Probablemente he hecho referencia al mito de Sísifo varios millones de veces, porque enseña la fidelidad superior de los hombres que niegan los dioses y levantan las piedras, como decía Camus, y como yo repito a la más mínima oportunidad. Esos son, ni más ni menos, que los superhombres (aunque el término sea muy, pero que muy desafortunado); capaces de vivir sin negar la vida, sin inventarse cosas raras que lo trascienden todo para poder juzgarla. También he hecho referencia al cielo varios millones de veces. Al cielo azul, o gris, veteado de nubes o no veteado de nubes, pero nunca trascendente, nunca hogar inventado por metafísicos aburridos y cobardes. Un cielo tan real como el abismo. Ambas cosas (Sísifo y el cielo) convergen en la canción de Nacho Vegas. Empeñado en subir para luego bajar por pendientes imposibles.
Y QUE EL RESTO NO ES MÁS QUE GUIJARROS QUE CAEN AL VACÍO (si no fuera terriblemente propenso a sufrir repentinos bajones de tensión seguidos de aparatosos desmayos en lugares cualesquiera me tatuaba esta frase... Y si me gustase tatuarme frases, que no es el caso)
martes, 15 de marzo de 2011
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Why Movies Just Don't Feel "Real" Anymore
Menuda clase maestra de Estética y Filosofía de la Percepción PD: Observen las imágenes de las películas de Terrence Malick, el mayor genio ...
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¡Esto sí que es empoderamiento! Degustemos las palabras de la gran Danerys en Valyrio, su lengua materna: Dovaogēdys! Naejot memēbāt...
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Ni «espíritu de sacrificio», ni «afán de superación», ni «aspiración a la excelencia». Ni ningún respeto o simpatía por tales cosas.
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