lunes, 7 de mayo de 2012

Un hombre sentado en el interior de la caverna II

Un hombre sentado en el interior de una caverna en la cual hay, probablemente, una pequeña abertura semejante a una ventana  a través de la cual observa el incesante mundo, para ser exactos. Un drama solipsista con abundantes dosis de lirismo trasnochado y especulaciones ociosas. El espectáculo trepidante de una conciencia abstracta dirigiéndose a sí misma en segunda persona. La arriesgada aventura de un héroe catatónico desgajado de sus circunstancias. Un viaje que va de ninguna parte a cualquier sitio, o a la inversa. El discurso del protagonista deconstruye tópicos como el tiempo o el sueño y establece paralelismos con la mecánica cuántica, mientras toma café y cree que Georges Perec intenta comunicarse con él.
Texto redactado expresamente para la contraportada ficticia de Un hombre sentado en el interior de la caverna 

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