domingo, 23 de diciembre de 2012

Pájaros

A decir verdad, no soportaba el canto de los pájaros. Todas las mañanas le despertaban. Los muy cabrones cada día cantaban más fuerte, con la intención de fastidiarle. Estaba convencido de que esos pájaros pensaban y se divertían a costa de su desgracia. Pensaban que él no sabía que pensaban, pero lo sabía. No eran inocentes. Les espiaba a menudo. A pesar de todo, cuando de improviso desaparecieron, les echó mucho de menos. Deseaba que regresaran, aunque fuera para fastidiarle.

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