lunes, 14 de mayo de 2012

Literatura y maldad I

Juraría que Kafka, nada menos que Kafka, dijo en alguna ocasión (esto es redundante, es imposible decir algo en ninguna ocasión) lo siguiente (no sé si esto es redundante, pero es innecesario, por evidente, lo siguiente alude al orden sintáctico sucesivo en que estoy estructurando este post (olviden lo que acaban de leer; en serio, no hagan caso)): soy escritor y, por lo tanto, no soy buena persona. Juraría que dijo lo anterior (queda ahora perfectamente situado el dictum kafkiano dentro (no fuera, claro está) del orden de este post, ¿eh?), incluso pondría la mano en el fuego, aunque, en el fondo (no en la superficie, por tanto) no estoy seguro de que lo dijera (o dijese). En cualquier caso, Kafka tiene razón. ¿Por el mero hecho de ser Kafka? Pues sí, porque para eso era Kafka. (Me irrita mucho la gente que se niega a considerar dogmáticamente un genio a Kafka. Son dogmáticamente antidogmáticos, muy cansinos. Quieren explicaciones, razones. Pero, diría Nietzsche, ¿acaso es que hemos nacido ayer? Ya hace mucho que hemos vivido las razones de nuestras opiniones. Aquí vendría el típico filósofo aburrido a acusarnos de irracionalismo. Pero yo iba a hablar de otra cosa, si es que he hablado de algo). El caso: ¿por qué dijo Kafka esto? En caso de que lo dijera, claro. Supongamos, por hipótesis, que lo dijo. ¿Qué quiso decir? (Con esto del querer decir podríamos enredarnos en disquisiciones derrideanas autodiseminantes, pero, por el bien de todos, no lo vamos a hacer, que ya bastante autoconsciencia textual potencialmente irritante hay por aquí, eso sin contar con que la expresión disquisiciones derrideanas autodiseminantes sería motivo suficiente de asesinato para más de uno, así que eso). ¿Qué quiso decir Kafka? No lo sabemos. Aquí podría terminar el post, pero va a continuar. (Dicho en derrideano: va a diferir su imposible clausura durante un rato más en busca del también imposible sentido del dictum kafkiano. La imposibilidad del sentido seguramente guarde algún tipo de afinidad con la imposibilidad de la clausura, o directamente sean lo mismo, aunque lo mismo lo mismo no, alguna diferencia habrá). Bien, si aún quedan lectores, prosigamos (proseguiré igual, aunque no queden; además mientras escribo no tengo la menor idea de si van a quedar o no lectores una vez llegados a este punto). ¿Qué quiso, pues, decir, el escritor de El proceso, o sea, Kafka? Quizá quiso decir lo que dijo, literalmente: los escritores no son buenas personas. Con esto no solucionamos nada, en realidad, porque la frase reclama interpretación como los campos el agua de mayo (creo que los campos necesitan agua en mayo). ¿Por qué los escritores no son buenas personas?, ¿qué tipo de maldad es la suya? ¿Se puede generalizar? Esta última pregunta siempre me ha parecido un poco estúpida. Por supuesto que se puede generalizar, la cuestión es si es correcta o no la generalización, sabiendo que es una generalización. Si digo: todos los escritores son rubios, ciertamente la generalización es una idiotez, refutable empíricamente. Pero decir que los escritores no son buenas personas no es lo mismo (esto lo sabe Alejandro Sanz de sobra). Aquí los hechos no refutan ni confirman nada. Lo que Kafka dice no es una proposición empírica (llámenme loco, pero no creo que la bondad sea un dato positivo susceptible de comprobación; está cargado teóricamente, por decirlo de algún modo, o mejor dicho, los conceptos morales no son lo mismo que los conceptos de la naturaleza, o por decirlo de un modo mucho más pedante y probablemente equivocado: no hay isomorfismo estructural entre ambos dominios ontológicos), sino que alude (en mi opinión, y esto sí que es irritante e innecesario, ¿por qué hay que explicitar que lo que alguien escribe lo escribe en su opinión, cuando resulta evidente?) a una posible relación entre la escritura y la maldad. ¿Qué tipo de relación? ¿Qué tipo de maldad? No lo sabemos. (Ahora se me impone la necesidad de hacer un inciso respecto a la manía de sobreintelectualizar a Kafka con interpretaciones filosóficas que bien podrían prescindir de la lectura de los textos kafkianos, si bien esto se explica por la esencia misma del símbolo, creemos nosotros, el exceso del significado respecto del significante, o algo así, lo que sea; en este texto ni siquiera estamos seguros de que Kafka dijera lo que estamos analizando (es un decir) así que todo él es sobreintelectualización, tendencia contra la cual prevenía David Foster Wallace, aunque seguramente estemos sobreintelectualizando la sobreintelectualización misma al citar a DWF, qué sé yo). Bernhard dijo: sencillamente, no soy buena persona, pero no relacionó directamente el no ser buena persona con el hecho de escribir. Otro tipo, Julián Herbet que no sé quién es, ni he leído nada de él, ni nada, dijo: escribo porque no soy buena persona. Este sí que lo relaciona. Podríamos pensar: hombre, lo dicen de coña, en plan cínico y gracioso. De acuerdo, lo dicen de coña, en plan cínico y gracioso, pero eso no agota su sentido, ni explica por qué lo dicen, aunque sea de coña, en plan cínico y gracioso (el sentido no se agota, según nuestras fundamentalistas creencias hermeneútico-metafísico-literarias, así que esto es un sin vivir).  Bueno, con tanta chorrada al final me he cansado y voy a dejar para mañana la (imposible, diferida, perpetuamente desplazada... yeah, we are derrideans!) conclusión del post (o su comienzo, si quitan los paréntesis apenas hay un esbozo). (Además, muchos paréntesis están puestos al azar, después de haber escrito el post)

PD (para que este post no sea totalmente inútil): Lean La carretera, de Cormac McCarthy, un gran libro.

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