viernes, 22 de abril de 2016

El populismo a debate



Hay que valorar la labor de los técnicos de sonido. Ellos ponen las condiciones de posibilidad materiales del discurso. Los filósofos tenemos complejo de inferioridad respecto a los saberes técnicos, aunque nunca lo reconozcamos. Por ejemplo, yo saqué un sobresaliente en filosofía de la tecnología, pero cualquier problema tecnológico real me saca de mis casillas. Si el ordenador se me cuelga lo único que sé hacer de verdad, como sujeto operatorio del mundo material, es apagarlo y volverlo a encender.

PD: La polémica Pablo Iglesias versus los periodistas a mí me parece ridícula, aunque tiene su interés filosófico-lingüístico. Pablo Iglesias se refiere, en tono de broma, a la posibilidad de que un periodista malinterpre su intervención y la entienda en el sentido de que 'alienta el linchamiento de un periodista', cosa que más tarde, efectivamente, de manera inopinada y sorpresiva, sucede. Pablo Iglesias, sin pretenderlo, se ve envuelto en un acto de habla performativo —mientras escribo esto me voy dando cuenta de que la pedantería de los filósofos puede alcanzar fácilmente niveles estratosféricos— peculiar, al que podríamos calificar como un tipo de ironía performativa inconsciente. Aunque, tras esta paja mental teórica, he de decir que no tengo ni idea de por qué se ofendieron los periodistas. No sé en qué consiste la ofensa.

PD2: Como sabréis, en Esto es agua DFW dice que en el día a día el ateísmo no existe. Que no existe la no adoración. En Un palo al agua. Ensayos de estética, Ernesto Castro, uno de los filósofos jóvenes españoles más brillantes que yo conozco, dice lo siguiente: «¿Queda un espacio para la libertad? Sí, el mismo de siempre: la libertad de elegir uno mismo a qué ídolos someterse».

PD3: Respecto a la delirante —he recordado por qué en sexto de EGB me negué a ir a clase de religión y tuvo que ir mi madre a secundar con la autoridad de su firma mi firme voluntad herética— intervención del capellán en contra del mesianismo, he de decir que yo soy profundamente pro-mesiánico. Agamben, a quien en este blog directamente idolatramos, decía ESTO sobre el significado de vivir en el mesías.

PD4: Respecto a las facultades de Filosofía. Al menos en la de Salamanca, la polémica era el modo cotidiano de convivencia. Yo, dado que al hablar en público balbuceo, me pongo de todos los colores que existen en el espectro cromático y dirijo la vista hacia mis pies, solía permanecer callado en las clases y en los debates. Pero, claro, había cosas que pasaban de castaño oscuro, y tenía que intervenir. Recuerdo haberme empeñado en que los criterios de demarcación científica de Popper invalidaban su propia teoría de la acción racional, porque manejaba un concepto de racionalidad que no era falsable. Y eso sí que lo discutía en público y me enfrentaba con mis enemigos teóricos (hablo en plural, pero solo era uno; los popperianos no abundan en filosofía). Además, aunque esté mal que yo lo diga, tenía razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario