domingo, 5 de febrero de 2012

Lejos de los hombres

He visto, detrás de las tormentas, a un hombre triste llorar por nada,
pasear ensimismado sin importarle el camino,
tan solitario y silencioso como los hombres que mueren en la nieve,
lejos de los hombres, en invierno,
hombres que siendo nada lo soñaron todo,
con el atrevimiento suicida de los visionarios,
hombres que arrancaron un trozo de eternidad con los dientes
y mordieron furiosos frutas tan prohibidas que no existen,
frutas cuyo jugo, sin embargo, encharcó sus almas
tan perdidas y perplejas que nada supieron sino tal vez
sumergirse en la deriva acariciando la huida,
hombres que desearon lo que no tiene nombre con lágrimas
de tormenta anegando sus ojos e insistieron,
más allá de la cordura, en perseguir su delirio,
para que aliviara al mundo de ser tan cierto y tan sinsentido,
hombres que murieron en la nieve, lejos de los hombres.

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