Yo conozco la alegría que da saltos alocados en medio del desgarro,
que muerde el viento, respira, se desliza y aplaude enfebrecida,
la melodía que avanza tejiendo el ciclo de los instantes eternos.
Una vez más tu infalible perspicacia te hace plenamente acreedor de una declaración axiomática: que incluso en los momentos más difíciles existe alegría. Lo malo es que en la mayor parte de los casos en ese jolgorio interviene el consumo de bebidas espiritosas. De ahí lo de dar “saltos alocados”. Y se vuelve a empezar.
Una vez más tu infalible perspicacia te hace plenamente acreedor de una declaración axiomática: que incluso en los momentos más difíciles existe alegría. Lo malo es que en la mayor parte de los casos en ese jolgorio interviene el consumo de bebidas espiritosas. De ahí lo de dar “saltos alocados”. Y se vuelve a empezar.
ResponderEliminarCabiria
jeje, gracias, aunque la perspicacia se la debo a Nietzsche XD
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