martes, 21 de abril de 2009

Sobre relojes y otras cosas

El sonido monótono, incesante e incansable del viejo reloj de cuerda situado sobre la mesita de noche, al lado de la cama, funciona como un somnífero mecánico muy eficaz, un guardián siempre vigilante en la oscuridad, combatiendo los ruidos imprevistos y desprovistos de ritmo que pueden sobresaltarte y hacer que el corazón se acelere presa de una ansiedad súbita y pasajera, pero que puede dejarte en vela durante horas, y también el silencio, ese silencio excesivo que es como el aullido sordo de la muerte o como un lago blanco e infernal carente de límites y capaz de absorberte y sumergirte en un temible estado psíquico en el que todas las imágenes que cruzan por tu mente, por muy alejadas que estén de sugerir elementos siniestros o amenazantes, por muy neutras que puedan ser, son como ráfagas de pavor que inundan tu frente de transpiración y provocan en tu cuerpo movimientos rápidos y nerviosos, desesperados cambios de postura sobre toda la superficie de la cama. El sonido mecánico del reloj es previsible, calmante, un refugio circular, las manecillas del reloj no tienen escapatoria pero viven felizmente su eterno retorno, afirmándolo una y otra vez, siempre y cuando uno se acuerde de darle cuerda cada cierto tiempo.

El olor a hierba recién cortada del jardín triangular que se encuentra al doblar la esquina, y la claridad alegre del día, sin una sola nube surcando el cielo, más la ligera brisa que eriza el vello de los antebrazos, componen una suerte de saludo impersonal de la primavera.

El momento de llegar al último cigarrillo del paquete de Ducados rubio es inminente.

El primer disco de Décima Víctima, grupo español de los años ochenta claramente influenciado por Joy Division, suena a un volumen moderado; las líneas del bajo se proyectan sobre la claridad del cielo como una geometría melancólica y la voz grave se expande como el humo de un cigarrillo, en ondas concéntricas, lentamente y con cierta densidad oscura, aunque no opresiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario