésta, traer a la presencia, hacer patente algo como algo, de ahí también que considere el sentido más esencial del concepto de verdad el de desocultar, no el de correspondencia.

    Entonces, la palabra, por un lado, constriñe las cosas: la palabra "árbol" unifica las diferencias que se dan entre los árboles, la palabra "alegría" unifica diferentes grados de una sensación, y así: de la oscura profundidad natural a una identidad que, sin duda, es útil, sin ella no podríamos comunicarnos.

    Por otro lado, sin la palabra el ser hubiese permanecido mudo. O sea, la palabra constriñe las cosas, pero también las libera, las hace presentes, pero con la condición de no identificarse con ellas.

    Por eso decía en otro post que el lenguaje nunca morderá los labios del ser. Son dos series. Una, digamos, de las cosas, de los cuerpos, las mezclas, la diferencia salvaje ("detrás de toda cosa está la diferencia, pero detrás de la diferencia no hay nada" Deleuze), y otra, la del lenguaje, que la expresa.

    PD: Quizá he hecho un embrollo tremendo... Es tan simple como esto: la palabra "pan" no es pan. :)

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