martes, 16 de diciembre de 2014

Un montón de borradores

Una vez más, un montón de textos a medio terminar, abandonados sin piedad, de proyectos frustrados y abortados sin contemplaciones, se han ido acumulando en las frías, polvorientas y digitales catacumbas de los borradores. Ahora salen a la luz, con todas sus deformidades. Seres larvarios, potenciales, que pasan al acto prematuramente y que tal vez no debieran hacerlo. Tal vez debieran seguir habitando en la oscuridad a la que pertenecen.



Proyecto frustrado de homenaje/plagio a El ermitaño de la calle 69 de Jerzy Kosinski

Los papeles de trabajo de Roberto Kinski llegaron a mis manos gracias a una serie de circunstancias fortuitas e inverosímiles que no vale la pena referir con más prolijidad de la estrictamente necesaria. Digamos que me los encontré en un cajón de una antigua casa. Con eso basta, no hay por qué dedicar más tiempo al mohoso tópico del manuscrito encontrado.

En ellos encontramos reflexiones teológicas que unas veces rozan lo absurdo y lo ininteligible y otras veces lo delirante y lo hermético. También encontramos montones de citas sin ningún hilo conductor aparente, nada que las unifique o las dote de sentido. Entremezcladas con las reflexiones teológicas -y cristológico-etimológicas: 'mesiah, el ungido, en griego el khristos, triple unción: como Rey, como Profeta, como Sacerdote; el gran Rabbí, piedra angular desechada por los constructores, quien dijera vosotros sois la sal de la tierra', leemos en una de sus notas- y las citas nos encontramos con los problemas personales de Roberto Kinski, problemas absurdos e insignificantes, según él mismo, tales como no saber de qué manera se le puede decir a una chica, sin sonar monstruosamente brusco, ¿te importaría no agarrarme del brazo ni sobarme, ya que apenas te conozco y no tengo la intención de hacerlo? Robert Kisnki habla de este problema dentro de una sección titulada Las leyes de la reciprocidad no se cumplen casi nunca, reflexiones plañideras sobre tragedias afectivas diversas, o de cómo A ama a B, B a C y C seguramente a un tal D, a quien B no conoce. 

C es descrita como el Objeto de Deseo Supremo e Inalcanzable y como Inspiradora de un Profundo Miedo Filogénico a la Belleza Transhumana. A es la chica que se pega a él como una lapa (sic) y que le inspira una ganas irrefrenables de salir corriendo y llegar a algún rincón inaccesible del planeta Tierra, donde sople el viento y nieve y haya una pequeña cabaña bien provista de leña para hacer un fuego crepitante y cálido que incite a meditar sobre el ser y la nada. Robert Kinski lo lamenta mucho, pero así son las cosas. No es nada personal, es química (Roberto Kinski, en el fondo, es un materialista).

En un largo y tedioso pasaje Roberto Kinski esboza lo que llama Geometría dinámica de los afectos, entendidos relacionalmente (discusión con el divino Spinoza). Pese a los desperados intentos de Roberto Kinski por alcanzar cierto grado de rigor analítico (sic), con el fin de comprenderse a sí mismo y un poco también a los demás, esta especie de teoría, bastante confusa e incoherente (Robert Kinski habla del sistema límbico y de la dopamina, aunque todo indica que sus conocimientos en estas materias no van más allá de la lectura de un par de artículos de Muy interesante), finaliza con un tono elegíaco y lírico: habla sobre la jauría atroz de los recuerdos, sobre el irreversible paso del tiempo, el cruel reinado de Cronos, y sobre unas manos blancas como la nieve, manos tan bellas que pasman el corazón y que ya solo resplandecen en la memoria.

Robert Kinski habla con admiración sobre la misoginia romántica de Kierkegaard. Dice que, del mismo modo que el romántico busca el infinito pero solo encuentra cosas, o algún desnortado estudiante de Filosofía, en un acceso de demencia típico de esta clase de gente, puede lanzarse a la búsqueda del ser y toparse constantemente con molestos entes intramundanos, el misógino romántico busca a la mujer ideal y, como se deduce de un mero análisis semántico, no puede encontrar en la realidad al objeto ideal, que naturalmente no existe, de forma que su vida está abocada a la tragedia. 


El cuchillo de los sabachtany

Como sin duda sabrán los católicos -excepto tal vez aquellos que en lugar de leer la Biblia prefieren ir a misa a pasar el rato, lo cual no es reprobable en modo alguno, ya que después de la misa suelen irse de tapas y de vinos y, aunque el vino tinto sea un «bistec licuefacto» (Joyce dixit), eso está bien, puesto que no solo de las palabras de Yahvéh vive el hombre, sino que también vive de pan y de vino- en el Salmo 22 podemos leer aquello de «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?», palabras que repetirá Jesús en la cruz (según dos de los evangelios).

Grito de angustia pero no de desesperación, según la edición de la Biblia que tengo yo. En el Evangelio según San Marcos lo dice en arameo y en el Evangelio según San Mateo lo dice en hebreo, tal que así: «¡Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?» Y le responden con sorna «A Elías llama éste». Mordaz juego de palabras, basado en la espera de Elías como precursor del Mesías, como se explica en una nota a pie de página.

Juan el bautista era Elías, el precursor, aunque no se le haya reconocido como tal, y por tanto Jesús es el Mesías.

Hasta aquí la perorata teológico-bíblica. Lo que quería traer a colación es la ¿delirante? versión paneresca.
«Eli, Eli, lamma sabachtany», «elegido, elegido
cuchillo de los sabachtany»
espada soy del hombre, porque vine
no a traer la paz, sino la espada,
Leopoldo María Panero, Voces, en «Danza de la muerte»

No he venido a traer la paz sino la espada también son palabras de Jesús. No casan con la imagen del sweet Jesus, como diría Cristóbal Serra. Panero las mezcla de forma bastante peculiar. «Sabachtany» o «sabactaní» significaría «tú que me has abandonado». Por «cuchillo de los sabachtany» tendríamos que entender algo así como el cuchillo, la espada de los abandonados.


Tras la estela de Bolaño en Blanes

Las huellas perdidas.

Me acuerdo de la estación de tren, que efectivamente está muy lejos de Blanes. Me acuerdo de que estuvimos como un mes durmiendo en un camping. Me acuerdo de que al principio nos dedicamos a buscar trabajo con mucho ahínco y luego con menos ahínco. Finalmente, nos dedicamos a callejear por Blanes y a bañarnos en la playa. No había ni rastro de Bolaño. No recuerdo que hubiese placas de ningún tipo. Era verano. En aquel entonces de hará unos cinco años, tal vez seis, creo que aún no las habían puesto. Aunque la verdad es que tampoco me importaba mucho. Me bastaba con estar en el mismo lugar en el que vivió Bolaño.

Ese mes fui feliz. El mes entero. Me parece muy raro haber sido feliz un mes entero, pero así fue.


Tractatus absurdus-philosophicum

1. Aunque no les entiendo, estoy lleno de adoración por los lógicos platonizantes, pues son radicalmente antipsicologistas, lo que implica que son buenas personas.

1.1. El gran Feyerabend usó la acertada expresión Platón para pobres al refererirse al mundo 3 de Popper.

1.1.1. También estoy lleno de adoración por Feyerabend, porque era un dadaísta epistemológico y le gustaba argumentar contra la argumentación.

2. La numeración de este post carece de sentido.

2.1. No les quepa duda

2.1.2. Estoy lleno de adoración por X, porque era Y y hacía Z; esta estructura gramatical, sacada de La cruzada de los niños, de Marcel Schwob, puede recibir inyecciones semánticas cualesquiera.

2.1.2.1 Y podermos afirmar -y de hecho afirmamos- que el conjunto de las oraciones así formado es infinito.


A vueltas con Dios: teología amateur.

¿Es Dios una hipótesis científica? La respuesta afirmativa a mí me parece un delirio de aúpa, pero, en fin, los científicos parecen estar convencidos de que  lo es, motivo por el cual se empeñan en demostrar que la cosmología no necesita la hipótesis de Dios. ¡Claro que no la necesita! Yo diría, si se me permite la osadía, que eso no hace falta ni demostrarlo: sencillamente Dios no es una hipótesis verificable. Además, si ni siquiera sabemos qué es Dios o qué queremos decir cuando empleamos ese término, ¿cómo demonios vamos a encontrarlo? Dicho en términos escolásticos: si ni siquiera conocemos su esencia, ¿cómo vamos a determinar su existencia? Hay aquí una confusión categorial bastante gorda. Pensar el concepto 'Dios' como si fuera del mismo tipo que el concepto 'radiación de fondo' parece, y seguramente es, una memez. Si pensamos el concepto de 'Dios', no como una entidad física, sino como, por ejemplo, resto irreductible o retracción del ser, es más que obvio que no puede manifestarse. Otra cosa es que se me diga: pero yo pienso a Dios como un ente identificado, y voy a buscarlo con mis aparatos. Bueno, pues muy bien, no lo vas a encontrar. O que se me diga: Dios no puede figurar como variable ligada y, por lo tanto, Dios no es. Claro, si partimos de Quine y declaramos que ser es ser el valor de una variable, entonces lógicamente Dios no es. Por cierto, tampoco lo significados, en este señalado sentido, son. Pero es que estas refutaciones invocan concepciones determinadas de Dios. Nada que ver con la manera de pensar en Dios de, por ejemplo, Simone Weil o Eckhart. Por supuesto, la objeción más obvia es que sencillamente a alguien no le diga nada el mysterium tremendum o Deus Absconditum. Por mi parte, creo que no hay conocimiento de Dios. La fe es insensata.


William T. Vollmann

Vollmann habla de la Trémula y Radiante Princesa de las Salamandras, de skinheads y de putas, de fosforescencias azules que brillan como brasas reavivadas en el horizonte y de hombres perdidamente enamorados de un vestido verde; entre otras cosas.


El único emperador es el emperador del azar

Por puro azar, en mi mesilla han acabado juntos dos libros, La vida, el universo y todo lo demás, de Douglas Adams, y El asesinato como diversión, de Fredric Brown. La portada del primero consiste en un robot apuntándose con un arma a la cabeza; la del segundo en una risueña calavera con un gorro de Papá Noel. Están uno al lado del otro. Crean un efecto estético perturbador, aunque no exento de cierto atractivo. Casi dan hasta miedo. La calavera parece estar riéndose del pobre androide paranoide.


Breves consideraciones en torno a los asnos, las salamandras y la modernidad

Los asnos te llevarán al cielo. Las salamandras provienen del infierno.

La más antimoderna de las divisas es, tal como nos informa Cristóbal Serra en El asno inverosímil, esta:
Sin reverencia al Asno decae toda civilización, pierde esta su carácter sacro y se hace vertiginosa y alocada.
El credo asnológico de Serra implica oponerse, en la medida de lo posible, al hecho intolerable del frenesí de la sociedad actual. Sobra decir que aquí somos decididamente antimodernos. Pero hay que precisar que ser antimodernos no es un modo deficiente de ser, como podría pensarse debido a las reflexiones de Ortega sobre el prefijo anti, sino un modo plenamente positivo (e intempestivo) de ser. De hecho, estamos convencidos de que ser moderno es la más deficiente de las formas de ser. No solo somos antimodernos, sino que estamos orgullosos de serlo.


De nuevo Vollman y las salamandras

Depongan sus armas analíticas, oh afanosos, implacables críticos, escudriñadores impertinentes, forenses con las manos manchadas de frío azul, tristes rastreadores de ideas objetivadas en el texto, y ríndanse a la anaranjada y fulgurante gloria del verbo de Vollmann y admiren a la Trémula y Radiante Princesa de las Salamandras.


Fragmentos, fragmentos, fragmentos...

Mis queridos, escasos y desconocidos lectores, a continuación les ofrezco una muestra más de escritura fragmentaria, deslavazada y carente de rigor. Fragmentos, nada más que fragmentos. Un mapa en ruinas, con los bordes quemados hace mucho tiempo por un incendio. Así no hay manera de orientarse. Y las manchas de ceniza, para más inri, ocultan el lugar del tesoro, si es que hay un tesoro.


Palabras locas

Borbotones de palabras locas saltando alegres en el cielo de la noche. Chispas, destellos. La promesa de la luz. Indicaciones, señales que apuntan hacia el lugar donde la muchacha indecible se baña desnuda. Ninfa sin nombre ni edad, potencia risueña que se escabulle y no se deja atrapar porque el contorno del lenguaje es para ella una prisión.


Aullido

El vacío aúlla en las noches de verano.
Aúlla desde más allá de las estrellas, invisible.

Y el aullido voraz del vacío
rasga la piel y se mezcla
con la oscura sangre de las venas.


Árboles

Esos árboles de flores rosas
-ahora ensombrecidos
por la inminencia trémula
de la noche-
llevan toda la tarde
murmurando signos
recitando salmos
y tarareando
canciones locas
en mis oídos.


Lágrimas que arden

Las lágrimas del pájaro que olvidó cómo tocar el cielo
se quedan atrapadas dentro de su pecho
y arden.

Mañana quizás vomitará su rabia
y una brisa serena


le alzará al seno de lo inhabitable.


Nietzsche versus San Pablo

Más que contra El Crucificado, Nietzsche lucha contra San Pablo


Analíticos versus continentales (si han llegado hasta aquí, sepan que el siguiente texto es confuso a más no poder)

Hubo un tiempo en el que se libró algo así como una batalla entre filósofos analíticos y filósofos continentales. Ambos bandos estaban enfrentados. Carnap, filósofo analítico, leía a Heidegger, filósofo continental, y exclamaba: ¡lo que esté tarado dice no tienen ningún maldito sentido! En definitiva, no se ajuntaban. Reconozcamos que sí, que vale, que El ser y el tiempo, traducido por Gaos, es una puta locura. Solo por poner un ejemplo, no es lo mismo traducir Sein zum tode por ser para la muerte que por, como sugiere Julián Marías, estar a la muerte. En español suena todo horrible, pero no significa lo mismo. En cualquier caso, estar a la muerte no implica que uno se pase la vida pensando en la muerte. No es una categoría psicológica. La muerte siempre es una posibilidad del Dasein, del ser ahí o de, como de nuevo sugiere Marías, el existir. La preposición para lo desvirtúa todo. Parece que existiéramos con el propósito de morir, y no, no se trata de eso. Sencillamente se trata de reconocer que el hombre puede morir en cualquier momento, y que se sabe mortal, y que este saberse mortal forma parte de lo que es. La inmortalidad es baladí, como bien dice Borges en -dónde si no- El inmortal.

Volvamos a la batalla. Andando el tiempo, algunos de los combatientes enfrentados empezaron a visitarse. Un filósofo analítico iba dando un paseo hasta el bando continental, le ofrecía un cigarro, le preguntaban qué tal iban las cosas por allí, si hacía buen tiempo en la Alemania trascendental, cosas así.

Robert Brandom, en lugar de leer a Heidegger y fruncir el ceño murmurando malditos esquizofrénicos, leía a Heidegger y se decía qué interesante filosofía pragmatista hay en la primera parte de El ser y el tiempo, ¿eh? Según Brandom, las categorías heideggerianas de ser a la mano (Zuhandensein) y ser ante los ojos (Vorhandensein) son dos tipos de intencionalidad.

Lo que está a mano, disponible para ser usado, tiene un carácter primordial, preconceptual, una significancia práctica y normativa. Esta normatividad está socialmente instituida.

Lo que está ante los ojos es un tipo de intencionalidad que se constituye mediante un procedimiento de abstracción de propiedades. Se llega a contenidos semánticos a partir de significancias prácticas. Lo que es vorhanden es -intentamos aclararlo siguiendo otra vez a Marías- lo que es existente, lo que está presente, delante. Lo zuhanden es lo que manejamos nosotros.

Dicho de otro modo: las acciones son el fundamento de los significados, la pragmática es el fundamento de la semántica. Platón cae derrotado de los cielos, el mundo de las ideas se desmorona, no hay significados trascendentales, no hay justicia en sí, ni bien en sí, todo surge de prácticas sociales. Adiós a la filosofía sustancialista, saludos a la filosofía relacional (Sin embargo, el filósofo relacional por antonomasia, el Príncipe de los filósofos, el gran Spinoza, arma su universo de relaciones inmanentes sobre la base de la sustancia... Pero, lo digo una vez más, la sustancia es infinita, por tanto no totalizable, por tanto no hay panteísmo que valga)

Aunque Platón es bastante más complejo. Si descristianizásemos a Platón tal vez veríamos que las Ideas no están en otro mundo, que solo hay un mundo y que Platón no se cansó de decirlo. Y si heideggerianizásemos a Platón tal vez veríamos claro que el ser de los entes no es, a su vez, otro ente, de manera que hablar, como hace Rorty, de entes inteligibles, no empíricos, pero entes al fin y al cabo, podría ser incorrecto, porque la inteligibilidad, la pensabilidad de los entes -y así, más o menos, lo dice Platón en la carta VII- no implica que haya dos tipos de cosas, ni que se reifique el lenguaje (esto me temo que, dicho así de mal, es un lío espantoso)

Bien. Otro par de filósofos analítico y continental, que podemos imaginar chocando esos cinco para acabar con el reinado filosófico de las esencias y las sustancias extrañas y los mundos profundos y remotos en lo que se ocultaría un ser supremo, son Derrida y Davidson. Derrida describió genialmente el supuesto de la metafísica occidental con estas acertadísimas palabras (las loas a Derrida son necesarias para contrarrestar los insultos que le dedican ciertos vilipendiadores nostálgicos de las esencias claras y distintas): Una completa presencia que se encuentra en segundo plano. No hay, como creyó el primer y místico Wittgenstein, un todo limitado. Hay redes de relaciones carentes de centro. Como dice Rorty, los entes platónicos inteligibles (aunque ya hemos sugerido que Platón podría ser más complejo) serían entes simples, suprasensibles, que significan por sí mismos, entes que trascienden los juegos de relaciones que se dan tanto en el mundo como en el lenguaje y que, además, explicarían el mundo sensible. Derrida, lo sabemos, irrita mucho porque es capaz de inventar conceptos tan bestias como fonologocentrismo. Que vendría a referirse a la primacía dada a la voz como portadora de sentido, siendo la escritura un producto secundario, derivado. El logocentrismo sería la profunda influencia que el discurso filosófico ha ejercido en nuestros hábitos de pensamiento y en nuestro lenguaje.


Neuromante

No entiendo por qué no acabé de leer un libro en el que se dicen cosas como "brillantes reticulados de lógica desplegándose sobre aquel incoloro vacío". Esa concepción ochentera e hiperplatónica del ciberespacio como alucinación consensual ya dio paso a otra bastante más prosaica, pero molaba mucho: "la inmaterial exultación del ciberespacio". Y aquí ya hipermegaplatonismo: "la actitud distinguida implicaba un cierto y desafectado desdén por el cuerpo. El cuerpo era carne. Case cayó en la prisión de su propia carne" Soma sema.


Pequeño diccionario teosófico

La lámpara eterna: la llama que se enciende en el último día y se nutre de todo aquello que no ha ocurrido entre los hombres.

La fuente de las lágrimas: lo inefable.

Huella: aquello que evoca un origen en el momento mismo en que testimonia acerca de su desaparición.

Shekinah: el eterno presente, divinidad femenina.


Intento de agotar una habitación

Ahora estamos en la habitación que da a la hilera de casas abandonadas. Las paredes están pintadas de color morado. Encima de la cama, presidiendo la habitación desde hace años, hay una fotografía en blanco y negro de Marilyn Monroe. Debajo de la fotografía está escrito LEGENDS 2, MARILYN. El edredón de la cama representa un conjunto de edificios que bien podrían ser de Nueva York, pero de forma más bien abstracta: cuadrados y rectángulos blancos y grises se suceden siguiendo un patrón sobre fondos negros y grises. En una de las paredes, encima del escritorio, sobre el que podemos ver dos paquetes de tabaco Ducados rubios, uno de ellos de cartón duro, vacío, y otro blando, medio lleno, un bolígrafo Bic azul y un portaminas Staedtler 0.5, un cenicero azul redondo con tres colillas, un vaso con restos de café, una gafas marca Caramelo de pasta, un afilapuntas, un paquete de caramelos Halls Xs Lemon (sugar fee), en el que solo queda un caramelo, una caja de cerillas, la funda de las gafas, varios cedés, de The Vines, de Janis Joplin, de Radiohead, de Los Planetas, de The Velvet Underground, de Bob Dylan, de The Byrds, de Tool, The Best of Woodstock, varios libros, 2666, de Bolaño, Cartas morales a Lucilio, de Séneca, El ermitaño de la calle 69, de Jerzy Kosinki, una cajita negra, en el interior de la cual hay mecheros inservibles, una cadena de oro, regalo de comunión, pilas desgastadas y varias fotografías de carné, hay una pizarra de color blanco. En la esquina inferior derecha de la pizarra hay una fotografía en blanco y negro de Bob Dylan, este fuma un cigarro con la mano izquierda. En la esquina inferior izquierda hay una representación de una máquina de escribir, amarilla sobre fondo negro, al dorso de la cual está escrito un microrrelato del II Concurso Universitario de creación de Microrrelatos. La ilustración es de Aarón González Julián. El autor del microrrelato es Alberto Marcos Guillén. El microrrelato es el siguiente: Hablaban tan bien de él que nunca llegó a publicar nada; todos pensaban que estaba muerto. En la esquina superior izquierda está escrito 2108 - ISBN, 2709 - MARC. En la esquina superior derecha, en caracteres griegos, está escrita una sentencia de Herácilto, traducida habitualmente como carácter es destino, pero que en absoluto quiere decir eso, al menos según el habitante de la habitación, para quien la sentencia significa, más o menos, la morada del hombre es su daímon. Al lado de esta sentencia, otra de similar significado (en la mente del habitante de la habitación), Indulgere Genius, sacada de un libro de Giorgio Agamben. Debajo de ambas, Et in Sparta Ego, divisa de Bolaño (al menos eso dijo en cierta entrevista). A la derecha de la pizarra, hay una estantería de cinco baldas. En ellas, además de libros, revistas y apuntes, podemos ver los siguientes objetos: los muñecos de La naranja mecánica, un globo terráqueo diminuto encerrado en un cubo transparente, un Caballero del Zodiaco, un frasco de colonia que lleva ahí varios años sin ser usado,  un reloj de cuerda parado, una pequeña roca negra, probablemente de Tenerife, una lata de Coca-cola vacía con el nombre Sergio serigrafiado, una botella diminuta de orujo de hierbas, seguramente un regalo de bodas, una placa de metal, revival de los años cincuenta, que representa a una mujer rubia parecida a Marilyn pero que no es Marilyn, un anuncio de Coca-cola que pone To play refreshed.  


Verdades patafísicas

El orden es la verdadera excepción. Esta es una verdad absoluta y eterna.


Y los pájaros huyen

Estalla la tormenta
y los pájaros huyen.

El granizo golpea
árboles y tejados,
aceras y ventanas.

El eco de los truenos
se acerca poco a poco
y cuando está al llegar
se desvanece sin más.

Un cielo borroso, sin
pájaros que lo habiten,
un cielo furioso y
violento y feliz.

Luego vendrá la calma
y también los pájaros.

Cantarán en el aire
húmedo y lúcido,
transparente y sin fin.

Se marchará de aquí,
la tormenta será un
recuerdo, un fulgor que
estalló sin más ni más.

Y reinará la calma,
persistirá el vuelo
de los pájaros contra
el cielo ceniciento.

Serenidad adentro,
silencio interrumpido.

Un beso desgarrado,
la lluvia y el granizo
en los labios del cristal.

El rumor de los coches
solitarios que se van,
los árboles que tiemblan
con sus hojas calladas.

Los tejados ahora
respiran con el viento
de las calles mojadas
por las que nadie pasa.


Imagen versus Historia

Mirar una fotografía fijamente hasta que su quietud se revele inquietante y mágica. Ese momento cualquiera, singularizado, que podría haber sido cualquier otro pero que es precisamente ese y no otro. Un momento sonsacado del discurrir incesante en el que ni siquiera hay algo así como un momento, solo una continuidad sin sentido.


Instantánea

Una luz suave y tranquila recorta la silueta de los edificios. Las antenas de televisión se alzan como brazos hacia el cielo. La grúa, ahora inútil, parece un inmóvil y gigantesco insecto metálico.

3 comentarios:

  1. Anónimo12:02 p. m.

    Sólo he leído lo que pones sobre Dios, lectura selectiva ja,ja,ja.

    No se puede creer en Dios sin conocer su esencia. Realmente eres muy inteligente, gracias a él ja,ja,ja.

    De esta afirmación y formas de encontrar y practicar la naturaleza divina y nuestra relación con él, nacen todas las religiones, vías y formas del conocimiento del alma.

    Dios con forma o sin forma. Energía o persona.
    Dios en todos como espíritu santo o superalma, pero a la vez sin estar en todos como origen individual. O Dios sólo cómo algo único y a la vez origen de todo.

    Tierras santas raras, vórtices de amor divino y conocimiento, comos son Jerusalen o zonas de la India, digno de Buffy cazavampiros.

    Realmente eres muy inteligente gracias a Dios, ja,ja,ja.

    Gracias. ;)

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  2. Anónimo12:34 p. m.


    Aunque mejor no petarte el blog con referencias divinas, ja,ja,ja.

    Estamos capacitados de hablar de Dios cuando somos capaces de amarle sin envidiarle. Todos sabemos que es muy difícil no querer expresar las cualidades que Dios nos dio sin recordarlo a él y sin beneficio comunitario,ja,ja,ja.

    Dios es el bien común de todos y por eso a Jesús le llaman comunista, ja,ja,ja. (Era por entrar un poco más al humor del blog, ya que nos cedes el espacio para comentar)

    Gracias por ser tan generoso en tus espacio de ternura e irritabilidad, de sentimientos indefinidos, de bien comunitario, y de aire eternamente poético y melancólico.

    Gracias a Dios por todo esto. Haribol ;)

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  3. Gracias... No sé si inteligente, pero tozudo y cabezón sí, y con tozudo y cabezón quiero decir que siempre creeré que el capitalismo es un sistema explotador, absurdo y salvaje y que hay que acabar con él.

    Y me importa un pimiento que me vengan reaccionarios de todo tipo agitando el fantasma del totalitarismo y de la URSS, porque si creen que eso fue comunismo, se equivocan. Marhuenda no lo entenderá nunca, pero la economía de la URSS era un capitalismo de Estado. ¿Qué hacía Satajanov más que producir plusvalor para el Estado? O, ¿es que en serio no se dan cuenta de que Marx parte del análisis de la sociedad industrial y que la Rusia zarista era una sociedad agraria y que después de la revolución la URSS emprende un proceso de industrialización a marchas forzadas? Pero si con que leyeran el primer párrafo del El Capital ya se darían cuenta de que Marx está presuponiendo que ya hay, que se da, una inmensa acumulación de mercancías (la forma de la riqueza en la sociedades capitalistas... Y Marx no ahorra elogios al capitalismo).

    En la Rusia zarista no se había dado nada parecido a la acumulación capitalista. O sea, todo el análisis de Marx ahí tiene poco que hacer. Por eso Lenin tiene que replantearlo (y ciertamente puede verse el nazismo y el totalitarismo de la URSS como dos caras de una misma perversión política, una agrupada sobre el significante de la "raza" y otra sobre le significante de la "clase"... Aunque también es verdad que sin la URSS no hay Estado de Bienestar y que su caída provocó la utopía neoliberal de los "felices" años 90, década en la que nos pareció estupendo hacer de la economía global un casino... pero dejemos esto, que tampoco es plan de extenderme tanto XD

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