martes, 22 de mayo de 2012

En arché en ho lógos

De momento, antes de ordenar los libros y los cedés, que era mi intención originaria, he creado un caos apoteósico en mi habitación, desperdigando libros, cedés, deuvedés y manuscritos indescifrables por todas partes, pero intuyo una instancia topológica trascendental que instaurará el orden. Todo esto me ha hecho pensar en el logos como arché, como principio. Si bien hay un evidente caos material, la anterioridad del logos es de naturaleza trascendental, creo yo. Ahora mismo soy un demiurgo, una inteligencia ordenadora. Para que luego hablen de la inutilidad de la Filosofía. Si no intuyera, al menos, esta instancia, me vería sumido en la desesperación, incapaz de llevar al acto el orden potencial e invisible porque, de momento, como digo, positivamente, en acto, lo único que hay es un descomunal desorden.

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