¿Oyes cómo golpea la nieve contra los cristales de la ventana, gatito? ¡Qué sonido tan suave y agradable! Es como si alguien estuviera besando desde fuera la ventana. Me pregunto si la nieve está enamorada de los árboles y los campos, y por eso los besa tan suavemente. Y más tarde los cubre con su manto blanco, sabes, y quizá les susurra: dormid, queridos, hasta que regrese el verano. Y cuando ellos se despierten en verano, gatito, se vestirán de verde y bailarán al son del viento. ¡Oh, qué escena tan agradable! -exclamó Alicia, dejando caer el ovillo de lana para dar palmas-. ¡Ojalá fuese cierto! Estoy convencida de que los bosques parecen tener sueño en otoño, cuando las hojas se tornan marrones.
A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, Lewis Carroll.
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