Este título tan nazi viene a cuento porque hoy, en un arrebato de valentía, o quizá de temeridad, he decidido no comprar tabaco y conformarme con solo dos cigarros en todo el santo y larguísimo día. Aunque no es improbable que dentro de un par de horas me arrepienta y vaya corriendo al bar. De momento, resisto la tentación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario