martes, 25 de octubre de 2011

Hablar por hablar (Beckett Style)

Seguir adelante, al final el círculo se cerrará, o no, no es verdad, seguir por los lados, círculo desplegado, centro descentrado, aquí, a la intemperie, buscar cobijo, sí, ahora, yo fisurado, he ahí nuestra morada, se está bien aquí, hablo por hablar, seguir, avanzar, única divisa, en qué sentido, en qué sentidos, hacia dónde, hacia ningún lugar, probablemente, es de suponer, al final nada, ningún gran significado que esperar, haraganes, vagabundos del mundo, unamos nuestras fuerzas, para nada, porque sí, da lo mismo, aquí y ahora decir yo, decir nadie, no hablo de mí, de mi ventana sí, quizás, quién sabe, el observador tranquilo, una danza de luces lejanas, se está bien aquí, vemos las luces, necesariamente lejanas, así es mejor, el frío llega, de fuera, ningún espectador sin su mundo, ningún yo sin sus circunstancias, así ha de ser, un lápiz, un reloj, tabaco, mechero, cenicero, he ahí lo esencial, reducido todo a su mínima expresión, así ha de ser, bien, sigamos hablando por hablar, hay que hacerlo, es la tarea inútil impuesta por no se sabe qué, quién, aún no hay niebla, no llueve ahora, llovió antes, sin embargo, cuando, en la cama, medio dormido, escuchaba la lluvia, pensaba en la lluvia, invisible, acariciando mis oídos, eso debe de ser el mundo, me dije, aún sigue ahí, después de todo, a pesar de todo, sigue ahí, hermoso, feo, sigue ahí con su rostro múltiple, sus múltiples máscaras, adoptando formas y colores diversos, cambiante, qué queda tras tantos cambios aparentemente sin sentido, él es el cambio mismo, esto es difícil de pensar, quizá, no importa, subrayo con el lápiz, enciendo un cigarro con el mechero, deposito la ceniza en el cenicero, interactuamos con los objetos, los usamos, son lo que son gracias a nosotros, sin nosotros, no tendrían sentido, esto es así, creo, sin embargo, a fin de cuentas, después de todo, qué, nos entretenemos con preguntas sin respuesta, hasta que nos aburrimos, y entonces qué, otra vez qué, preguntas, en la oscuridad, nos haría falta una linterna si vamos a explorar, una luz, siempre la misma historia de la luz y las tinieblas, decir hágase la luz y ver que la luz es buena, no comparece Dios, sin embargo, estamos solos, desde aquí, desde esta atalaya azotada por los vientos, mi cueva sin afuera, contemplamos el curso de lo que pasa delante de nosotros, pasan cosas, inmóviles, algunas son graciosas, otras son tristes, otras hermosas, otras sublimes, según la ocasión y el ánimo, parece que jugamos un juego sin reglas, eso parece, a lo mejor es, no solo parece, quién sabe, decir sin tener nada que decir, he aquí que acometemos esta tarea absurda impuesta por no se sabe qué, quién, recomenzamos todo el rato, nos fatigamos, seguir adelante, o por los lados, decidir si fumar otro cigarro o no, cuestión peliaguda, ningún yo aislado es posible si el mundo o las circunstancias son constitutivas de ese yo, he ahí una gran proposición filosófica muy del siglo veinte, insistir y resistir, nada más, todo reducido a su mínima expresión, comer, hablar, mirar, pulsión escópica, dicen, qué más, nubes y tejados, como siempre, claro, qué más, me desperté a las cuatro y media de la mañana, pensando que ya sería hora de levantarse, me desperté con hambre, no me levanté de la cama, eran las cuatro y media de la mañana, qué más, al final solo desayuné café con leche, con muy poca leche, detesto la leche, la leche es para lactantes, qué más, poco más, nada más, ah sí, más cosas, pero no las recuerdo, no las voy a contar, no es asunto vuestro, ni mío, probablemente, qué cosas son esas, da igual, cosas sin importancia, ahora se ve el azul del cielo, un gran momento, la calefacción está encendida y la ventana abierta, me voy a cargar el planeta, me da igual, a tomar por culo el planeta, pero no, no es verdad, yo amo a mi planeta, me importa mucho mi planeta, vivo en él, sin embargo qué, es mejor que el humo salga por la ventana, y para eso tiene que estar abierta, y como hace frío, para que la ventana pueda estar abierta es preciso que la calefacción esté encendida, me parece todo muy lógico y coherente, la verdad, todo encadenado según la causalidad, como debe ser, por lo demás nada, no sé qué iba a decir ahora, a continuación, en breves instantes, podría hacer más preguntas sin respuesta, cuándo hay un montón, dónde acaba el mar, preguntas así, para entretenerme, mientras tanto, mientras qué, no sé, nada, en fin, esto se acaba, finaliza al fin, por fin el fin, ya, a punto de llegar, cuando me canse de hablar por hablar, de no decir absolutamente nada de nada, dentro de poco, probablemente, se acerca el fin, lo presiento, lo preveo, aún no, sin embargo, falta poco, vendrá, llegará, no habrá un gran significado, ya lo dije, lo advertí claramente, seguir adelante, o por los lados, se cerrará el círculo, o no, quién sabe.

2 comentarios:

  1. Esto me ha gustado mucho. Seguro que así es como discutimos cuando discutimos y todo pasa en un minuto o menos o en apenas un parpadeo. Toda una discusión que se esfuma sin discutirse.

    ¡Un abrazo!

    F.

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  2. Gracias! yo trataba de imitar a Beckett, básicamente XD

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