me vería en un café en una terraza, tomando una nota, leyendo a todas horas sin parar, sentado aquí, sentado allá, leyendo y leyendo y ya está.William Gaddis, Ágape se paga
Allí se sienta Puttermesser. Días tras día celestial, la perfección del deseo sumada a la contemplación perfecta, en las exaltaciones de una eternidad ininterrumpida, come caramelos con forma humana (antaño conocidos como —es inútil negarlo— "negritos"), o caramelos cuadrados (y en el Edén no hay caries); y lee. Puttermesser lee y lee. En el Paraíso sus ojos no se cansan nunca. Y aunque aún no sepa qué quiere solucionar, solo tiene que seguir leyendo.Cynthia Ozick, Los papeles de Puttermesser
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