Amy Farrah Fowler y Bernadette llegaron y arruinaron la que podría haber sido la mejor telecomedia de la historia. Fue un momento fatídico. Un punto de inflexión que provocó un bandazo irremediable en el transcurrir de la serie, que pasó a una velocidad inusitada de ser genial a ser irritante. Ni siquiera Penny puede salvar esos atroces e insufribles momentos en que aparecen Bernadette y Amy, esos momentos agónicos e insoportables en que uno preferiría estar clavándose agujas en los ojos que estar viendo The Big Bang Theory y grita estremecido de horror y clama al dios de los guionistas con los brazos extendidos hacia el cielo en actitud suplicante para que Bernadette y Amy mueran de forma violenta en un accidente y se certifique por escrito ante un notario que los personajes no volverán a parecer nunca jamás en la serie, bajo ningún concepto.
Pero el dios de los guionistas no te escucha así que, con gran pesar, tienes que dejar de ver la serie.
martes, 6 de diciembre de 2011
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Why Movies Just Don't Feel "Real" Anymore
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Ni «espíritu de sacrificio», ni «afán de superación», ni «aspiración a la excelencia». Ni ningún respeto o simpatía por tales cosas.
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