jueves, 21 de abril de 2011

Entrevistas breves con hombres que no son pacifistas incondicionales

P.
-Fíjate bien, por el amor de dios, tanto pacifismo incondicional no revela más que una ingenuidad terriblemente peligrosa propia de espíritus acomodados y anestesiados que nunca han sufrido de verdad ni han tenido que defenderse de verdad ni han corrido riesgos de verdad, es una actitud propia de gente que ha crecido pensando que las Historia vino hecha, que no tienen, de hecho, ninguna clase de sentido histórico. La Historia ya hecha, fíjate que absurdo. Gente que cree, o al menos asume inconscientemente, que el Estado moderno ha estado ahí desde siempre. Gente tan estúpidamente idealista, tan estúpidamente moralista. Gente que cree que con juzgar desde el exterior de la situación problemática ya se ha granjeado un puesto de honor entre la izquierda cada día más atolondrada y biempensante y menos izquierda que nunca. No hay izquierda desde hace más de treinta años, esto lo saben, mejor que nadie, los izquierdistas; me refiero a los sensatos, a los que les preguntas qué harían nada más tomar el poder y mirándote fijamente a los ojos, sin pestañear siquiera, sin que les tiemblen ni el pulso ni la voz, responden que lo primero que harían sería crear el Ejército Rojo, para aseguar la Revolución, que eso es lo que harían, coño, crear el puto Ejército Rojo y que después ya se vería. Hoy te responden como si nada que están en contra de todas las guerras, por principios. ¿No ves lo peligrosos que resultan los principios morales, esa manía kantiana por lo incondicional? Esta gente no hubiese ido a luchar contra Hitler. Estarían a favor de la barbarie. Por principios morales. Dame principios éticos y estratégicos situacionales, por favor. Lo demás es peligrosísimo. Ya no apoyan ni las revueltas populares contra los tiranos. Es de risa. Y de llanto. Por pacifismo incondicional. La izquierda. Qué cobardes. Qué idiotas peligrosos, por el amor de dios. Su visión moralista del mundo, ¿no te das cuenta qué catastrófica? La visión moralista del mundo consiste en lo siguiente: dada una situación problemática en la que tú no te hallas envuelto, júzgala según principios morales muy generales y que son, por su generalidad abstracta, inaplicables en cualquier situación. Pero el devenir es inocente. Es cruel, pero inocente. Por eso no se trata de juzgar desde el exterior -¿a quién?- para creerse superior, sino de actuar, con una táctica efectiva, con una estrategia, para mejorar la situación, no según ideales estúpidos, sino según las posibilidades que la situación misma contiene, no sé si me explico. La visión moralista del mundo es, por tanto, cobarde y peligrosa. Carece de cualquier virtud. Le diré una cosa: toda abstracción es una mentira. Así de claro. La verdad es concreta. Lo dijo el puto Hegel. Así que, resumiendo, te contesto que no, no soy un pacifista incondicional, porque yo no tengo esa manía perniciosa por lo incondicional. Lo diré de forma concisa y general: todo lo real tiene condiciones. Las condiciones de su realizabilidad, vaya. Más claro no puedo hablar, aunque sí le podría gritar al oído.

1 comentario:

  1. Anónimo1:00 a. m.

    we're hungry, be aware of our appetite, distant drums bring the news of a kill tonight...

    MY BRAIN THINKS BOMB-LIKE

    ResponderEliminar