También cabe la posibilidad, no obstante, de que simplemente estés desvariando porque no tienes nada mejor que hacer.
lunes, 29 de abril de 2013
Caja de cerillas vacía
Hay una caja de cerillas vacía sobre el escritorio, desde hace meses. Tal vez desde hace años, décadas, siglos. Tal vez desde siempre. Tal vez la caja de cerillas estaba ahí antes de que tú nacieras y ahí seguirá después de tu muerte. Quién sabe. Tres Estrellas, fósforos de madera. Te sobrevivirá una caja de cerillas vacía, es casi seguro. La caja de cerillas, con la característica y obstinada mudez de los objetos inanimados, resistirá los embates de la entropía, permanecerá ajena al discurrir del tiempo, eterno e inquebrantable signo de lo misterioso, minúsculo y humilde pórtico de entrada al incorruptible eón de los dioses.
También cabe la posibilidad, no obstante, de que simplemente estés desvariando porque no tienes nada mejor que hacer.
También cabe la posibilidad, no obstante, de que simplemente estés desvariando porque no tienes nada mejor que hacer.
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