jueves, 28 de abril de 2016

Comer con los ojos: el grato pan de la lectura

Se diría que esta, la de aparecer solo en los libros, se ha vuelto la condición natural de los dioses. Con frecuencia, además, esa aparición tiene lugar en libros no muy consultados. ¿Se trata acaso de un preludio de su extinción? Solo en apariencia. Porque en el ínterin todas las potencias del culto han emigrado a un solo acto, inmóvil y solitario: el de leer (...). El mundo —ya es el momento de decirlo, aunque la noticia sea del desagrado de mucha gente— no tiene la menor intención de desencantarse del todo, aunque solo sea porque, si lo hiciera, caería en un extremo aburrimiento.
Roberto Calasso, La literatura y los dioses

Pues del mismo modo que recibimos la comida con la boca, así captamos con la virtud de la inteligencia el alimento de la divina lectura. En cuanto a los dientes, significan la meditación, ya que así como con los dientes masticamos el alimento recibido, también mediante el ejercicio de la meditación discutimos y dividimos más finamente el grato pan de la lectura.
Hugo de San Víctor, Sermo 21, citado del libro de Ivan Illich En el viñedo del texto. Etologia de la lectura: un comentario al "Didascalicon" de Hugo de San Víctor 

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