martes, 17 de marzo de 2020

17/03/2020

He aquí algunas notas filosóficas deslavazadas, unos comentarios apresurados e irrelevantes. Con algo tengo que entretenerme, no todo va a ser escuchar a Tool obsesivamente (aunque, de hecho, estoy escuchando Fear Inoculum mientras escribo).

He oído por ahí a algún filósofo decir algo así como que la crisis del coronavirus acaba con el carácter fetichista de la mercancía, porque la gente compra legumbres, por ejemplo, artículos esenciales, y no zararandajas (estoy parafraseando). Entiendo lo que quiere decir, pero no estoy seguro de que esto baste para acabar con el fetichismo y demás sutilidades metafísicas de la mercancía. 

Lo que quizás sí pone de manifiesto la crisis es que respecto al Estado Hegel tenía razón, no Marx. Solo nos queda el Estado. Agamben, en un análisis lamentable y conspiranoico, decía hace apenas un mes que los Poderosos se habían inventado una epidemia para controlarnos. A mi juicio, en lugar de intentar entender el acontecimiento en sí mismo, Agamben se limitaba a aplicar un esquema preconcebido, su teoría sobre el Estado de excepción como modo de gobierno. Pero ni se planteaba que el coronavirus de hecho exija medidas excepcionales y que el Estado tenga el deber de tomarlas.

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