domingo, 23 de octubre de 2011

Las cosas aún no tenían forma...

Las cosas aún no tenían forma, ni nombre, y flotaban, ingrávidas, dejando estelas enmarañadas y fugaces impresas en el cielo gris ceniciento, un ballet frenético, un caos convulso y anhelante en el que se adivinaba una decidida voluntad de armonía y belleza, pero la armonía, la belleza, parecían huir, esconderse, insinuarse apenas por un momento, para desvanecerse a continuación, como si solo existieran estando ausentes, mostrándose el mínimo de tiempo imprescindible, con el objetivo de suscitar un violento anhelo.

Mientras tanto, las cosas se movían tan velozmente que no hallaban un lugar de reposo, y era inútil asignarles nombres, pues al momento siguiente ya no eran las mismas, tan frenético era el caos. El cielo, cubierto completamente por una sola nube gris, o por muchas nubes grises que se habían amontonado hasta componer una unidad, una unidad que, no obstante, albergaba en sí una pluralidad, pasaba despacio, impertérrito, espectador silencioso de todo lo que acontecía bajo su mirada soberana e indiferente, poderosa y enigmática.

Es cuestión de tiempo que las cosas alcancen una forma y duren en esa forma lo suficiente como para que puedan ser nombradas, el caos será así conjurado, y tendremos una identidad, incluso una historia, cada uno la suya, y podremos decir que este de aquí, soy yo, esto es lo que me ha pasado, es cuestión de tiempo, o quizá ya están ahí, delante de nosotros, la armonía y la belleza, pero no hemos sabido verlas, debemos prestar más atención, quizá solo puedan existir de forma bastarda e impura, mezcladas con el desorden, nadando y asomando la cabeza en el lodo, en esta ciénaga, desde aquí mismo, deben poder verse las estrellas.

Las cosas se sucedían velozmente y se olvidaban y era como si nada hubiera pasado aún, como si todo estuviera aún a punto de pasar, siempre un mañana que esquivaba el hoy, una temporalidad melancólica, gris y cenicienta, como el transcurrir del cielo envolvente y oscuro.

Pero sí, había belleza, informe, inasible, era apenas destellos entrevistos confusamente, un ser huidizo, eso era, relámpagos de armonía en medio de la tormenta, eso era, eso sería, eso será, un espasmo, un eco...

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