martes, 30 de abril de 2013

Sin rumbo (ficciones desapegadas y aburridas que supuestamente reflejan el desapego y aburrimiento contemporáneos, captan el geist epocal, por así decir, aunque también podrían estar simplemente duplicando el desapego y el aburrimiento)

Caminó sin rumbo hacia el fondo de la tienda
Tao Lin

Si va hacia el fondo de la tienda, ¿no es ese el rumbo, el fondo de la tienda?

Estilo Tao Lin:

Bajó las escaleras y se dirigió hacia el perchero. Vivía en una casa de dos plantas, por eso tenía que bajar las escaleras. Descolgó su abrigo, se lo puso y abrió la puerta. Afuera llovía y se dirigió sin rumbo hacia la casa de su amiga Ana, que estaba a dos manzanas de su casa. Tuiteó que estaba lloviendo. Durante el camino, encendió un cigarro y lo fumó. También tuiteó sobre eso. Cuando el cigarro se terminó, tiró la colilla en un charco. Miró un rato la colilla en el charco. Antes de llegar a su destino, una mujer muy atractiva -que seguramente caminaba sin rumbo hacia algún lugar muy concreto- se cruzó en su camino. Se quedó unos segundos mirándola, pero esta vez no tuiteó nada. Luego la mujer atractiva despareció de su vista. Miró su iPhone y siguió su camino. Indicó que le gustaban varias cosas en Facebook. Consultó Google Maps. Envió catorce emails. Comentó doce vídeos de youtube. Había idiotas en Internet que no tenían razón. Al llegar a casa de Ana, llamó al timbre. La puerta se abrió y aparecieron la cara y el cuerpo de Ana. Ana estaba vestida con un pantalón vaquero y una camiseta de Steve Jobs. El Steve Jobs de la camiseta de Ana tenía una aureola de santo, posiblemente con intención irónica o algo. Ana le dijo que pasara. Él pasó. Dejó su abrigo mojado en el perchero de la casa de Ana. Se dirigió sin rumbo hacia el sofá de la casa de Ana. Se sentó en el sofá de la casa de Ana. Se quitó los zapatos y los dejó tirados en el suelo del salón de la casa de Ana. Ana trajo un par de cervezas. Tuiteó: Ana ha traído un par de cervezas. Abrieron las cervezas y se las bebieron. Luego tiraron las latas vacías en la basura. A punto estuvo de tuitearlo. Al marcharse, Ana le dijo que sacara la basura. Antes de marcharse, envió otro email. También miró su iPhone, actualizó su muro de Facebook, y se quedó un rato con los cascos puestos en iTunes. También pensó en escribir un relato monótono y minimalista en el que diría que no tenía nada que decir. Antes de escribirlo, abriría un documento de Word y luego ya sí que se pondría a escribir en el documento de Word recién abierto su relato. Minimizaría de vez en cuando el documento de Word con su relato y navegaría por Internet, escribiría millones de emails y tuitearía que estaba escribiendo un relato y todo eso.

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