jueves, 18 de abril de 2013

Moscas


Oh, Melville, tenías que recorrer los mares para instalar al fin esa gran ballena blanca sobre tu escritorio de Pittsfield, Massachusetts, sin darte cuenta de que el mal revoloteaba desde mucho antes alrededor de tu helado de fresa en las calurosas tardes de tu niñez
Augusto Monterroso, Las moscas

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