sábado, 30 de abril de 2016

El imitador de voces sufre un ataque de afasia

Crees que puedes imitar a John Ashbery
solo por haber leído tres o cuatro poemas suyos.
Si fuera tan fácil. 
La verdad es que no sabes cómo imitar a John Ashbery.

Solo sabes que la luz transparente de abril
te alegra el día y que el azul del cielo hoy es más profundo que nunca.
Es un azul abismal, sin fin, un vacío
que tal vez John Ashbery también haya visto alguna vez.

Estás encerrado en tu cuarto pero por la tarde saldrás
a tomar algo, a ver a gente que conoces y a misteriosos desconocidos.
No entiendes realmente los poemas de John Ashbery.
Pero el lenguaje tiene ritmos secretos, música, gracia. 

Eso basta. Eso debería bastar, dices. Las palabras tiemblan 
igual que tiembla el azul, y se me ocurre que las palabras 
descienden de ese cielo que llama a la ventana.
Una ocurrencia absurda, que no sé si a John Ashbery le hubiera gustado.

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