Un hombre sentado en el interior de una caverna en la cual hay, probablemente, una pequeña abertura semejante a una ventana a través de la cual observa el incesante mundo, para ser exactos. Un drama solipsista con abundantes dosis de lirismo trasnochado y especulaciones ociosas. El espectáculo trepidante de una conciencia abstracta dirigiéndose a sí misma en segunda persona. La arriesgada aventura de un héroe catatónico desgajado de sus circunstancias. Un viaje que va de ninguna parte a cualquier sitio, o a la inversa. El discurso del protagonista deconstruye tópicos como el tiempo o el sueño y establece paralelismos con la mecánica cuántica, mientras toma café y cree que Georges Perec intenta comunicarse con él.Texto redactado expresamente para la contraportada ficticia de Un hombre sentado en el interior de la caverna
lunes, 7 de mayo de 2012
Un hombre sentado en el interior de la caverna II
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jeje, gracias ;)
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