viernes, 2 de marzo de 2012

Horses

Y justo en el momento en que la ponzoña y la miseria y el fango y la ciénaga infecta parecen ser el único horizonte posible que se extiende delante de tus narices con toda la pestilencia y el rigor inhumano de la desesperación atravesar el crepúsculo dorado como un caballo alado y desbocado y rabioso que no le teme a la muerte y cabalga y cabalga tan feliz como inconsciente hasta que la noche cae y aún después de que la noche haya caído cabalga y cabalga con una música de fuego inyectada en sus ojos e impulsado por el viento, un etéreo caballo alado tan raudo y veloz que es como una exhalación o una dudosa chispa de fuego tan violenta como fugaz.

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