jueves, 1 de marzo de 2012

Exégesis del dinero como horizonte de la sociabilidad realmente existente y una simpática deconstrucción de ciertas estratagemas pueriles a la hora de abordar una obra



En serio, me entran unas ganas tremendas de leer a todos los escritores jóvenes que son vilipendiados en la blogosfera con argumentos -cuando, en el mejor de los casos, hay algo remotamente semejante a un argumento- bastante idiotas. La mayoría de las veces sacan frases de contexto, y poco más.

Por ejemplo (Heidegger, perdóname, porque voy a hacer una barbaridad):

Este ser abre en sí mismo el "en donde" del ser consigo mismo. Heidegger, para simples mortales como yo, habla en un lenguaje de otro planeta. Lo único que pretende es sorprender al lector con ejercicios pseudovanguardistas que carecen de significado. Es lo que tiene ser alemán y esquizofrénico a la vez. ¿El ser consigo mismo? ¿Y con quién iba a estar mejor? Ay señor, llévame pronto. Sigamos con nuestro análisis de Ser y Tiempo. El "ser ahí" no es nunca "inmediatamente" un ser exento de "ser en". Esto de usar comillas es un truco barato para llamar la atención sobre su forma de escribir. ¿Ser en? ¿En dónde? Ya desde el titulo de la primera parte, exégesis del "ser ahí" en la dirección de la temporalidad y explanación del tiempo como horizonte trascendental de la pregunta que interroga por el ser, se ve claro que Heidegger nos está tomando el pelo. ¿Y en esto consiste la filosofía del siglo XX? ¿Esto era uno de los libros de Filosofía más importantes del siglo? Los filósofos deben creer que somos idiotas y que, en consecuencia, no nos damos perfecta cuenta de sus trucos retóricos epatantes, de su jerga de rufianes, de su oscurantismo alevoso, de su hermetismo irritante, de que toda esta pirotecnia pueril está a exclusiva disposición de ocultar su falta de mensaje. Por ejemplo (cito de memoria): el "ser ahí" cabe los entes "intramundanos" se conduce relativamente a este su "ser" con una comprensión tácita y de término medio en su cotidianidad fáctica, siendo, él mismo para el mismo, en su ser, ónticamente lo más conocido, pero ontológicamente lo más extraño que ha menester de un preguntar expreso con vistas a una comprensión ontológicamente fundada de sí como base para el planteamiento de una ontología general que deconstruya las bases normativas de la ontología antigua que determinó los conceptos fundamentales hasta la "Lógica" de Hegel. No sé vosotros, pero a mí me da que el rey está desnudo.
Evidentemente, esto no se puede tomar en serio. Heidegger es el filósofo más importante del siglo XX, sin ninguna duda, aunque también es cierto que se presta a la parodia como nadie. De hecho, cuando yo estudiaba, parodiar a Heidegger se convertía casi en una competición surrealista por ver quien decía las mayores barbaridades, tipo el pre-ser-se del ser-cabe los entes es, sin duda, a la luz del logos en el claro del bosque, la superación patafísica de la metafísica: Jarry & Heidegger han liberado nuestras mentes patentizando la verdad del ser, regicijémonos, pues, con la buena nueva: el ser es. Esto sí que son payasadas de estudiantes (fumados, a altas horas de la noche, además) así que no espero que le hagan gracia a nadie. Lo único que quiero decir es que parodiar y satirizar sin fundamento es facilísimo, infinitamente más fácil que comprender, que esclarecer, que analizar de verdad una obra. Y que no tiene ningún mérito.

Bueno, lo que quería decir, en realidad, antes de ponerme a "deconstruir" a Heidegger, es que lo que necesito para ponerme a leer a los jóvenes vilipendiados es más pasta. Por eso había puesto la canción.

PD: De todas formas, yo creo que hay que dar por hecho que el conservadurismo estético es la norma, y los críticos de retaguardia un dispositivo de normalización, y está bien que así sea, para que haya una dialéctica (odio esta palabra, pero no se me ocurre ahora otra) de fuerzas en combate. La realidad es un campo de fuerzas (Nietzsche dixit). En resumen: hay muchos más de ochocientos cabrones, y hay que ganarles a todos.

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